Que no, que no lo decimos nosotros. Que “Franco no fue tan malo como dicen” es el título de una obra expuesta en la feria de arte ARCO. Como no podía ser menos la obra se ha convertido en la protagonista de la muestra y en el centro de encendidas polémicas en las redes sociales, donde los ciberopinadores se dividen entre quienes la defienden y quienes reclaman que se prohíba su exhibición por fascista. El autor, es un finlandés residente en España llamado Riiko Sakkinen, que ya el año pasado protagonizó otra polémica a cuenta de una obra similar con el jefe del estado como protagonista. Llegados a este punto, lo que procede es que vean ustedes la obra:
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¿Qué es lo que acaban ustedes de ver? ¿Una crítica o una defensa de Franco? ¿Está la crítica o la defensa en la obra o en el ojo del que mira? Si el que mira es un juez, este podría ser el último año en que se expone en España una obra como esta, asumiendo que el nuevo gobierno pronto aprobará la prometida ley penalizando la exaltación del franquismo.
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La obra por lo demás es una de tantas mamarrachadas que pueblan ARCO y en general las galería de arte moderno. ¿Qué es arte? ¿Qué no lo es? ¿Arte es lo que se expone en una galería de arte? A falta de una definición clara que parece que casi nadie se atreve a proporcionar, cualquier cosa puede ser arte, o por consiguiente no serlo. En realidad muchas de las obras del arte actual caerían más bien bajo la categoría de marketing que bajo la de arte. Marketing es el arte de vender un producto que puede no valer nada por miles de euros, como suele suceder con todo este tipo de obras. No está claro que fraude o estafa en un sentido amplio no sean a veces un subapartado dentro del marketing.
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Para aclarar el sentido de su obra, Riiko Sakkinen ha declarado a los medios que «Me está sorprendiendo mucho que en redes sociales haya gente que esté pidiendo prohibirla por fascista, porque eso quiere decir que no están entendiendo nada de la obra«, y que «Mi mujer tiene miedo de que los de Vox nos lancen un cóctel molotov».
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A este respecto da la impresión de que la obra es una pequeña patraña destinada a llamar la atención, publicitar a su autor y subir el precio de sus creaciones. O sea, una obra que hay que explicar a Europa Press para que se entienda es una birria de obra. Si querías dejar abierto el sentido de la obra, no vas después a explicar su sentido a los periodistas. Si querías que fuera una obra antifranquista y tienes que explicarlo, tu obra es mala porque no consigue transmitir lo que pretendía. Una obra de arte es la forma que ha encontrado un artista de transmitir algo. Si al final el mensaje se transmite más fácil con dos frases a un periodista, la obra era innecesaria, más aún si todo el impresionante mensaje era decir que Franco era malo y que decir eso en un país en que estamos hartos de escucharlo constantemente vale 15.000 euros (es lo que pide por la obra). Aparte de esto, el autor se ha dado prisa en quedar bien con los “antifascistas”, señal de que le dan bastante más miedo que VOX. De hecho volvemos al hecho de que en los últimos años si un artista quería meterse en problemas lo que tenía que hacer no era meterse con Franco, sino con la ETA, con el comunismo o con el separatismo catalán. Por eso hay tanto artista comprometido con la lucha antifranquista (ahora que Franco lleva 45 años muerto) y tan poco comprometido en la lucha contra el comunismo, la ETA o el separatismo.
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Dentro de todo, Riiko Sakkinen nos sugiere una vía para mantener viva la libertad de pensamiento incluso cuando entre en vigor la ley del PSOE prohibiendo decir algo bueno de Franco, que en realidad todo apunta a que prohibirá decir algo malo del bando republicano al poder interpretarse como exaltación o justificación indirecta del franquismo. Y es que decir que la alternativa que había enfrente de Franco no era la libertad puede que sea verdad, pero no por ser verdad dejaría de poder interpretarse como una cierta justificación del franquismo, así que aquí tendríamos en la nueva ley una vía para prohibir la verdad. O sea, que como mucho el año que viene a lo mejor se puede presentar una obra titulada, por ejemplo, “Largo Caballero no fue tan bueno como parece”, dejando su interpretación abierta o, llegados a cierto extremo, cerrándola en falso.
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