Pasado
Las elecciones forales del año 2007 determinaron la pérdida de la mayoría absoluta por parte del centro derecha navarro y una aritmética parlamentaria incuestionable: nadie podía gobernar sin el PSN o contra el PSN. Una de las consecuencias inmediatas de esta situación fue la ruptura de la coalición electoral entre el PP y UPN. Frente a las críticas ante esta ruptura, el argumento más recurrente en la defensa de UPN fue el de que el PP, para evitar un gobierno nacionalista, también había decidido en la CAV pactar con el PSOE. Si valía para la CAV, valía para Navarra.
Es por ello que el pacto entre Basagoiti y Patxi López, cuya ruptura se anunció ayer, se convirtió para Navarra en una especie de referente.
Presente : Roberto Jiménez «quintacolumna»
Para quien no lo sepa, la situación actual del gobierno de Navarra es de absoluto desentendimiento en lo personal y en lo político.
Hay dos gobiernos y además uno de esos dos gobiernos trata de ser oposición al mismo tiempo. La situación se agrava por la emergencia económica nacional que atraviesa España y las medidas draconianas que esa emergencia reclama. Al margen de los desencuentros ideológicos previsibles, el PSN no se recata a la hora de anunciar unilateralmente sus posiciones políticas antes de acordar una posición común con UPN, o incluso en anunciar las medidas de gobierno dictadas desde sus consejerías, en vez de en las instituciones, en la propia sede del partido.
Si la situación política resulta extremadamente forzada, la tirantez de las relaciones personales pone a prueba constantemente los nervios de la presidenta y los consejeros de UPN. El pasado mes de diciembre recordarán ustedes que Enrique Maya abandonó una reunión después de que Roberto Jiménez se dirigiera a él, según explicó posteriormente el alcalde de Pamplona, en “tono intolerable”.
Esta tensión no es la excepción, sino la norma general en todas las relaciones con Roberto Jiménez.
Futuro
El pacto PP-PSOE se rompe en la CAV un año antes del fin natural de la legislatura desencadenando un previsible adelanto electoral a la vuelta del verano. Fracasa así la referencia del pacto entre no nacionalistas y se apunta un escenario que puede reproducirse en Navarra: el pacto interesa tras las elecciones pero pesa negativamente de cara a las siguientes. En el caso navarro, a quien puede pesar más es al PSN, que rompiendo el pacto podía intentar reconciliarse con una parte de su electorado y hasta de su propio partido (recuérdese el casi 40% de votos que Manuel Capillo obtuvo frente a Jiménez en el último congreso). El Pacto PP-PSOE en la CAV se ha roto a menos de un año del fin natural de la legislatura. Una hipotética traslación del supuesto al caso navarro ubicaría una crisis similar en una aún lejana primavera del 2014. La primera pata de este escenario sería el desentendimiento ideológico. La segunda pata sería la tensión personal en las relaciones. La tercera y definitiva sería la valoración por parte del PSN de si, de cara a su imagen, le interesa presentarse ante su electorado con una estampa más radical, exigente y rupturista o habiendo sido capaz de gobernar con la derecha todo el mandato. Ya hay quien empieza a cuestionárselo viendo en las barbas del vecino un negativo de sí mismo.
7 respuestas
En las vascongadas, pasadas las elecciones, el PNV exigirá al PSOE un gobierno de coalición en Navarra para dejarles entrar en el Gobierno Vasco. Si Yolanda Barcina no disuelve ANTES de que se presente esa moción de censura, tendremos coalición PSOE-IU-NABAI(o como se llame) a la andaluza, con el respaldo de BilduEta desde sus escaños.
Pero claro, esto ya lo dije hace tiempo y sonaba a ciencia ficción. Será realidad en unos meses.
En Andalucía, el tal Diego Valderas, ex-repartidor de butano de Bollullos del Condado, es el vicepresidente de la Junta de Andalucía.
Ya lo dijo Griñán en el acto de investidura guiñando el ojo a sus nuevos ministros comunistas: » Y a partir de ahora, igualdad para todos…» (Se refería en el reparto del botín)
según Dña Yolanda, el pacto va «viento en popa» http://www.diariodenavarra.es/noticias/navarra/mas_navarra/2012/05/07/barcina_quot_pacto_gobierno_navarra_mucho_mas_estable_que_euskadi_quot_79566_2061.html
La ruptura del pacto PP/PSE-EE me deja un sabor de boca bastante amargo, por cuanto no es nada más que la escenificación del fracaso del constitucionalismo en el país vasco. Mientras el nacionalismo -PNV y Batasuna- se llena la boca de palabras como patriotismo, los partidos no nacionalistas se lanzan los trastos a la cabeza, mostrando de este modo que el destino del pensamiento político español es la pelea y no el entendimiento en las cosas básicas: la unidad nacional, por poner un somero ejemplo (que se puede ampliar en estos tiempos de emergencia económica a tantos otros temas). Os recomiendo el artículo que el profesor de la UPV Pedro José Chacón ha escrito hoy en El Correo al respecto.
En Navarra la situación no es similar: UPN y PSN tienen la potencia suficiente como para no formar gobiernos en coalición. La situación actual del Gobierno de Navarra es una anomalía debida a la enorme pujanza del nacionalismo en esta época de final de ETA, pero la acción de ambos partidos cogobernantes (como debería serlo en la vecina CAV) debe ser la de intentar fortalecerse a sí mismos desde la discrepancia ideológica, para evitar que el nacionalismo (el verdadero enemigo de Navarra y del navarrismo) ocupe el lugar del PSN y quién sabe si del foralismo de UPN en un futuro.
Las conclusiones de la ruptura del pacto constitucional vasco son amargas: PSOE y PP dejan de lado el interés nacional por la inquina impresa en su ADN. A ver si nos damos cuenta de que estamos condenados a entendernos, para evitar lo que ha pasado en Grecia con los neonazis o lo que puede pasar en Euskadi con Otegi… O fortalecemos un sistema constitucional moderado, democrático y de turno, o nos vamos al abismo.
En Euskadi estamos condenados a ser rémoras de un futuro Gobierno soberanista. El PNV en este momento no desea dar ni agua al PSE, y si puede gobernar en solitario con apoyos puntuales, como hizo Ibarretxe durante sus diez años de raca raca, es lo que hará: pactar los presupuestos con el PSE o el PP; pactar un nuevo Plan soberanista con Bildu.
En Navarra no ocurre esto; el nacionalismo no tiene poder suficiente para intentar imponer un plan rupturista. Pero eso no obsta para que PSN y UPN se pongan las pilas, superen sus problemas y pongan las luces largas para evitar lo peor. La solución no es fácil, pero es en tiempos como éste cuando se requieren políticos audaces, inteligentes y firmes. Y si para eso hay que romper el Gobierno de Navarra, rómpase. Pero no por odios o por desavenecias personales; tampoco por desavenecias políticas que puedan beneficiar al nacionalismo. Hágase con la idea siempre en la cabeza de proteger a Navarra. Es decir, hágase con y por patriotismo. Aunque esta palabra suene rara en boca de una persona que no sea nacionalista.
El argumento de Basagoiti para romper con Patxi López es ridículo. Dice que «por la falta de firmeza de López con Batasuna», ¡como si fuera nueva la postura de López! Y todo ello dicho por Basagoiti mientras el gobierno de su partido le acaba de conceder la libertad a un asesino etarra de dos personas condenado a 100 años de cárcel.
Cuadrilla de hipócritas. Todos.
Ahí, ahí, Doña Chon, ahí les duele, en la cogruencia y en la vergüenza.
Ciudadano, no se preocupe que los tiros (perdón por la expresión) no van por ahí. Como dice la Sra. Latienda, el argumento del PP es ridículo, como lo es romper un pacto por ejercer un derecho, como es recurrir al Tribunal Constitucional, cuando se considera, acertada o equivocadamente, que se atenta contra la autonomía. Por cierto, Cataluña también ha anunciado recursos y cabe recordar que el Gobierno de CIU está en minoría y sale adelante gracias… al PP, el cual ve, atónito, como le votan en contra los Presupuestos Generales del Estado.
Hipocresía, fariseismo y grandes dotes de descoordinación es lo que ha demostrado hasta ahora el PP.