Como un “acto político” ha definido ACAI la posible apertura de uno de sus centros en Navarra. ACAI amenazó en 2007 con la misma iniciativa asegurando ahora que entonces sólo “pretendía provocar”. El presidente de ACAI, Santiago Barambio, explica que “no era un intento de montar un negocio sino de poner en evidencia una situación de carencia por parte de las mujeres de una comunidad autónoma”. Barambio amenaza de nuevo con que “si la ley no se aplica nos plantearemos un acto político consistente en la apertura de una clínica en Navarra”. En ese supuesto, el líder de ACAI augura que “nos encontraremos con pegas y las iremos notificando al resto del país para que se conozca cómo se ejerce la inhibición de un derecho en una comunidad autónoma”.
La credibilidad de ACAI resulta cuestionable puesto que se trata de una amenaza ya esgrimida y no cumplida en el año 2007, que además es calificada ahora por la propia ACAI como un intento de provocación, a lo que se suma que la actual amenaza se denomina sin ningún rubor como un “acto político”. ACAI, sin embargo, no es otra cosa que un lucrativo negocio. Una navarra que abortara a su hijo de 14 semanas, según la tarifa de sus clínicas, dejaría en la caja de ACAI 475 euros. Una navarra que lo hiciera a las 22 semanas subiría los ingresos de ACAI hasta los 1.655 euros.
La decisión de abrir un clínica abortista privada en Navarra se va a tomar ante una calculadora y no ante el acta de una sesión del Parlamento de Navarra.
El hipotético negocio del aborto en Navarra.
Eliminar un hijo en una clínica abortista privada es un mero servicio debidamente tarifado. No es que desconfiemos del señor Barambio pero, a la hora de tomar una decisión, no descartamos que sus palabras resulten menos determinantes que sus precios. En el caso de una clínica de ACAI ésta es la tarifa:
Los últimos datos disponibles del Ministerio de Sanidad, por otra parte, muestran que el 95% de los abortos se realizan antes de las 16 semanas. El 95% de los ingresos de ACAI, en conclusión, se mueven dentro del rango tarifario entre los 345 y los 595 euros. El número total de abortos llevados a cabo por navarras, de nuevo según los datos del Ministerio, fue de 765 en el año 2008. El rango de los ingresos de ACAI en Navarra, aproximadamente, oscilaría entonces entre los 263.925 y los 455.175 euros anuales. A esta cantidad habría que descontar todos los gastos del negocio. Este es el verdadero core business de ACAI y no los “actos políticos” ni las provocaciones.
La sanidad pública no resta negocio.
Sin ningún género de duda, la decisión de ACAI de proceder o no a la apertura de una clínica abortista en Navarra nada tiene que ver con que se realicen abortos o no en la sanidad pública. Ni en Navarra ni en ninguna otra parte de España. La razón, una vez más, nos la muestran con toda claridad las estadísticas oficiales. La sanidad pública, allí donde realiza abortos (que no es en todas las comunidades autónomas, y menos en todas las provincias), apenas se encarga de otros abortos que los comprendidos en los dos primeros supuestos (violación y riesgo fetal). Por otro lado la sanidad pública, allí donde realiza abortos, tan sólo se ocupa del 1,9% de los abortos. Con toda seguridad ACAI no va a venir a Navarra –si viene- a hacer caja con el 1,9% de los abortos que habitualmente se realizan en la salud pública, sino con el 98,1% restante. Puede que lo contrario sonara mejor, pero sería sólo una excusa.
En La Rioja y Navarra no hay clínicas privadas abortistas.
No puede pasar tampoco desapercibido el hecho de que La Rioja y Navarra sean las dos únicas comunidades en las que no existen clínicas privadas abortistas. Casualmente, La Rioja y Navarra son, con diferencia, dos de las tres comunidades autónoma menos pobladas. La cuarta comunidad menos poblada, Asturias, supera ya el millón de habitantes. La clave explicativa de la ausencia de una clínica abortiva en Navarra o en la Rioja no es política, más bien parece puramente demográfica. El número de abortos anuales es mucho menor que el de comunidades más pobladas. No hay masa crítica de clientes. El beneficio de una clínica privada en Navarra sería mucho menor que el de otra comunidad más poblada. Las navarras que quieren abortar, en cualquier caso, no dejan de ingresar en las cajas registradoras de las clínicas abortivas, sencillamente acuden a otra comunidad autónoma. ACAI puede instalar o no una clínica abortista en Navarra, pero lo que decida sólo tendrá que ver con sus beneficios y en absoluto con lo que se vote en el Parlamento de Navarra. La opinión de ACAI sobre el aborto, por consiguiente, vale tanto como la opinión sobre la guerra de la industria del armamento.
Un comentario
Oyes, pues ya que quieren hacer un acto político ¿por que no destinan parte de sus mollares beneficios a ayudar a algún niño o aldea del tercer mundo, pero no abortando sino por ejemplo constuyendo un pozo de agua? ¿no tienen ni tan si quiera un poquito de humanidad? ¿ ni si quiera con lo que les sobra?.. que mierda de negocio tienen montado.. y que caca de sociedad adormilada…