La ley del aborto de 1985 convirtió a España en el siniestro destino de toda Europa para los abortos tardíos. Nuestro país era el único que permitía abortar niños de hasta 9 meses y además con el único requisito de que la madre alegara para realizarlo algún tipo de malestar psicológico.
La ley del 85 no consideraba el aborto como un derecho, sino como un delito que se despenalizaba en tres supuestos distintos.
Uno de los supuestos era que el embarazo fuera fruto de una violación, siempre que se practicara dentro de las 12 primeras semanas de gestación.
Otro supuesto era que el feto fuera a nacer con graves taras físicas o psíquicas, siempre que el aborto se practicara dentro de las 22 primeras semanas de gestación
El supuesto que al final aglutinaba el 99% de los abortos era el que despenalizaba el aborto en caso de peligro para la salud física o psíquica de la embarazada, concretamente el relativo al malestar psicológico. Para este supuesto, que se convirtió en un coladero para cualquier aborto, además no se estableció límite temporal alguno. Gallardón adelantó ayer en Onda Cero que en la nueva ley del aborto que prepara el PP: “por supuesto, está el daño psicológico para la mujer”.
El aborto como derecho o como delito
Respecto al aborto existe un debate conceptual consistente en si debe ser considerado un derecho, como se deduce de la ley actual, o como un delito con una serie de supuestos en los que queda despenalizado, como en la ley anterior. Paradójicamente, podría resultar que la ley que consideraba el aborto un delito fuera más permisiva que la ley que lo considera un derecho. También podría considerarse que el sistema político judicial ha evitado la aplicación de cualquier límite al aborto y que, más allá de un debate abstracto sobre si el aborto es o no un derecho, en la práctica ambas leyes se han aplicado como si lo fuera en todos los casos. Es de temer por tanto que la nueva ley, como las anteriores, no suponga ninguna reducción en el número de abortos que se practican al año. A efectos prácticos ya todo parece indicar que la reforma del PP será irrelevante para las víctimas del aborto.
El PP parece pensar que la mejor estrategia electoral es aspirar a ser el partido que mejor justifique por qué hace todo lo contrario a lo que defendió cuando se le votó. El hecho es que, llegados a las próximas elecciones, al votante del PP puede no quedarle en pie ni una sóla de las diversas razones por las que entregó su voto a este partido. Si las pierde, el análisis de la derrota será muy sencillo.
3 respuestas
Luego escuchas a Mariano decir que no hará lo que dijo Aznar que hiciera porque sería engañar a sus votantes…
¡¡Qué sana lectura cada noche leer una página del programa electora del PP y de UPN!! Qué sana costumbre. Eso es lo que se llama «compromiso político».
Supongo que por eso ni hijos, ni padres, ni esposos se dan de baja de los partidos ¿verdad?.
Ay!
Pregunto ¿alguien alguna vez tuvo alguna duda de que en éste, como en todos los temas con enjundia, el Partido Popular sólo sería capaz de hacer el canelo? Sin acritud.
Pedirle a Rajoy que cumpla sus compromisos es pedir peras al olmo, pedírselo a Gallardón es ser tonto de remate.
Gay Ardón, Gay Ardón… el niño de las logias…
¿Y qué opina de esto Rariano Majoy?