La primera apreciación, rotunda, que extraemos de nuestro diálogo con el sector, es que no hay una crisis inmobiliaria, o no sólo hay una crisis inmobiliaria, o en cualquier caso no es lo más importantes que haya una crisis inmobiliaria. Lo realmente importante y novedoso en este crisis es que se trata de una crisis financiera: no hay dinero en el sistema, no hay líquidez, no hay credito. “No es que no haya compraventas, es que no funciona el sistema financiero”. Es la propia falta de liquidez la que ahoga al sistema.
¿Por qué se han secado las ventas de pisos en seco?
La explicación que nos han dado es que antes había crédito para financiar la compra de un piso. En este momento, “si tu vas a comprar un piso y pides un crédito, te dicen: no te doy. O bien: te doy un procentaje, un 80%, o el que sea. Si vas a comprar un piso de 50 millones de pesetas, ¿tienes ahorrados 10 millones? Pues no. Entonces las ventas se detienen”.
No es un cambio de ciclo normal.
Sí nos reconocen un cambio de ciclo en el sector del ladrillo, pero inmediatamente añaden que no es eso lo preocupante, que la situación ha ido mucho más allá a causa de la crisis financiera. “Existiendo la financiación normal, se hubiese producido un ajuste de precios normal”. Es lo que hubiera sucedido como cuando, en otras crisis inmobiliarias pasadas, el recaliento del sector hubiera producido un exceso de oferta sobre la demanda. “¿Cómo han sido los otros ciclos?: mientras no vendo estas viviendas no inicio otras. Si hay un autoconsumo de un número de viviendas anuales, que en toda España podría ser de 400 mil o 500 mil, estás un año o dos años produciendo la tercera parte y ya está. Y ahora mismo igual. Si el problema fuera sólo un asunto de ajuste entre la oferta y la demanda, en un año o dos años, en el caso de Navarra menos todavía, se produciría el ajuste”.
¿Se sabe cuánto puede durar la crisis?
Un encogimiento de hombros es la respuesta normal al plantear esta pregunta. “No, porque la incertidumbre está en el sistema financiero. Nos estamos encontrando en una situación atípica, yo no había conocido una situación de éstas nunca”. Lo dice un empresario navarro del sector con muchos años de experiencia y varias crisis anteriores a sus espaldas.
Alarma social.
El sector de la construcción se queja del efecto negativo de algunos titulares de prensa sobre el clima económico. Nos comunican la impresión de un “efecto mediático muy derrotista, muy negativo, sin entender nada, dando noticias muy alarmantes”.
Incomprendidos.
La principal queja de los empresarios del ladrillo, seguramente, es la imagen que de ellos se transmite y que les identifica con situaciones como las de Marbella o con personajes como “el pocero”. Una imagen que, afirman, se encuentra muy lejos de ser real: “el sector es el que es, un sector inversor, que mueve unas cifras muy grandes, pero aunque ganes mucho dinero estás pagando unos intereses muy fuertes y cualquier error es también de una dimensión muy fuerte,o sea que todo es proporcionado”. Lamentan toda la cantidad de noticias “tan negativas, o tan sesgadas, probablemente por la falta que hemos tenido en España de formación económica y saber distinguir lo que es la empresa de lo que es “el pocero” o todas esas cosas que son la España cañí, de pandereta, unas cosas tan increíbles que las hacen cuatro pirados, eso no es lo normal”.
Motor del empleo.
Un sector de la población, afirman, no ha entendido que “el nuestro es un sector generador de empleo, en el sentido de que los ayuntamientos funcionan porque este sector está pagando unas barbaridades en licencias, en cesiones de suelo, en urbanizaciones, etc, Y por tanto no sólo estás generando empleo en toda la gente que participa en el proceso de lo que tú estás haciendo, sino que además estás consiguiendo que los ayuntamientos puedan mantener una actividad inversora importante para crear nuevos puestos de trabajo”. Muchos polideportivos, frontones, piscinas… no hubieran sido posibles en muchos municipios sin la pujanza del sector.
Respecto al empleo, solicitamos alguna cifra concreta. La respuesta que pudimos obtener es que, según los estudios que se han hecho, por cada vivienda que se construye se generan entre 2,2 y 2,7 empleos. “Si haces 100 viviendas –nos cuenta un promotor- estás manteniendo el empleo, directo e indirecto, de unas 250 personas”.
Escepticismo respecto a los planes del gobierno de Navarra.
Los promotores insisten en que el empleo que ellos crean es un empleo que se crea con el ahorro de los particulares que van a comprar una vivienda. “No tiene nada que ver con que el gobierno de Navarra saque 3 obritas. Eso es el chocolate del loro al lado de los volúmenes de empleo que estamos creando entre un pequeño grupo de promotores. Por mucha autopista que hagas, ¿cuántos empleos has generado directa o indirectamente? Y eso con unos endeudamientos enormes, a muchos años vista, que vamos a pagar todos”.
Este reportaje hubiera resultado imposible, como en otras ocasiones, si Navarra Confidencial no garantizara el anonimato de las personas entrevistadas. Todas las citas entrecomilladas pertenecen a profesionales navarros del sector a los que aprovechamos para agradecer su colaboración.
