La clave gallega
La noche de ayer podía haber sido muy distinta si el PP hubiera obtenido un mal resultado en Galicia, o simplemente con que hubiera perdido la mayoría absoluta. Esto hubiera determinado un pacto entre los socialistas, los independentistas y los podemitas, lo cual hubiera podido ayudar a consolidar la tentación de repetir una fórmula similar en el gobierno de la nación. Por el contrario, el resultado gallego no ayuda a visualizar la demanda popular de esta opción. Incluso en Galicia, tradicional bastión del PP, los electores piden una alternativa de cambio, se hubiera podido argumentar. Pues bien, si alguien tenía preparada tal frase, ayer noche no la pudo decir. Ayer Pedro Sánchez no pudo presentarse ante las cámaras y decir: capto el mensaje, la gente quiere una alternativa al PP, tengo que pactar con Podemos y los separatistas. Tal vez por eso en toda la noche no se le vio. Eso sumado a que el PSOE perdió en Galicia 40.000 votos y 4 diputados, y a que fue sobrepasado por las mareas de Podemos. Si Pedro Sánchez ha hecho últimamente algo bien, no se ha apreciado aquí.
Feijóo antibalas
De algún modo el candidato popular se las apañó ayer para sortear un triple disparo. Primero el de cualquier elección y el riesgo inherente de perderla. Segundo la posibilidad de que Ciudadanos irrumpiera o no irrumpiera en el arco parlamentario, pero lo hiciera de tal forma que se perdieran unos votos que hubieran resultado decisivos para evitar la formación de un gobierno socialista-podemista-nacionalista. Tercero la factura electoral del PP, merecida o no, por los casos de corrupción. Feijóo evitó claramente recibir una bala dirigida a Rajoy, a Barberá o a cualquier otro líder popular bajo reproche. Con todo esto no obstante el candidato popular consiguió revalidar una mayoría que, eso sí, obtuvo en el bastión histórico tradicional del Partido Popular. No quedan muchos sitios más ahora mismo en donde el PP pueda permitirse el lujo de ganar por mayoría absoluta.
Ciudadanos
Podría señalarse que, pese a no obtener representación y pese a que el PP obtuviera la mayoría absoluta de forma holgada, Ciudadanos obtuvo 48.103 votos y un 3,38% de los sufragios. Tampoco se puede menospreciar el resultado de Ciudadanos observando que el BNG obtuvo 6 diputados con 118.982 votos. Es decir, el BNG obtuvo 1 diputado cada 19.830 votos, mientras que Ciudadanos no consiguió ninguno con 48.103. Es el sistema, es igual para todos y unas veces beneficiará a unos y otras a otros, pero cabe sin embargo reseñarlo en beneficio de Ciudadanos, o en detrimento del BNG.
Galicia como referencia para Navarra
Galicia no es Navarra, pero de algún modo es la constatación de que la teoría del quesito es falsa. Por un lado porque el reparto de porciones no está escrito en las estrellas, y si no que se lo digan ahora que ambas fuerzas están en la oposición a quienes pensaban que UPN con el PSN tendría siempre mayoría absoluta. Si alguien se cree que no hace falta luchar porque su posición es inexpugnable, en breve verá en sus torres la bandera del rival. Por el contrario, quien lucha para cambiar las cosas es posible que vea su bandera izarse sobre cualquier bastión del rival. Galicia demuestra la falsedad de la afirmación de que si hay nacionalistas de por medio es imposible una mayoría absoluta del centro derecha no nacionalista. Galicia es la prueba viviente de que se puede conseguir esa mayoría aunque haya un eje izquierda-derecha sobre otro nacionalistas-no nacionalistas. Pero conseguir una mayoría social, eso si, seguramente no consiste en tumbarse en el sofa viendo la ETB esperando que cambien solos los tamaños de las porciones de los quesitos. Para hacer eso, como mínimo, hay que argumentar más y mejor que el rival.