El vicepresidente y portavoz Javier Remírez tuvo ayer un par de intervenciones estelares al intentar valorar el pacto entre Navarra Suma y el PSN en el Ayuntamiento de Pamplona así como la no dimisión, como lo exigía de la Ley Foral, del director a Administración Local, Jesús Mari Rodríguez, cuando fue citado como investigado por un caso de corrupción.
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Empezando por esto último, Remírez afirmó con total convicción que el Gobierno de Navarra actuó correctamente a principios de esta año no cesando a Rodríguez pese a su citación. Ciertamente la causa contra Rodríguez no prosperó, se recurrió el auto y se archivó la querella contra él, pero la condición de investigado sí que la habría adquirido. La negativa del gobierno a reconocer la condición de investigado de Rodríguez, sin embargo, podría presuponer la política que se va a seguir respecto a Ayerdi con el caso Davalor. No se va a considerar investigado a Ayerdi antes de haber considerado investigado a Rodríguez. Con un poco de suerte Ayerdi puede ser absuelto o condenado antes de ser considerado siquiera investigado, o a la vez que investigado.
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En cuanto al pacto presupuestario entre Navarra Suma y el PSN en Pamplona, Remírez afirmó que Enrique Maya “quizá ha dado una lección” a Esparza “de lo que significa hablar en política, dialogar y acordar”. Lo que sucede es que el argumento de Remírez se puede interpretar justo en sentido opuesto.
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Tanto Maya como Esparza, en realidad, le han hecho la misma oferta presupuestaria al PSN tanto en Pamplona como en el conjunto de Navarra: un cheque en blanco para que el PSN fijara las condiciones que quisiera a cambio del pacto. Por tanto la diferencia no ha estado en el lado de Navarra Suma, que ha hecho la misma oferta en los dos casos, sino en el PSN, que en el caso de Pamplona la ha aceptado y en del conjunto de Navarra la ha rechazado. Es por esto que más bien se podría pensar que es Esporrín la que le ha dado una lección a Chivite y no Maya a Esparza.
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Por otro lado, es obvio que hay una diferencia entre Maya y Esparza o entre Chivite y Esporrín. Aunque la oferta de Navarra Suma era la misma, Maya y Chivite eran los que estaban en el gobierno y Esparza y Esporrín los que estaban en la oposición. Es decir, cuando Navarra Suma tenía el poder de decidir, ha decidido acordar con el PSN, y cuando es el PSN el que tiene el poder de decidir porque está en el gobierno, decide no acordar con Navarra Suma. Es obvio que Esparza hubiera querido pactar con el PSN y que ofrecer un cheque en blanco en forma de apoyo automático a los presupuestos que presentara el PSN es una oferta que no puede ser superada, como mucho empatada. Así y todo Chivite no sólo prefirió como socio a Bildu, sino negociar contrapartidas con Bildu. En realidad ofrecer cheques en blanco al PSN podría parece una postura excesiva a muchos votantes del centro derecha, pero al menos tiene la virtud de dejar claro que si no se puede alcanzar un pacto es sola y exclusivamente porque el PSN no quiere.
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