El Diario de Noticias informa de que ayer el gobierno municipal de San Sebastián homenajeó en solitario a «todas las víctimas» de «las violencias» generadas por «el contencioso político que sufre este país», en un acto al que no asistió ningún representante del resto de formaciones políticas del consistorio donostiarra. Lo primero es separar a las víctimas de los verdugos y lo segundo preguntarse si hay que homenajear a todas las víctimas.
Víctimas y verdugos
Hay etarras que murieron en un tiroteo o a los que les explotó su propia bomba cuando iban a colocársela a otra persona. No son víctimas, son verdugos. En todo caso serán verdugos tontos, verdugos torpes o verdugos con mala suerte. En ningún caso son víctimas.
Criminales de guerra
Hasta en una guerra hay criminales de guerra. Incluso si en su delirio los etarras se hubieran creído soldados en una guerra, básicamente eso los convertiría en criminales de guerra. Porque incluso en una guerra matar a un adversario o a un civil desarmado de un tiro en la nuca es un crimen de guerra.
Víctimas que no merecen un homenaje
Es cierto que hay víctimas que no pertenecen al bando de los defensores de la libertad. Pues bien, esas víctimas no necesariamente son merecedoras de un homenaje. Hay personas que pueden haber muerto o recibido un trato injusto en los dos bandos, pero es distinto de merecer homenaje. Sólo las víctimas del bando que defendía la libertad merecen homenaje. Cometer una injusticia cuando se combate el totalitarismo no convierte la injusticia en justicia, pero tampoco convierte al que la padece en un defensor de la libertad ni en merecedor de un homenaje.
Los políticos presos
Una cosa es un preso político y otra un político preso. En España ha habido una organización que mandaba a parte de sus miembros a defender sus ideas a las instituciones y a otra parte a matar a quienes les llevaban la contraria. Pudiendo defender esas mismas ideas en organizaciones que no dedicaran a parte de sus miembros a matar a quienes discutían con ellos, quienes participaron en esa organización, aunque fueran los de la mitad que discutía con los que había que matar, son cómplices, responsables y también beneficiarios de la violencia de la organización. Esa organización, por otro lado, no sólo es responsable de sus víctimas sino también de la situación penal de sus miembros.
Vencedores y vencidos
Por último, debe haber un bando vencedor cuando un bando defiende la libertad. No sólo se trata de la justicia que se les debe a las víctimas. Siempre seguirán existiendo enemigos de la libertad. Hasta por cálculo egoísta, la sociedad tiene que sentar las bases de que, ante amenazas futuras, la moraleja del presente no puede ser que quienes sacrificaron hasta su vida en defensa de la libertad lo hicieron para nada. Si dejamos esa moraleja para el futuro, en el futuro nadie se sacrificará jamás en defensa de la libertad.
7 respuestas
Vaya vaya. Ahora dicen los.nazis que daba igual del lado de la.pistola al.que estuvieran, que todos son víctimas. Pues los bilduetarras elegían el lugar donde no llegaba la bala a la nuca, qué listillos. Dado que ahora les.parece lo mismo, y como siguen sin entregar las.armas, se pongan del lado donde llega la.bala y allá en el.infierno encuentren tanta PAZ como aquí dejaràn, seguro que si.
Todo lo que esta pasando en España, es un sinsentido.
exacto pamplonesa, hay quien dice que desde el 11M, en España todo es 11M
Hablar de víctimas y verdugos, aunque gráfico, no es del todo correcto y sin quererlo acoge en cierto modo los argumentos de los asesinos (qué eso es lo que son, si bien frustrados a su pesar en algunas ocasiones)
Verdugo, en su acepción más usual, es el funcionario público encargado de ejecutar las sentencias a la pena capital. Los asesinos etarras, cuando matan a alguien con nombre y apellidos le denominan «ejecución», para distinguirlo del atentado indiscriminado que es una acción bélica para ellos (creo que le denominan «ekintza».)
Así la víctima individual ya no es tal sino un «condenado a muerte», a raíz de una especie de «sentencia popular» por «delitos» contra el pueblo vasco. Y el asesino etarra es un funcionario «verdugo» que cumple el desagradable deber de «hacer justicia» ocurriendo de ese modo que la víctima asesinada es en realidad para ellos «ajusticiada» y quedando en el sustrato social que si lo habían matado «ajusticiado» era porque «algo habría hecho».
Llamar por tanto verdugos (oficio quizá infame, pero oficio legítimo al fin) a quienes solamente son vulgares asesinos, es hacerles un favor y subliminalmente, comulgar con sus argumentos.
ES FUNDAMENTAL NO ENTRAR EN EL LENGUAJE NI EN EL JUEGO DE LOS SINVERGÜENZAS BILDUSORTUETARRAS,QUE AHORA NOS QUIEREN DECIR ELLOS,NO SE LO PIERDAN,ELLOS,LOS SATANES DE LA SERPIENTE, CUAL ES EL LADO BUENO DEL LADO OSCURO.DESPERTAR NAVARR@S,QUE QUIEREN PESCAR EN AGUAS TURBULENTAS.QUE PASEN LOS DOCUMENTALES DE ARTETA DE LOS AÑOS DE PLOMO DE ETA,POR LOS COLEGIOS,QUE SEPAN LOS CHAVALES QUIENES SON ESTOS MAMARRACHOS .
Con lo sencillo que es llamar a las cosas por su nombre: ETA = Banda de vulgares delincuentes asesinos y ladrones, que se han aprovechado de la dejadez, los complejos o los intereses bastardos de los partidos políticos.
Brillante resumen. Les felicito NC. Abrazos a todas las víctimas que sobrevivieron para llevar dignamente su tormento. Ni perdón, ni olvido. Justicia.