Feliz pre-colapso JO-JO-JO

¿Nos atacan los especuladores? ¿Conspiración judeomasónica contra la deuda pública española? Seguro que sí, si en España hubiera un 5% de paro o un 1% de superávit. Con un 20% de paro y un déficit del 11,1% , lo que puede explicar la mala gestión no tiene sentido atribuírselo a los marcianos. Cierto que especuladores, haberlos, haylos siempre, también cuando los mercados están al alza, y en otras circunstancias especularían al alza. Ahora bien, al igual que tras cualquier huracán o terremoto aparecen los saqueadores, no son los saqueadores quienes provocan los huracanes y terremotos. Que existen los especuladores, no obstante, es un hecho porque celebran reuniones periódicas en las que debaten sobre la situación de la economía, marcan objetivos, y ponen su dinero en común para alterar el precio de mercado comprando o vendiendo cantidades masivas de títulos mobiliarios. Uno de estos grupos de especuladores, sin ir más lejos, se hace llamar “G-20”, otros de ellos “Reserva Federal” o “Banco Central Europeo”. Eliminando los adjetivos y las peculiaridades nacionales, podríamos englobarlos a todos bajo el nombre o especie común de “gobierno”.

Entre el DEFCON UNO y el efecto dominó

Al margen de esta pequeña digresión, el hecho es que España se encuentra por primera vez en DEFCON UNO. Es decir, que ha entrado en un nivel de inestabilidad financiera que nos advierte de la posibilidad de una quiebra inminente del estado. Decir esto puede parecer exagerado, pero decir otra cosa sería engañarnos. El índice DEFCON, como hemos explicado otras veces, refleja la media aritmética entre los CDS y el diferencial entre la deuda española y la alemana. Ambos elementos los determina el mercado y cuando la media aritmética supera los 300 puntos básicos podemos hablar, emulando la terminología de Enrique Goñi, de pre-colapso financiero. Pues bien, ésa es exactamente la situación en la que ahora mismo  nos encontramos.

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4 respuestas

  1. Pues menuda «pequeña disgresión», en la que no sólo pone y saca la cara a los especuladores sino que, en el peor de los casos, les otorga tanta responsabilidad del desastre como a los saqueadores de causar los terremotos. Eso sí, les envidio que les haga gracia… Pero, bromas aparte, me parece a mí que algo de culpa tiene el que se forra con empujar al irresponsable que se cree que puede vivir asomado al precipicio.

  2. En esto de los calificativos es muy rico el castellano. Al mismo hecho si le aplicas un adjetivo positivo resulta bueno. Si se lo aplicas malo la cosa es nefasta.

    Esto lo digo por lo de los especuladores. Cuando los fondos de inversión del mundo entero compran a mansalva los papelitos de la deuda de España son «el mercado» o «los inversores». Pero si salen despavoridos y venden sus títulos de Deuda entonces son especuladores.

    Cierto que hay gente que juega a la ruleta rusa. Ganan y pierden. Es como el monopoly. Pero todavía no existe un país con una posición solida con el que los estos jugadores puedan. Durante la crisis Lehman, he leido, hubo movimientos con el sistema financiero USA, pero una apuesta decidida de la Reserva Federal logro cortar de raíz esas jugadas.

  3. Si vendemos deuda a los que se arriesgan prestándonos, no creeremos que se chuparán el dedito y se conformen con buenas palabras y palmaditas en la espalda. Ante una posible quiebra, «moverán el barco» para que les paguemos forzando reformas Y después están los que van a la caza de la pasta gansa… es lo que tiene ir de cazador… que puedes acabar cazado.

    Cuanto antes nos intervengan, mejor.

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