Cuando la presidenta Chivite sale a la palestra a tranquilizar a los trabajadores y al conjunto de los navarros sobre el futuro de Landaben no está muy claro si la preocupación disminuye o aumenta, tal es el nivel de descrédito de la presidenta.
X
Uno de los problemas a los que se enfrenta Landaben es a que los coches eléctricos, más sencillos que los de combustión, requieren aproximadamente entre un 30% y un 40% menos de mano de obra para su construcción. Es por ello que para la SEAT de Martorell se prevé un aumento del 38% de la producción para poder mantener la plantilla, ¿pero qué pasa con Landaben? De momento aquí no se prevé un aumento semejante de la producción.
X
Otro problema es el bache de la producción que se prevé para 2023-2024 como efecto de la transición hacia el coche eléctrico. En una entrevista concedida a Diario de Navarra por el lider de CCOO en Volksvagen Navarra, Eugenio Duque, este señalaba que “si se hacen 50.000 ó 60.000 coches menos de los que estaba previsto, sobrarían 500 personas. Eso lo ve cualquiera al que se le enseñen los números”.
X
A Landaben por tanto se le acumulan las incertidumbres, pero no le crecen al mismo tiempo y paralelamente las oportunidades. Martorell lo tiene mucho más fácil porque resulta complicado pensar que no es una carta que el nacionalismo catalán va a poner sobre la mesa a cambio de su apoyo a Sánchez. El problema además no es sólo Volkswagen o sólo Landaben, ya que de esta factoría dependen unos 18.000 empleos directos e indirectos, representando alrededor del 6% del PIB navarro y el 14% de nuestro sector industrial.
X
Un territorio, incluso más allá del caso Volkswagen, para poder prosperar debe tener la capacidad de atraer inversión, o bien a través del trapicheo político o bien a través de la capacidad para seducir a los inversores. En lo que se refiere al trapìcheo político no podemos competir con los catalanes y en cuanto a nuestra capacidad para seducir a los inversores, ahora que el pentapartito ha usado el régimen foral para crear un infierno fiscal y que tenemos un gobierno de radicales antiempresa, tampoco podemos competir ni con Madrid ni con casi cualquier otro territorio exterior en el que exista mayor seguridad jurídica y una menor fiscalidad. Muchas cosas en un plato como para que sólo las palabras de Chivite en el otro puedan transmitir confianza o equilibrar la balanza a nuestro favor.
X
x