Enrique Maya Miranda, director del área de Urbanismo y Vivienda, así como responsable de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Pamplona, es la apuesta de UPN para encabezar la candidatura al Ayuntamiento de Pamplona. Enrique Maya es Doctor en Arquitectura por la Universidad de Navarra, donde además ha dedicado parte de su tiempo a la docencia. La designación de Maya supone un golpe de efecto tanto por tratarse de un nombre que no había aparecido en las quinielas como por no tratarse de un militante del partido. En todo caso, aunque independiente, se trata de una persona de la confianza de Yolanda Barcina.
Bajo perfil político
Entre los activos del candidato, aparte de su conocimiento de los entresijos de la gestión urbanística, para muchos votantes puede encontrarse el hecho de que se trate de un independiente ajeno a las estructuras de partido. Frente a otros independientes, no obstante, nos encontramos ante alguien que siempre ha mantenido desde su llegada al Ayuntamiento de Pamplona un bajo perfil político. Se trata de una persona desconocida para el común de los votantes y respecto a cuyas posiciones ideológicas, a diferencia ya de casi todo el resto de los mortales, no puede encontrarse ninguna clarificación en Google.
¿Una elección estratégica?
Desde el punto de vista estratégico, el análisis político podría concluir que este nombramiento parte de una premisa que a estas alturas parece evidente, y es que ninguna sigla por sí sola puede alcanzar la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Pamplona. Da la impresión de que la elección de una persona independiente, y más si se trata de alguien con un bajo perfil político, puede facilitar una coalición entre dos fuerzas rivales aunque próximas como UPN y PPN.
¿Y usted qué opina?
Indudablemente uno de los elementos decisorios de esta idoneidad ha de venir dada, precisamente, por la aceptación del electorado. Es por ello que les planteamos a ustedes esta cuestión para conocer su valoración del candidato.
16 respuestas
Independientemente de su valía (de la que no dudo en absoluto), coño, me parece estupendo que los afiliados a UPN estén soportando la estructura del partido, pagando sus cuotas y aportando lo que pueden para que cuando llega el momento aterrice el «paracaidista» de turno.
¿Si tanto gusta a los partidos echar mano de los independientes porque no se hacen listas abiertas de una vez…?
¿Y si a este buen señor le parece bien optar a un puesto político, porqué no se afilia a algún partido político?
Juanjo, ¿y por qué hay que afiliarse a un partido político para optar a un puesto político?; me parece que es contradictorio que pidas listas abiertas y al mismo tiempo no te parezca bien que se presenten independientes.
La partitocracia que tenemos en España es parte del cáncer insitucional que vive nuestro país.
Viva la libertad.
Bueno: PSN pone un candidato de perfil bajo al parlamento, y UPN pone un desconocido en el Ayuntamiento, contra Moscoso (para darle alguna oportunidad, al pobre).
Esto está simplemente AMAÑADO. Los partidos UPN / PSN se reparten el pastel, no concurren, es TONGO. Seguimos en el caciquil sistema liberal del XIX, por lo que se ve.
Esto es un FRAUDE, esto es una VERGUENZA, esto es una CACICADA, esto es una MIERDA, esto es la perversión de LA DEMOCRACIA.
De acuerdo con jgvaquero. Añado, no obstante, que la propuesta de UPN debería haber llegado mejor fundamentada, precisamente porque como bien dice jgvaquero, la partitocracia es parte de nuestro cáncer insitucional. No sé si dejar a los medios (incluido NC) la «interpretación! de las decisiones, ayuda o no. Por ejemplo, dudo mucho de que en los próximos años el objetivo nº1 de las ciudades españolas tenga que ver con el urbanismo (más allá de las murallas en en caso de Pamplona) y/o la cosntrucción. Quizá haya otros más relevantes, por ejemplo, la des-asunción de las responsabilidades impropias, reducir aún más las cargas fiscales (sic) y parafiscales, etc.
Si quiere puede hacer una agrupación de electores u otras fórmulas, pero me parece mal, al menos a mí, que se pueda hacer uso de una estructura y de unas siglas (con más o menos prestigio obtenido por sus afiliados y sus cargos públicos) para optar a ser elegido cuando uno no ha aportado nada a este partido.
Listas abiertas, bien si yo me presento y me apoyan los compromisarios o los electores (depende del modelo que elijamos) pues adelante, pero me monto yo la estructura y mis ayudantes, no se explicarme mejor….
Me parece un acierto total por parte de la Sra. Barcina, es un excelente profesor y profesinal,además de una bellisima persona.
Ya era hora que entrasen en politica profesinales preparados y no politicos que no se enteran de que va la cosa y solo estan para decir amen a lo que diga el partido.
Me uno a las voces que claman contra la partitocracia. El monopolio de la vida pública por los partidos (por la cúpulas de los partidos) hace que nos espantemos de la política que se convierte en un coto cerrado de unos pocos. Siempre me viene a la mente en este caso el refrán que dice: “reunión de pastores oveja muerta”. Cuando hay unos pocos que deciden las cosas sin rendir cuentas a nadie lo natural es llegar a pactos de reparto del poder, muchas veces opacos, y que suelen degenerar en el reparto de prebendas. El dedazo de la Sra. Barcina es una muestra de cómo funcionan los partidos de masas. El líder muestra su deseo y el partido descubre lo sagaz e inteligente que ha sido la decisión y aclamarán al designado.
Sin embargo considero que el votar a listas (abiertas o cerradas la diferencia es pequeña) lo que hace es que mi voto vaya a personas a las que no he votado. Me explico. Lo habitual en los sistemas de listas abiertas es que cada elector marque la casilla de su candidato preferido. Pero para el reparto de puestos se siguen contando las papeletas de cada partido que son las que computan para el reparto de puestos. La diferencia que los candidatos con más preferencias salen en primer lugar. En los puestos secundarios salen las personas que saben camelarse al aparato del partido. Es decir mi voto es utilizado para aupar a personas de las que no tengo ni idea de cómo respiran y que deben el puesto al hecho de haber sido colocadas por el jefe en la lista. Y no hablo de suposiciones. Cualquiera que conozca el caso de la I República Italiana (1946-1990) sabrá que había un sistema preferencial y la Italia de la postguerra es un ejemplo de libro de partitocracia.
Para evitar que las cúpulas de los partidos sigan haciendo de las suyas primero hay que separar la función de gobernar de la de representar. Una cosa es elegir a quien ha de mandar y otra elegir a quien ha de aprobarle las cuentas, controlar al gobernante y establecer las leyes que debe aplicar el gobernante. El que manda no puede ser el jefe de la asamblea representativa.
Ademas sólo mediante la elección del candidato mayoritario en un distrito pequeño (la democracia es la regla de las mayorías) se puede garantizar que en la vida pública se pueda oír la voz de la gente corriente. Y para evitar que el elegido se crea dueño y señor de sus electores éste debe estar sometido a la posibilidad de revocación de su mandato si su labor se desvia de lo que quieren sus electores.
Totalmente de acuerdo con Ud., Itúrbide.
Creo que el único partido que defiende lo que dice (elección directa del alcalde y en listas abieras, de los concejales) es UPD, pero claro, es «antiforal», y no existe.
Sr. Spurgus su afirmación sobre UPyD me ha sorprendido y no he tenido más remedio que ir a las fuentes. http://www.upyd.es/fckupload/pdf/programa_marco_elecciones_autonomicas_y_municipales_2011.pdf.
Sobre la elección directa de los Alcaldes el programa dice “P. 75. Elección directa del Alcalde para propiciar una mayor participación de los asuntos públicos mediante su vinculación a la política.”
Sin embargo más adelante dice: “P. 77. Listas electorales desbloqueadas con voto preferencial pudiendo alterar el orden de los candidatos propuestos por los partidos políticos o agrupaciones electorales.” Aparte de la confusión de “alterar el orden” y “voto preferencial”, que no son lo mismo, veo que sostienen una variación de lo existente: las listas.
Así que nos encontramos con un Alcalde elegido por el pueblo (¿una o dos vueltas?) que puede tener una mayoría de acólitos en el Pleno. Pues no me sirve. Al hecho de contar con la fuerza de la votación popular directa el que tenga mayoría de gente que depende de él para su inclusión en la lista haría que el Pleno aprobase sus designios sin discusión. Vamos como hasta ahora en los Ayuntamientos con mayoría absoluta. Y si no tiene mayoría, el propio programa prevé (P.79) que se diferencien las competencias para que el Alcalde gobierne y el Pleno legisle. Pero eso ya lo conocemos. Un Alcalde sin mayoría en el Pleno tiene que acordar con los partidos (consenso) sus medidas. Y ya sabemos que el actual sistema de listas de partidos lleva a que primen los intereses del partido.
Si a eso le unimos que UPyD ha solicitado en el Congreso ampliar la proporcionalidad del sistema de listas para el Congreso, es decir, que con los mismos votos le toquen más puestos, me parece que no ataca de raíz el mal. En mi opinión lo que manifiesta es o mucha confusión o un deseo de que algo cambie para que nada cambie (el sistema de cuotas de partido).
Tengo la impresión de que el presupuesto de la teoría de los juegos que dice que el ganador de un juego es el que aplica sus reglas hasta el limite permitido aplicado al caso de UPyD nos lleva a la conclusión de que la única manera de que gane es aceptando las reglas tramposas de la partitocracia a la española, o sea que se confundirá con los actores principales de la política española. En caso contrario no creo que perviva mucho.
El único grupo político que pide de verdad el fin de la partitocracia (con listas abiertas y la transformación del senado en cámara social como pasos intermedios) es la Comunión Tradicionalista Carlista. http://www.carlistas.es
Si los políticos que tenemos trabajaran para la empresa privada, estarían todos en el «paro» con semejante «cuenta de resultados»
Itúrbide, como siempre, muy interesante o que dice.
Sin embargo, no le entiendo bien cuando dice que «que tenga mayoría de gente que depende de él para su inclusión en la lista «. O no, claro. Eso es suponer que el que se presenta como alcalde puede hacer su lista, y eso no tiene por qué ser así. No dudo de que puede ser, pero no tiene por qué.
Por otra parte, «que se diferencien las competencias para que el Alcalde gobierne y el Pleno legisle.» como dice el p79 del programa, no sé en que se diferencia de lo que decía antes de que «Una cosa es elegir a quien ha de mandar y otra elegir a quien ha de aprobarle las cuentas, controlar al gobernante y establecer las leyes que debe aplicar el gobernante. El que manda no puede ser el jefe de la asamblea representativa.» ¿No es lo mismo? para mí sí, pero explíqueme por que no, en su caso, le ruego.
En todo caso, es claro para mí que no cabe imaginar un sistema perfecto, pues todos fallan en el punto en el que son corruptibles: las personas, y además, no es posible la proporcionalidad absoluta. Lo fundamental será siempre la libertad y responsabilidad de los electos, sean del partido que sea.
Anarco (n. 12) dice: «Funcionario gris»; «totalmente alejado de la economia real y de la vida real»
¿Sabrá Anarco qué es la Gerencia de Urbanismo?, ¿de qué material están hechas las casas y la urbanización de Pamplona? ¿conocerá a algún promotor de Pamplona? ¿le interesará su ciudad?
Ya quisiera yo muchos «funcionarios grises» como Maya, con su experiencia profesional y con su dedicación; quedaría más tranquilo cada vez que tengo que pagar mis impuestos.
Sr. Spurgus.
Lamento no haber sido claro, pero no es fácil resumir con precisión en pocas líneas. En mi opinión lo que propone UPyD es una elección directa del Alcalde y que los puestos de concejales se repartan mediante reparto proporcional entre listas de partidos. Es decir, introduce un elemento de legitimación democrática del que ha de gobernar a la vez que reserva el Pleno a las lisas de partidos. En mi opinión es un parche y no soluciona los problemas derivados de que el sufragio por listas lo que hace anular el mecanismo de relación directa elector-elegido. Y esa yuxtaposición de legitimidades me recuerda a las primarias del PSOE cuando el candidato ajeno al aparato gana. El conflicto entre la legitimidad democrática y el la de la organización está servida. Y la experiencia dice que siempre gana el aparato.
En mi anterior comentario intentaba esbozar qué situaciones pueden darse en ese caso según el partido del Alcalde tenga mayoría o no en el Pleno. Lo que sí me parece claro es que el partido del Alcalde si tiene mayoría no supondrá un freno al Alcalde y por tanto las normas se harán a su gusto, no de acuerdo con los intereses de los electores como si ocurriría con concejales elegidos individualmente en cada distrito. Si los concejales del partido se enfrentan al Alcalde será debido a que una crisis interna del partido (se traslada a las instituciones un problema privado). ¿Y si no tiene mayoría el partido del Alcalde? Pues también tenemos experiencia. El Alcalde tendrá que negociar con algún partido menor cuyos votos se convierten en decisivos. Y hay experiencia de qué ocurre en esos casos. Desde luego el interés de los electores no es el principal.
Sí me sorprende que de mis comentarios se pueda derivar que defiendo el sufragio proporcional. En absoluto. La democracia es un mecanismo cuyo elemento principal es la regla de la mayoría. El reparto proporcional desactiva la regla de la mayoría. Es un mecanismo para que los políticos no sufran las consecuencias de no ganar. De hecho el curioso espectáculo de la noche electoral en que todos ganan es verdad. Todos retienen una cuota de poder que intentarán reforzar como sea. Y por eso siempre estaré en desacuerdo con el sufragio proporcional.
UPyD antiforal? que yo sepa es antiforal Aurelio Arteta y por eso estaba entre mis preferencias. Las declaraciones más recientes que he podido leer en prensa de los que ahora llevan la «cosa» marcan distancias con el antiforalismo cabal, razonado y razonable del Sr. Arteta y más bien parece que aspiran a ser una especie de Upenita.