La Hispanidad, que celebramos mañana, es el nombre que recibe el conjunto de pueblos de lengua y cultura hispánica. Dentro de esta cultura común que reúne a tantos pueblos, lógicamente uno de los pilares esenciales es el idioma español.
El término Hispanidad empieza a utilizarse con el sentido actual a principios del siglo XX. En 1910 Unamuno utiliza el término en un artículo titulado “Sobre la argentinidad”. En aquella época todavía se buscaba la manera de buscar una denominación de consenso que reflejara la unidad cultural de los diversos territorios del antiguo Imperio español, subyacente a su fragmentación política. En 1914, en este sentido, se celebró por primera vez el Día de la Raza, impulsado por Faustino Rodríguez-San Pedro, presidente de la Unión Ibero-Americana y ex ministro de Alfonso XIII. No obstante, el término raza inmediatamente suscitó polémica puesto que salta a la vista que no es precisamente la raza el elemento unitivo de mexicanos, bolivianos, ecuatorianos, argentinos, españoles o cubanos.
Hemos mencionado a Unamuno, pero quizá el principal promotor del concepto Hispanidad fue Zacarías de Vizcarra y Arana, euskaldún, vizcaíno y obispo. El fue quien en 1926 publicó en Argentina «La Hispanidad y su verbo», escrito en el que abiertamente se propone de cara la celebración del 12 de octubre sustituir el término «Raza» por el de «Hispanidad».
En aquellas fechas Vizcarra trabó relación con Ramiro de Maeztu, escritor, miembro de la Generación del 98, embajador de España en Argentina. Maeztu abrazó la causa de la Hispanidad siendo determinante su influencia en que finalmente se impusiera este término sobre el de “raza”, aunque no fue hasta 1958 que oficialmente el Día de la Raza pasó a ser denominado Día de la Hispanidad, mucho después de la muerte de Maeztu, que por cierto fue ejecutado por el bando republicano en octubre de 1936, en Madrid. Muchos países de Hispanoamérica, sin embargo, curiosamente aún conservan la denominación de Día de la Raza.
Cabe mencionar que los protagonistas de los que estamos hablando en este artículo, quienes impulsaron la implantación, celebración y uso moderno del término Hispanidad, todos ellos eran vascos. Tanto Unamuno, como Vizcarra, como Maeztu.
Puede apreciarse por las fechas, por el contenido de la celebración y por los países en que se celebra, que la Hispanidad no tiene nada que ver tampoco con el Franquismo.
De hecho, el término Hispanidad presenta una clara semejanza con el de Euskal Herria. Tenemos un conjunto de personas que pueden tener distintas razas, que viven en países y estados diferentes, pero que tienen un sustrato cultural común y una lengua común. Podría señalarse que la pluralidad y la complejidad del conjunto es tan característica del mismo como los sustratos culturales, idiomáticos y religiosos que le son comunes. Euskal Herria, por ejemplo, se extiende por una serie de territorios que no forman una unidad política-administrativa, ni están en el mismo país. En los territorios por los que se extiende Euskal Herria no todos los habitantes son vascoparlantes. Y por si fuera poco, los territorios que componen Euskal Herria, al menos en la parte española, también forman parte de los territorios que componen la Hispanidad. A la incapacidad de asumir con naturalidad esta diversidad y esta acumulación de círculos concéntricos es a lo que solemos llamar nacionalismo-separatismo.
Es acaso por ello que, un año más, Uxue Barcos (como el lehendakari Urkullu) no acudirá a la celebración del Día de la Hispanidad. No podemos dejar de denunciar, a este respecto, la paradoja en el discurso nacionalista. Por un lado se nos dice, para justificar el izado de ikurriñas por toda Navarra, que por sensibilidad y amor al pluralismo hay que visualizar particularmente a una minoría que es nacionalista y que no se siente suficientemente representada por la bandera de Navarra. Sin embargo, cuando lo que se trata de celebrar es la Hispanidad, el carácter común de los pueblos de lengua y cultura españolas, entonces la presidenta decide que no le da la gana representar a la mayoría de los navarros.
Por su parte, Podemos no acude a celebrar la Hispanidad lo que ya de por sí podría resultar llamativo, pero sin duda lo es mucho más teniendo en cuenta que esta formación sí acude a celebrar el Aberri Eguna o la Diada de Cataluña. Será que sólo los nacionalistas de izquierda y derecha son “gente”.
3 respuestas
La izquierda y los nacionalistas (término adoptado por Sabino Arana) muestran nuevamente su ignorancia y su manipulación de la Historia.
Andan los podemitas por ahí diciendo que el 12-O es franquista, cuando la primera vez que se celebró fue en 1934 o 35, y que como dice el artículo, no se pierden ni una diada ni aberris egunas. Mientras el Coletas se reúne con el corrupto y sedicioso Puigdemont Este es el partido que quiere llegar a los 11 millones de votos de Zapatero
Sorpresa y desencanto me ha producido leer en este medio el ejercicio de comparación de la Hispanidad con un ente inexistente cuyo apelativo, por no seguir la corriente a los cuentistas, no debemos ni pronunciar.
Llamémoslo, en todo caso, con una extravagancia adecuada al artificio. Pescaenlarría no existe ni en términos culturales. En España hay una zona bilingüe vascoespañola. En Navarra esa zona bilingüe no alcanza ni la mitad de la comunidad. El empleo reiterativo de un término referente a un concepto inventado es muy útil para los que quieren llevarlo a efecto. Favor que hacen así al adversario y perjuicio a la defensa de Navarra
Hiapanidad es Historia, Lengua, Cultura un concepto, Universalizador, amistoso y ampliador.
Esa cosa abyecta de Eucacalerría, Pescaenlarría en ribero, es un concepto reduccionista, separador, uniformizador y abiertamente racista. Son conceptos totalmente contrarios en su espíritu, como el Bien y el Mal. Y además es cutre y aldeano.