La pandemia nos ha hecho perder la perspectiva de muchas cosas y puede hacernos ahora perder la perspectiva en el análisis político del asunto de los indultos. Si nos remontamos al 25 de febrero de 2020, justo antes de la pandemia, nuestro titular del día era que “el sistema parlamentario español ya es tricameral: el Congreso, el Senado y la Mesa de diálogo con el separatismo catalán”. El titular era la consecuencia de las noticias que se iban publicando en aquellas fechas sobre la formación de una mesa de diálogo entre el gobierno español y el separatismo catalán para diseñar un nuevo modelo de estado y un nuevo marco legal.
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Respecto a la creación de ese órgano paraconstitucional, decíamos que dinamitaba el entramado institucional del estado democrático español y que en las democracias es en los parlamentos donde se debaten las cuestiones políticas, se hace abiertamente, se hace en base a la legalidad y se hace por parte de los representantes de todos los españoles, incluida la oposición, y en proporción a los votos y el respaldo popular de cada cual. Hablábamos además de que el anuncio de aquel órgano era la constatación de que la investidura de Pedro Sánchez se había convertido por culpa del PSOE en un 155 inverso: el gobierno de España había sido intervenido por la Generalidad. No se podía depender de los golpistas y combatirlos al mismo tiempo. Todo lo que decíamos a finales de febrero de 2020 sería aplicable hoy. Es más, es que la pandemia sólo ha sido un paréntesis inesperado en toda aquella hoja de ruta que ahora se vuelve a retomar. El error es empezar a valorar ahora los indultos como si estuviéramos en el momento cero de este proceso.
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El PSOE ya no oculta que vamos hacia un nuevo proceso constituyente. En ese proceso constituyente la izquierda no tiene otro objetivo que mantener la presidencia al menos dos años y el separatismo no tiene otro que la independencia. Del proceso constituyente queda fuera al menos media España, casi podría decirse que en realidad en dejar a media España fuera del nuevo modelo de estado es justo de lo que se trata el proceso. A eso le llama el PSOE avanzar hacia la concordia.
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Entre los insalvables problemas de este proceso constituyente está que los golpistas no están dispuestos a renunciar a la independencia a cambio de adoptar un modelo de estado federal, que nada aportaría ya al modelo autonómico, o cualquier otro modelo concebible. El PSOE presenta como una novedad lo que precisamente ya se intentó con la Constitución de 1978. Todo el conflicto que tenemos ahora mismo, por otra parte, es una constatación bastante evidente de que el modelo autonómico del 78 ha fracasado. No porque el modelo fuera necesariamente malo, sino porque los nacionalistas lo han gestionado con una absoluta deslealtad. Se les concedió todo el poder territorial que se les concedió tratando de que aceptaran ese marco institucional renunciando al separatismo. Por el contrario, desde el primer minuto tomaron todo ese poder para fomentar el separatismo.
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El #indulto perdona, también, la corrupción por malversación pic.twitter.com/HM3sgbZMge
— Ángel Expósito (@ExpositoCOPE) June 23, 2021
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Uno de los principales motivos de preocupación ahora mismo es pensar en qué momento los golpistas volverán a realizar una declaración unilateral de independencia. Podrían hacerlo antes de que terminara la legislatura socialista y se les acabara el chollo de Sánchez como presidente, pero en realidad puede que prefieran hacerlo contra el próximo gobierno. Por un lado seguramente necesitan algo más de tiempo, recursos y apoyos antes del próximo intento. Por otro lado aún le pueden sacar dinero y recursos a Sánchez para cimentar más el golpe a cambio de mantenerlo. Y finalmente puede que los golpistas calculen que si vuelven a dar un golpe con Sánchez el gobierno español tendría el apoyo de la derecha, mientras que si dan el golpe al siguiente gobierno este no tendría el apoyo de la izquierda. ¿Alguien imagina a Podemos apoyando a la UIP, no digamos si la situación exige en algún momento pasar del azul al marrón? ¿No se sumaría más bien la extrema izquierda al golpe incendiando las ciudades en el resto de España? ¿Qué se podría esperar del PSOE?
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Decíamos que el PSOE pretende abrir más o menos abiertamente un nuevo proceso constituyente en minoría, contra al menos media España, de la mano de quienes quieren verla destruida. En cuanto se produzca una cita con las urnas podría pensarse que sería el final del problema, pero el PSOE puede estar incubando un problema difícil de resolver sólo con un cambio de gobierno. De hecho resulta un pensamiento desquiciante el considerar que en el momento en que la izquierda perdiera las elecciones casi sería la guerra. Para intentar frenar la situación sería precisa una derrota electoral del PSOE, pero al mismo tiempo podemos estar caminando hacia un escenario en el que si no gobierna la izquierda ardan las calles de España. Tampoco sería un escenario inusitado, de hecho es lo que hemos visto no ya sólo en Chile o en Colombia, sino hasta en los EEUU hasta que la izquierda global ha conseguido deshacerse de Trump. El motivo concreto en cada país puede ser distinto, en España la violencia contra cualquier gobierno que no fuera de izquierdas podría encontrar en el nacionalismo su mecanismo iniciador, pero el problema empieza a vislumbrarse como global (por eso, más allá de la dejadez propia, el separatismo goza de un importante respaldo exterior). De este modo no vendríamos a ser sino un país más en el que o gobierna la izquierda o arden las calles. En 2030 a poco que nos descuidemos no tendremos nada, ni siquiera país, y tampoco libertad, de hecho ambas desposesiones suelen ir históricamente en el mismo pack.
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Un comentario
Cierto, el nacionalismo y las traiciones de Sánchez y de los medios no pueden entenderse sin una visión globalizada de la política actual.
Y tampoco se puede entender sin una visión temporal del proceso de destrucción de España desde el siglo XVII.