Hay que ver la ETB en Navarra porque es la TV de toda Euskal Herria

Los trabajadores de la ETB se concentraron ayer ante la sede del ente público en Bilbao para mostrar su «enfado» por el cese de las emisiones de la televisión pública vasca en Navarra. Lo hicieron detrás de una pancarta en la que se leía «Euskal Telebista Euskal Herri osoan» (Euskal Telebista en toda Euskal Herria).

El presidente del comité intercentros de ETB, Andoni Basabe, declaró a los medios que es «una aberración que se prohíba ver una televisión pública en una parte de Euskal Herria».

No es la primera vez desde el “apagón” de la ETB que se hace referencia a que la ETB es una especie de televisión nacional y que es anormal que Navarra se quede al margen de las emisiones de la televisión nacional. Así, el propio gobierno vasco calificó a Navarra de “isla” por quedar fuera de la cobertura de la ETB.

El Consejo de Administración de la ETB, en este mismo sentido, hace unos días publicó un comunicado destacando que “la Ley de Creación de EITB atribuye al ente público, entre otras funciones, la de difusión de la cultura vasca, teniendo muy presente el fomento y desarrollo del euskera, por lo que su oferta en esta lengua a través de sus distintos canales se debe facilitar especialmente en los territorios que conforman la geografía del euskera, lo que histórica y culturalmente se conoce como Euskal Herria”.

El comunicado también afirmaba que “el apagado cercena el derecho fundamental a elegir libremente ETB como medio de comunicación próximo que sirve a la normalización del euskera, a la divulgación de la cultura vasca y a ejercer el derecho a la información y opinión desde la proximidad y el servicio público”.

En definitiva: estar contra la ETB es estar contra lo público, contra lo vasco y contra la libertad. A ver quién tiene narices para estar en contra de todo eso. No se puede negar al PNV que sabe cómo vender su televisión gubernamental.

Sin embargo, en toda la argumentación de la ETB, el gobierno vasco y el nacionalismo se detecta una cierta impostura.

Para empezar la ETB1 (en vascuence) incluso en la CAV ronda 1% de audiencia. Y eso que es el canal donde meten la pelota o el fútbol, cosas que uno puede seguir sin entender al locutor, para tratar de inflar la audiencia de este canal. El interés del nacionalismo por ver la ETB en Navarra no es por la cultura vasca ni el vascuence, no seamos ingenuos, sino por disponer de un potente medio de comunicación al servicio de su ideología.

Flaco favor le hace además la comunidad nacionalista al vascuence, una vez más, utilizándolo como escudo de defensa para legitimar un canal de propaganda o colocar un pack ideológico, llevándose el vascuence todos los palos y recelos que en realidad corresponden al resto del contenido del pack.

Tampoco es cierto que en Navarra «se prohíba» ver la ETB. Lo que se pretende es que la ETB emita siguiendo el cauce legal, como los demás canales, tampoco es tanto pedir.

Si apelando a la libertad de circulación un paisano condujera sin carnet, o en dirección contraria, a nadie le parecería bien. ¿Cambia eso si el paisano le pega al coche una ikurriña en la capota?

Si alguien se pone a tocar el txistu a las tres de la madrugada, ¿hay que permitir que deje sin dormir a toda la manzana para no cometer un atentado contra la cultura vasca?

¿Todos los países y comunidades que hablan español tienen que ver los mismos canales de televisión? ¿Dónde está escrito eso? Si alguien habla español, ¿puede emitir ilegalmente un programa de radio o televisión en cualquier país de habla hispana, sin respetar la legalidad, invadiendo frecuencias, no presentándose a concurso o no pagando cánones? ¿Tiene el vascuence una especie de bula legal que no tienen el francés, el español o cualquier otro idioma?

La premisa de que en Navarra tiene que verse la ETB porque Navarra es una parte de Euskal Herria resulta asimismo un tanto arriesgada, salvo que se de por hecho que todos los navarros aceptan el silogismo de que Navarra es una parte de Euskal Herria, es decir de Euskadi, es decir de la CAV, confusión a la que contribuye continuamente el nacionalismo usando indistintamente esos términos según le convenga, empezando por el propio Estatuto de Guernica. En el sentido cultural y neutral del término, es evidente por lo demás que en Euskal Herria hay más de una comunidad, más de un gobierno, más de un país y, por supuesto, más de una TV. La ETB no es la TV de Euskal Herria, es la TV pública del gobierno vasco, por precisar.

¿Y por qué tiene que haber una televisión gubernamental que cuesta un dineral? Libertad no es que el gobierno tenga una televisión, eso pasa en todas las dictaduras. La libertad es precisamente que haya televisiones que no sean del gobierno.

Estos días además tenemos viva la polémica de una concejal concediendo una subvención a una empresa de su hermana, la réplica de que Maya votó a favor de Donapea siendo él profesor de la UNAV (aunque luego se abstuvo), y ahora tenemos a una presidenta firmando un protocolo para que se vea la tele de la empresa de la que ella misma es una empleada. Resultaría llamativo que cuando se firma un convenio con un presidente que no es empleado de la ETB esta tenga que asumir unos costes que, cuando la presidenta que firma es empleada de la ETB, tienen que asumir el conjunto de los navarros. Esperemos que sea coincidencia y no relación causa-efecto.

En el caso de la ETB, además, como ya nos hemos molestado en recordar, si no se ve es porque la propia ETB y los propios nacionalistas lo han hecho mal. O directamente no han querido. Ya sea porque no han seguido el procedimiento legal, o porque una vez seguido han faltado a su parte de lo pactado y no han querido pagar, o porque no han cumplido alguna otra cláusula del protocolo que se firmó. Sus propios actos les han llevado a la situación en la que están.