Con o sin coronavirus no podemos dejar de comer. La necesidad de suministros nos coloca por tanto ante el problema de cómo acceder a los productos alimenticios corriendo el mínimo riesgo y si estos productos, ya los traigamos nosotros mismos a casa, ya nos los traigan mediante un pedido online o telefónico, no pueden ser una especie de Caballo de Troya del coronavirus y una vía de contagio. Un estudio que ha realizado la OCU arroja bastante tranquilidad al respecto.
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El virus no se contagia por ingestión
Como cuestión previa, interesa señalar que la Autoridad Europea en Seguridad Alimentaria (EFSA) ha descartado que los alimentos sean un vehículo de trasmisión de este tipo de virus. Por lo que conocemos hasta ahora, el proceso digestivo con los ácidos del estómago y las sales biliares acabarían con el virus. Al menos por el momento no se conoce ningún caso de contagio por esta vía. Por otro lado, las técnicas habituales de cocinado inactivan al virus. El problema es por tanto si los envases de los alimentos pueden llegar infectados a casa y contagiarnos al tocarlos, particularmente si después no nos lavamos las manos o nos tocamos la cara o los ojos antes de habérnoslas lavado. En principio la inquietud resulta pertinente porque el coronavirus puede resistir vivo en una superficie durante horas o incluso días, según la superficie y las condiciones ambientales.
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El experimento de la OCU
El experimento sobre el terreno de la OCU, llevado a cabo durante la última semana de abril, ha consistido en comprar 66 productos de diferentes marcas incluyendo harina, chocolate en tableta, bolsas de patatas fritas, barras de pan, cerveza en lata, manzanas a granel, yogures, ensalada envasada, tortilla de patatas, carne en barqueta, salmón ahumado o papel higiénico. Deliberadamente se trata de productos que han experimentado un incremento de la demanda durante el confinamiento y que se venden utilizando diferentes tipos de envases (cartón, plástico, poliestireno, aluminio, etc.) y con diferentes formas, algunos de difícil limpieza (bolsa de patatas, bolsa de ensalada, barra de pan, etc.). Las compras se realizaron en 10 supermercados de 8 cadenas de distribución (Alcampo, Carrefour, Condis, Dia, Eroski, Lidl, Mercadona, y Supercor) en 4 ciudades (Madrid, Barcelona, Vitoria y La Coruña), respetando las medidas de precaución que un consumidor debe mantener en el supermercado. Además de mantener una correcta manipulación, la OCU señala que cada muestra se introdujo en una bolsa individual para evitar una posible contaminación cruzada.
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En el laboratorio se utilizó la técnica PCR
La OCU explica también que un laboratorio independiente realizó el análisis para o que utilizó los test PCR, haciendo pasar un bastoncillo para recoger muestras por toda la superficie de los envases. Al analizar el ARN, aunque el virus se encuentre inactivo por haber pasado mucho tiempo, el test siempre lo va a detectar.
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Resultado: 0 positivos de 66 análisis
Para tranquilidad de los consumidores, el resultado de todos los test fue que no había material genético del COVID-19 en ninguna de las muestras. Obviamente el estudio es sólo un muestreo que no garantiza que sea imposible que en ningún establecimiento haya un sólo envase de un producto contaminado. Tampoco quiere decir que no haya que tomar medidas de precaución. Pero citando literalmente la conclusión de la OCU, al menos se demuestra que “no es tan fácil que el virus acabe en la superficie de un envase para que luego sea capaz de llegar a contagiarnos”. Siendo ni confiados ni aterrados viviremos más y mejor.
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Recomendaciones finales del informe
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- Intentar no ir a comprar de manera frecuente, mejor solo cuando sea necesario.
- Planificar las compras y llevar siempre una lista cerrada.
- No ir acompañado.
- Lavarnos las manos al salir de casa.
- Respetar las normas que el propio establecimiento tenga.
- Usar guantes. Los supermercados los ponen a disposición de los clientes a la entrada.
- Se recomienda el uso de mascarillas en supermercados.
- Respetar las distancias de seguridad con el personal y el resto de los compradores.
- Evitar tocarse la nariz, la boca o frotarse los ojos.
- Procurar no toquetear los productos: una vez escogido uno, deposítelo en el carro.
- En la medida de lo posible, mejor pagar con tarjeta que en efectivo.
- Tocar lo menos posible los puntos negros, es decir, aquellas superficies de elevado contacto como puertas de neveras, mangos de los carros, botones de ascensores, etc.
- Una vez salgamos del supermercado, retiramos los guantes y los depositamos en los contenedores adecuados.
- En casa, nos lavaremos las manos al entrar.
- Se recomienda eliminar el embalaje de cartón exterior que traen algunos alimentos. Atención que la fecha de consumo o el lote puede venir en este embalaje. No está de más apuntarlo.
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Si se quiere extremar la higiene por que haya personas de riesgo en el hogar, se pueden limpiar los envases de cristal, plástico o latas con agua y jabón. Es preferible no utilizar desinfectantes en aquellos envases que pudieran ser porosos, para evitar riesgos para la salud.
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