Uno de los apartados más interesantes del CIS es el mapa ideológico que resulta de los encuestados, y por tanto de la sociedad de la que son reflejo, a través de la escala de autoubicación ideológica. A la gente se le pregunta dónde se ubica a sí misma en una escala de 1 a 10, representando el 1 a la extrema izquierda y el 10 a la extrema derecha. El resultado puede resultar más esclarecedor que otros de los datos de la encuesta, como la intención de voto y el reparto de escaños, ya que se trata de un apartado relativamente escondido de las encuestas del CIS, al que no se le suele prestar mucha atención y que por tanto puede estar también menos manipulado. En esta ocasión, además, tenemos un resultado específico para Navarra que poder comparar al resultado del conjunto nacional.
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A través de este mapa de la autoubicación ideológica, por ejemplo, podemos hacernos una idea de dónde están los electores y cómo se pueden conformar las grandes mayorías, según la mayoría del país se identifique con la izquierda, la extrema izquierda, el centro, la derecha o la extrema derecha. ¿Es cierto que las elecciones se ganan en el centro? ¿Qué nos dicen el mapa ideológico de Navarra y del conjunto de España al respecto?
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Como puede apreciarse, la mayoría de los encuestados, por no decir la mayoría de la sociedad al menos tal como la refleja la encuesta, se ubica en el centro-izquierda. Los guarismos más poblados por los encuestados son el 3, el 4 y el 5, tanto en Navarra como en el conjunto de España.
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Cuanto más se aleja uno del centro, efectivamente hay menos votos, de lo que podría deducirse que cuanto más radical se vuelve un político menos apoyo social le respalda, pero con algunos matices.
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Efectivamente el número de personas que se identifican con los extremos de la escala es menor que el de quienes se ubican en la zona central, pero hay muchas más personas que se ubican en la extrema izquierda que en la extrema derecha.
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En el caso de Navarra lo anterior se acentúa, al punto que sólo hay un 3,5% de personas que autoubiquen en el 8, el 9 ó el 10 mientras que hay un 32% de personas que se autoubican en el 1, el 2 ó el 3.
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Por todo lo anterior, es mucho más fácil que una formación con un discurso extremista obtenga un buen resultado en la parte izquierda de la escala que en la parte derecha.
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En la medida en que se pueda pensar que el radicalismo y el extremismo representan una amenaza para la convivencia y las personas que no piensan de esa manera, es obvio que el extremismo de izquierdas representa por su volumen un peligro mucho mayor que el de derechas.
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También se observa, tanto en Navarra como en el conjunto de España, una anomalía respecto al axioma de que cuanto más se aleja un discurso del centro más adhesión pierde por parte de los habitantes. En nuestro caso, hay más personas que se autoubican en el 3 que en el 4. Esto significa que en realidad no somos una sociedad demasiado centrada, aunque la radicalidad se encuentra a la izquierda del espectro ideológico.
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El mapa ideológico también parece probar que no es cierto que los discursos extremistas se retroalimenten. Es decir, no hay una extrema derecha con un volumen equivalente a la extrema izquierda alimentada por el discurso radical de esta, o viceversa. De hecho hay una gran parte de la población que se adscribe a la extrema izquierda pese a que apenas hay en España extrema derecha. Esta idea se reafirma si cabe en Navarra, donde la extrema izquierda es mayor siendo la extrema derecha casi testimonial. Obviamente la lucha contra la extrema derecha ocupa un lugar central en el discurso de la extrema izquierda y el radicalismo se justifica por la magnitud de la amenaza derechista, sólo que según se ve no hace falta que la amenaza derechista sea real, sino que basta con que se aprecie artificialmente como tal.
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Un comentario
Buen enfoque. Otra cosa es la transparencia del CIS, tan cuestionada.