Gérard Depardieu, ¿héroe o villano?

Gérard Depardieu, como muchos otros franceses que han hecho fortuna en la vida, decidió hace unos días tras las últimas subidas de impuestos en Francia trasladar su residencia a Bélgica. La localidad belga de Estaimpuis, a menos de un kilómetro de la frontera francesa, acoge en la vecindad, además de a Depardieu, a muchos franceses que con tan sólo cruzar una raya imaginaria pasan a tener una fiscalidad mucho menos confiscatoria. La victoria de los socialistas en las elecciones franceses ha avivado el tránsito de las rentas altas hacia Bélgica.

El primer ministro francés insulta a Depardieu, el cual le responde con algunos datos

Al hacerse pública la decisión de Depardieu de trasladar su residencia a Bélgica, el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, llegó a insultar al actor calificándolo de “despreciable”. El actor no encajó pasivamente esta descalificación sino que contestó las declaraciones del socialista Ayrault mediante una carta al periódico Le Journal du Dimanche. En la carta, Depardieu reconoce a Ayrault sus problemas con el colesterol, el alcohol, las motos o la hipertensión, “como a sus queridos medios les encanta repetir”. Sin embargo, el célebre intérprete de Cyrano también afirma que “a pesar de mis excesos, de mi apetito y de mi amor a la vida, soy un ser libre”, arrojando además algunos datos como que a lo largo de su carrera ha pagado 145 millones de euros o dado trabajo a 80 personas. Es más, Depardieu asegura que en 2012 pagó al estado el 85% de sus ingresos.

¿Héroe o villano?

Cuando un estado se convierte en un infierno fiscal, todo el que puede se cambia de estado. Al margen de que consideremos bueno o malo a alguien porque abandone un estado por otro para pagar menos impuestos, desde un punto de vista práctico se ve que subir los impuestos por encima de ciertos límites puede no servir para nada o incluso resultar contraproducente. A fin de cuentas, la recaudación cae si los contribuyentes huyen al extranjero. Desde el punto de vista moral, por otro lado, ¿puede reprocharse a alguien que intente huir cuando el estado le quita el 85% de su dinero? O dicho de otro modo, ¿es Depardieu un héroe o un villano? Y si no un héroe, si al menos le asiste algo de razón cuando se marcha para no ser expoliado.

El despreciable caballero de la legión de honor

Si hasta ayer Depardieu era un artista cuya obra merecía tal reconocimiento que se le otorgó la legión de honor, no resulta muy honesto mantener ahora que su obra es infumable y se resume básicamente en la aniquilación de la obra de Goscinny y Uderzo. Si su Cyrano de Bergerac era bueno ayer, entonces también hoy lo sigue siendo. En su carta, Depardieu reprocha al primer ministro socialista que “me voy porque ustedes han considerado que el éxito, la creatividad, el talento, en realidad la diferencia, deben ser castigados”. Lo cierto es que si alguien cobra 1 millón de euros normalmente resulta porque es capaz de hacer algo que es apreciado por una multitud de personas que no es capaz de hacer eso mismo. Si cualquiera pudiera hacerlo entonces todos cobraríamos un millón de euros. En este sentido efectivamente se puede interpretar que quitar a una de estas personas casi todo lo que gana es perseguir el éxito, la creatividad, el talento… la diferencia. El problema se agrava cuando consideramos que a menudo el éxito o la explotación de un talento requiere un esfuerzo. Si la recompensa por explotar un talento es la misma que la del que carece de él en absoluto, es improbable que las personas con talento se esfuercen por explotarlo.

Igualando por abajo

Es bien conocido el resultado del experimento consistente en poner a todos los alumnos de la clase una nota promediada, como en el socialismo. Si la media de la clase es un 6, por ejemplo, y a todos los alumnos se les pone la misma nota, los que han estudiado menos se ven premiados por no esforzarse por encima de ese nivel, pero los que han estudiado más concluyen que no les ha merecido la pena; en consecuencia, para la próxima vez estudian un poco menos. Como consecuencia, la media del siguiente examen baja a 5. Todos los alumnos que habitualmente suspenden siguen siendo felices, pero los que antes estudiaban algo cada vez consideran que merece menos la pena esforzarse para que se aprovechen los más vagos. El resultado lógico después del siguiente examen es que nadie se esfuerza, nadie aprende, toda la clase tenga un suspenso y todos los alumnos estén descontentos. El profesor autor del experimento trataba de explicar así a sus alumnos el fracaso conceptual del socialismo.

Que no haya países con menos impuestos

Entre los detractores de Depardieu, los hay indignados con el hecho de que haya estados en los que exista una fiscalidad más baja que en el propio y a los que puedan fugarse las personas que pagan menos impuestos, nada que ver con los paraísos fiscales o lugares donde se acoge el dinero procedente de actividades ilegales.  Según estas personas, deberían armonizarse los impuestos de todos los países para evitarlo. La idea no sólo es difícilmente realizable sino que nos enfrenta al siguiente escenario. Un estado con dirigentes eficientes que gestionaran bien sus recursos podría tener impuestos más bajos que otro estado con dirigentes torpes o derrochadores que, para ofrecer los mismos servicios, necesitara imponer a los ciudadanos impuestos mucho más altos. Carece de sentido pretender que los ciudadanos del estado mejor gestionado deberían ser penalizados pagando los mismos impuestos que el otro estado para evitar un trasvase de contribuyentes. No sólo porque sería penalizar al virtuoso y premiar al ineficiente sino porque, aunque se igualaran los impuestos, el estado más eficiente siempre ofrecería más y mejores servicios con los mismos recursos.

El truco con los ricos

Es un error considerar una maldición que en un país haya muchas personas ricas o que ganen mucho dinero. Por el contrario, es algo más bien estupendo. Lo mejor que le puede suceder a una sociedad es que haya muchos contribuyentes que ganen mucho dinero. Pero el truco para recaudar mucho puede no ser exprimir mucho a unas pocas personas sino que haya muchas personas que ganan mucho dinero, cuantas más mejor, a las que se les exprima un poco. Muchos pocos hacen un mucho. No es tanto aumentar los impuestos a los ricos como aumentar el número de ricos. Obviamente es justo que una persona pague más cuanto más dinero gana y si a cualquier persona normal ya se le quita el 50% de lo que produce (ver gráfico) los gobernantes tienen que tratar de justificarse ante ellos cobrando el 60%, el 70% o el 90% a los ricos. Si partiéramos de la base de que no es normal que el estado nos quite a nosotros el 50% de nuestros recursos (aunque los políticos tratan de que nos acostumbremos), a lo mejor también nos parecía menos normal que a Depardieu le quiten el 85%.

sueldo

Futbolistas

Hay una sola razón por la que un violinista no gana el mismo dinero que Cristiano Ronaldo y es que ningún violinista llena estadios de fútbol ni consigue récords de audiencia cuando se retransmite un concierto por televisión. Resulta totalmente hipócrita indignarse o victimizarse cuando es un hecho que lo que nos pone es el fútbol. Estamos hartos de ver a personas sin ninguna cualidad ni talento que ganan mucho dinero, pero cuando alguien gana mucho dinero sin tener algún talento ni pertenecer a un sector al que justa o injustamente le dedicamos mucho interés, es porque en vez de competencia y libre mercado hay intervencionismo político, subvenciones y estatalismo. La competencia pone a cada uno en su sitio. En las sociedades libres puede haber importantes diferencias entre los que más ganan y los que menos (aunque a veces se utilice este único indicador para medir tasas de pobreza) pero con dos diferencias sobre otros modelos. Los que tienen menos suelen vivir por encima de un mínimo que es un máximo en otros modelos. En otros modelos hay todavía mucha más diferencia, sin clase media, entre los poquísimos dirigentes que están arriba repartiendo y los muchísimo abajo que tienen menos. Aunque puede resultar un tanto herético, los hechos avalan más bien la realidad de que donde hay más ricos hay menos pobres. A nadie le interesa la pobreza ajena. A fin de cuentas casi todos los ricos necesitan clientes.

Naturalmente no podíamos terminar sin este breve monólogo de Cyrano de Bergerac, interpretado por Depardieu, que es un canto a la libertad personal y que nos atrevemos a decir que, en alguna medida, también hacemos nuestro en estos momentos:

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15 respuestas

  1. Una vez más viene «al pelo», aquella célebre frase de Lysander Spooner, pensador político norteamericano del siglo XIX:
    “La diferencia fundamental entre un asaltador de caminos y un gobernante es que el primero te roba y te deja en paz mientras que el segundo te roba y encima te da la lata para convencerte de que lo hace por tu bien».

  2. Una vez más, NC arrimando el ascua a su sardina. La cifra de 85% de impuestos es, sencillamente, falsa (además de ridícula). No hace falta rebuscar mucho para encontrar evidencias de ello:

    http://www.lemonde.fr/politique/article/2012/12/17/l-impossible-calcul-de-l-impot-de-gerard-depardieu_1807490_823448.html

    Critiquese lo que se quiera, pero subiendo o bajando los impuestos los más ricos siempre buscan la manera de no pagar impuestos y de llevar sus dineros a paraísos fiscales. Cosas de la naturaleza humana.

    Eso si, mientras tanto en Francia con su estado «soiviético» tan denostado por los ultraliberales de nuevo cuño, las cosas van bastante bastante mejor que aquí.

  3. En Francia las cosas van bastante bastante mejor que aquí, claro, en Francia:

    1.- Disponen de unos recursos naturales, de un tejido industrial y de un sistema educativo muy superiores a los de España.

    2.- No son reenes de ningún «Estado de las Autonomías». Todos los franceses están orgullosos de serlo.

    3.- No tuvieron la desgracia de padecer el tsunami «ZP». Los Pirineos les protegieron de la catástrofe.

    4.- Hay menos gente dispuesta a dar la lata para convencerte de que «el Estado te roba por tu bien».

  4. clarete,
    1.- Efectivamente, de eso no cabe duda.

    2.- En su momento destruyeron todas las lenguas y culturas que existían en su territorio, sustituyéndolo por un movimiento republicano LAICO. Todo eso fracasó en España. Por culpa de la Iglesia y de sus aliados absolutistas (que pena que los nacionalismos no existieran aun, verdad? podríamos echarles la culpa!!)

    3.- Lo del tsunami ZP es una tontería, en toda esta crisis que vivimos tienen tanta culpa ZP como Aznar, que sentaron las bases del sistema que luego colapsó estrepitosamente. Aznar creó el modelo y ZP no hizo nada para corregirlo.

    4.- Es que allí el Estado sí te roba por tu bien, no está debilitado por unas élites privatizadoras que te venden sus intereses como los propios. Como ejemplo, su sanidad pública es la mejor sanidad del mundo.

    En resumen, hay muchas razones, pero la principal es que en España no se pudo llevar a cabo una revolución como la de 1789, que creó un estado fuerte, unitario e independiente. No se pudo por culpa de absolutistas carcas y curas trabucaires.
    Sí, esos mismos que están en el poder en Navarra, más o menos.

  5. D. Lope, sus contestaciones parecen sacadas del argumentario del PSOE o de IU, se ve que es Vd. un alumno aventajado de la doctrina socialista, que tiene bien aprendida su terminología, punto por punto, palabra por palabra, y lo repite al pie de la letra, con las mismas palabras que cualquier otro correligionario allí donde haga falta. Eso sí que mantienen con gran éxito, su aparato de propaganda, basado en los métodos de la Komintern, para atontar al pueblo con utopías inalcanzables, robarle su libertad y conducirlo a la miseria (docenas de ejemplos en el siglo XX). En eso, en adoctrinar a través de la propaganda, sí que le dan mil vueltas a los acomplejados partidos de derecha, que no saben vender ni las verdades

    Luego, poner como modelo de transformación la revolución de los «sans culottes»… qué quiere que le diga, puestos a elegir, prefiero mil veces la proclamación de independencia de los EEUU.

    Ah, para élites privilegiadas, ninguna como las de los aparatos comunistas.

  6. d. clarete, una respuesta muy interesante la suya, pero noto cierta falta de… argumentos?

    Yo intento responder con argumentos, no se ud.

    Y respecto a los sans culottes, no sé si el es el modelo de transformación ideal, pero es el modelo exitoso que más cerca tenemos (ya que el americano obedece a otra cultura política y religiosa así como otras circunstancias históricas y geográficas) y el que podía haber llevado a España a ser un país poderoso y fuerte como Francia.

    Pero en vez de eso, fue un verdadero fracaso por aquellos que gritaban Vivan las cadenas.

    De aquellos polvos, estos lodos.

  7. Pregunta no retórica.
    ¿Si la burbuja inmobiliaria se inició con Aznar, como es posible que entre 1984 y 1991 los precios de los pisos casi se triplicaron?

  8. Los datos economicos (reales y analizados) dicen que uno de los principales problemas economicos de la Union Europea es Francia.

    Los famosos mercados (siempre tan atentos) todavia no lo han recogido pero esten ustedes atentos a un inmediato futuro.

  9. Bien zarra, en ese caso incluimos a los gobiernos de Felipe González entre los promotores de la burbuja inmobiliaria.
    Sin problema.

  10. D. Lope, a Vd. mis argumentos le parecen tonterías (dixit), a mí los suyos me parecen consignas partidistas, al menos, así suenan.

    Respecto a la revolución francesa… como modelo de golpe de estado, después «quitar» al rey y después haber proclamado la república, no estuvo mal. Pregúnteles a los Girondinos. Prefiero mil veces el talante y el talento de Thomas Jefferson al de Maximilien Roberpierre, el de Winston Churchill al de Iosif Stalin. Cuestión de gustos, D. Lope.

  11. D. clarete, no sé en que momento he dicho que sus respuestas son tonterías, en todo caso lo que parezcan es cuestión de gustos, lo importante es lo que contengan.

    Respecto a su admiración por la Revolución Americana, insisto en que prefiero la Francesa. Porque:
    – se hace en un reino, no en una colonia, lo cual es más fácil. Los americanos no tenían al rey ahí mismo ni una coalición de monarcas extranjeros que vencer (razón por la cual la revolución francesa es mucho más violenta).
    – nos es más próximo por razones culturales.
    – ha derivado en un tipo de gobierno, la democracia europea, que me parece mucho más humana y justa que la norteamericana.

    Yo prefiero de lejos Francia a USA, por su laicismo, su humanismo, su estado del bienestar, etc. Cuestión de gustos, en definitiva.

    Respecto a Churchill y Stalin, no creo que sean representativos de ninguna de las dos revoluciones, sino de la interpretación que ud. le da a cada una de las dos.

  12. Hace rato que lo tengo claro, D. Lope, a míme gusta más la libertad, Vd. prefiere el estatalismo o sea, su seguridad a costa de su libertad.

    Los que más odian a los EEUU son los franceses, y eso que los norteamericanos los han salvado dos veces en dos guerras mundiales. Piense p.e. en Normandía, ahora piense: ¿Cuantos franceses cree Vd. que hubieran estado dispuestos a morir en las playas de Florida, por liberar al pueblo americano de las garras de un invasor totalitario?. Alguien dijo hace tiempo que «Si no fuera por Estados Unidos, hoy el mundo sería un gran campo de concentración soviético».

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