Ikea se lamenta profundamente en un comunicado por emplear como mano de obra para la fabricación de sus muebles a presos políticos del comunismo en la antigua República Democrática Alemana (RDA). Ikea reconoce así la veracidad de unos hechos que el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung había denunciado el pasado mes de mayo asegurando que la Stasi, policía política del régimen comunista de la Alemania Oriental, obligaba a presos políticos a trabajar para Ikea. La denuncia provocó una investigación de la propia Ikea que ahora reconoce los hechos, asume que algunos representantes de la empresa estaban al tanto de la posible utilización de los presos políticos como mano de obra esclava, admite que no se tomaron las suficientes cautelas para acabar con aquella práctica y pide disculpas por ello.
El caso de Cuba
Respecto a Cuba, el Grupo Ikea se limita a señalar que la empresa “nunca ha tenido una larga relación de negocios con sus proveedores en Cuba” y que “sólo una limitada cantidad de productos de prueba fueron comprados pero se detuvieron las adquisiciones porque no alcanzaban los estándares de calidad”.
El comunicado de Ikea, aparte de las posibles responsabilidades de la propioa Ikea, no vuelve sino a poner en evidencia una vez más la insolvencia moral del comunismo, cuyos múltiples regímenes políticos liderados por criminales como Mao o Stalin, son responsables de la muerte de unos 100 millones de personas a lo largo del siglo XX. Por alguna extraña razón, en el imaginario popular español las camisetas del Ché o las estrellas rojas son mucho más populares que las camisetas de Himmler o las esvásticas. En España, sin ir más lejos, es el Partido Comunista quien reprocha su pasado a los demás o se presenta a sí mismo como la encarnación de todas las virtudes democráticas.
Un comentario
Ikea pide perdón. Nunca en la izquierda se ha pedido perdón por nada. Y cuando la extrema izquierda llega al poder.sigue sin perdonar, ni tan siquiera perdona la.vida a los que no piensan como ellos.
Y encima con aires de superioridad.