Si ETA manifiesta previamente de forma inequívoca su voluntad de poner fin a la violencia de una vez y para siempre… cabe preguntarse qué sentido tendría apoyar después un proceso de final dialogado de la violencia. Ibarreche plantea el absurdo de que el objetivo final del proceso de diálogo (el fin de la violencia) se convierta en una condición previa del mismo. En tal caso, ya no tiene sentido el proceso. Y si fuera necesario el proceso de diálogo para que ETA abandonara la violencia, entonces sería imposible cumplir la condición de que el abandono de la violencia fuera previo al proceso. En cualquier caso las premisas de la pregunta son imposibles de cumplir y su planteamiento, por tanto, es falso o absurdo.
No sabemos si hemos leído bien esta pregunta, porque aún parece más absurda que la primera. ¿El lehendakari está haciendo un referendum para preguntar si se quiere que se haga un referendum?
Que la redacción de estas preguntas sea resultado de meses de reflexión, parece invitar a pensar que el lehendakari está cansado.