Ayer las redes sociales ardieron con diversos ejemplos de la irresponsabilidad (real o supuesta) de algunas personas durante la primera jornada de relajación del confinamiento. Como siempre en las redes sociales se exageró mucho la trascendencia de algunos hechos puntuales, pero en todo caso se puso sobre la mesa el riesgo de levantar del confinamiento sin haber preparado lo suficiente a la población. Es decir, tenemos al menos un par de problemas importantes con el desconfinamiento que son los siguientes.
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En primer lugar, debido a la tardanza del gobierno en tomar medidas, somos el país con más contagiados por población del mundo. O sea, somos el país del mundo en el que más peligroso resulta levantar el confinamiento. Cualquier otro país con menor nivel de contagio puede contemplar ahora mismo con más tranquilidad el desconfinamiento progresivo. Por eso mismo seguramente nos convertiremos en el país más afectado económicamente por el coronavirus. De todo ello hay que darles las gracias al PSOE y a Podemos.
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El segundo problema es que nos hemos tirado más de 40 días confinados sin preparar bien el desconfinamiento. De repente aparece un día Pedro Sánchez y nos dice que podremos salir a la calle con los niños. O a la calle a pasear o a hacer deporte. No es que el desconfinamiento llegue demasiado pronto; la pregunta, visto lo visto, es si todo eso puede hacerse bien sin una preparación previa de la población. Y en este sentido una vez más es probable que nos encontremos ante un enfoque completamente equivocado por parte del gobierno.
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Antes de levantar el confinamiento, es necesario educar a la población en el uso del material y las medidas de seguridad que deben acompañar a ese desconfinamiento. Esto es muy difícil con un gobierno que, para empezar, ha negado el uso de mascarillas hasta hace cuestión de días. Pero es que además de indicar el uso de mascarillas y ocuparse de la disponibilidad de mascarillas, por lo visto en parte ayer hace falta también formar a la población en el uso de los guantes y mascarillas. A todos en general, pero seguramente a los mayores como colectivo más vulnerable muy en particular.
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En vez de horas y horas de Aló presidente, mucho mejor hubieran sido horas y horas de pedagogía sobre el uso de guantes y mascarillas. La mascarilla hay que llevarla puesta y bien puesta. No se puede tocar el móvil con los guantes, bajarse la mascarilla y ponérselo en la cara. No se puede tocar el interior de la mascarilla con los guantes. No se puede tocar una cosa con los guantes y después sin los guantes. No se pueden quitar los guantes de cualquier modo. Sin un desconfinamiento cuidadoso, tendremos otra vez saturadas las urgencias y disparadas las cifras de muertes y contagios en tres semanas, lo que nos obligaría a un nuevo confinamiento y a una nueva y catastrófica paralización de la economía.
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De todo esto tampoco se le puede echar la culpa totalmente a la población. En realidad, la inmensa mayoría de la gente es sensata y también eso lo demostró ayer cuando estuvo desconfinada. Pero las personas necesitamos una cierta instrucción para usar el material. No estamos acostumbrados a tener que pensar tres veces cada cosa que tocamos. Necesitamos las televisiones para ayudarnos con eso, no para decirnos lo maravilloso que es el gobierno.
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Que nos nos hayan enseñado los muertos y nos hayan entretenido con sólo imágenes positivas y festivaleras puede resultar contraproducente ahora. No se trata de hundirse en el desánimo, pero tampoco de ignorar la gravedad del problema. Es posible que una parte de la población no esté lo bastante concienciada sobre el uso de material de protección y el mantenimiento de las distancias de seguridad porque no ha percibido en los medios la gravedad de la situación. Llamativo también que los mayores impulsores del no pasa nada sean al mismo tiempo los más escandalizados de los errores que cometía la gente ayer. El problema es que sólo un 20% de desconfinados poco cuidadosos pueden complicar la situación. Hay que mimar el desconfinamiento y enseñar también a ese 20% a cuidar el desconfinamiento, porque es muy importante empezar a reactivar la actividad.
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Nos han inundado con campañas para decir que tenemos que estar unidos y que de esta salimos todos juntos, lo cual básicamente son mensajes vacíos e inútiles (o promoviendo el pensamiento acrítico). Se echan de menos, en cambio, campañas en las que se ilustre el mal uso de las mascarillas o los guantes. Han tenido más de 40 días para preparar el desconfinamiento haciéndolo bien. Los españoles merecemos un desconfinamiento que no tire por tierra el esfuerzo de haber estado 40 días sometidos a uno de los confinamientos más radicales del mundo. Obviamente tampoco podemos quedarnos para siempre encerrados. El problema es que, sea por una cosa o por otra, siempre tenemos al gobierno con el paso cambiado.
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