“Tengo unas ganas de hostias que es de flipar, tengo mucho estrés acumulado”, “lo llegamos a coger entre los 25 y les hubiésemos untado”, “el grupo paga la pensión, la comida y la gasolina y algún pollo de cocaína”, “habría que matarlos a todos”…
Según la información publicada por elespañol.es, estas son sólo algunas de las frases que aparecen en la investigación que un juzgado de Pamplona está siguiendo sobre un importante grupo de acusados de la peña Indar Gorri. Hay horas de escuchas telefónicas a las que el citado periódico ha tenido acceso y que revelan desde dentro cómo se han gestado algunos de los incidentes de los últimos tiempos en los que han participado miembros de este grupo ultra de supuestos aficionados al fútbol.
El pasado mes de febrero fueron detenidos 18 destacados miembros de Indar Gorri, entre los cuales se encontraría su líder, apodado “Comandante”, además de su principal lugarteniente, “Beltza”. Sobre todos los arrestados, según lo publicado, pesa la acusación de integración en “organización criminal”, si bien esta acusación puede ir dirigida contra un grupo dentro del grupo, la cual sería una imputación derivada de un sinfín de peleas, lesiones y altercados como el que protagonizaron el 3 de mayo de 2014 en una reyerta contra los Celtarras, radicales del Celta de Vigo. Entre las calles de Julián Gayarre y Sangüesa de Pamplona, los ultras navarros hicieron una emboscada a los gallegos, resultando heridos varios de ellos. Cortes, fracturas, contusiones y numerosos daños materiales en la zona fueron la consecuencia de un encuentro en el que se usaron cadenas metálicas, palos de madera, cuchillos y barras de hierro.
Algo parecido sucedió el 19 de septiembre de 2015 en Tafalla. En este caso las agresiones las sufrieron ultras radicales del Racing de Santander, las Juventudes Verdiblancas. El equipo cántabro no jugaba contra Osasuna, sino contra el Peña Sport de Tafalla, pero la visita de los santanderinos a la comunidad foral fue aprovechada por Indar Gorri para tener un nuevo intercambio de golpes. El resultado fue de seis personas heridas. Dos de ellas tuvieron que ser trasladadas a un centro de salud. Otros fueron atendidos por una ambulancia que se encontraba en la zona debido a la celebración de una prueba ciclista. Un Juzgado de Tafalla abrió diligencias por lo sucedido, pero las actuaciones se acabaron archivando.
La droga, según se deriva de las escuchas, también está presente en el día a día del grupo. Son varias las conversaciones que aluden al consumo de drogas. La más gráfica es la que mantiene el “Comandante” con otro Indar Gorri al que le pregunta por una tercera persona, en concreto, un ultra del Deportivo de la Coruña. El ‘Comandante’ quiere saber si este contacto gallego le ha dado «langostinos» (cocaína, según el análisis de los investigadores policiales). «¿Qué te iba a decir? Cambiando de tema. ¿Te dio algún langostino (el ultra deportivista)? ¿Alguna, algún kilo de langostinos? (…) ¿te ha dado para estas navidades algo de langostinos? Igual me faltaba a mí algo… no, va, poco ¡eh! Nada», dice el líder de Indar Gorri. Su interlocutor le confirma que tiene la droga (o el supuesto marisco) y le invita a que se pase por su casa ese mismo día para dársela.
En algunas ocasiones la dirección del grupo ha despistado a la Policía concentrando a una parte de sus miembros en la Taberna Ezpala, para hacer creer que el grupo se encuentra allí mientras sus miembros más activos buscan pelea contra aficionados rivales llegados a la ciudad. En 2009, la Fiscalía de la Audiencia Nacional solicitó el cierre de la taberna Ezpala por exhibirse en ella fotos de etarras. Indar Gorri, como casi todos los grupos ultras en España, tiene una ideología oficial. En su caso, es de extrema izquierda y abertzale.
El bar Ezpala fue objeto de un registro en julio del año pasado y es bien conocido como un punto de reunión de simpatizantes de la izquierda abertzale y de los propios Indar Gorri. Su Facebook resulta bastante expresivo en todos los sentidos.
Es el 3 de noviembre de 2015 y ese día los miembros más destacados del grupo han convocado una reunión importante: hay que organizar una “acción de castigo” sobre los ultras del Logroñés, equipo con el que también mantienen una añeja rivalidad. Aún quedan unas semanas para la fecha elegida, el 2 de diciembre de 2015. Da igual que ese día sea el Sevilla y no Osasuna quien juegue en el estadio de Las Gaunas. Dentro del campo lo que hay en juego es una plaza en la siguiente ronda de Copa del Rey. Fuera del campo, una nueva oportunidad de ganar estatus con otra pelea. Así son los códigos del movimiento ultra.
El local donde se perfilan los detalles para la “acción de castigo” es un semisótano ubicado en el número 17 de la calle Río Ega, una zona peatonal entre los barrios de la Milagrosa e Iturrama. Es el cuartel general de los inquilinos del graderío sur del estadio de El Sadar. Allí se juntan para decidir sus acciones, organizar los desplazamientos a otros estadios, guardar las banderas del grupo o incluso hacer pesas en una zona que tienen habilitada como gimnasio.
En torno a la hora prevista comienzan a llegar al local los cabecillas de Indar Gorri. El ‘Comandante’ llega tarde porque ha estado tomando unos potes en Burlada. Entre la quincena de ultras que se dan cita juntan un buen puñado de antecedentes policiales. Muchos de ellos proceden de los llamados “microbotas”, una sección juvenil de extrema izquierda que, desde 2010, viene protagonizando diversas agresiones y amenazas en Pamplona. A pesar de su juventud, se caracterizan por la extrema agresividad de sus ataques, algo que les ha granjeado cierta fama en la ciudad. Desde hace un tiempo son los que mandan en Indar Gorri.
De la reunión surge una consigna clara: el viaje para pegarse con los ultras logroñeses del ‘Viejo Fondo’ tiene que permanecer en secreto. La razón es que, acompañando al Sevilla, viajarán también sus ultras, los Biris Norte, quienes podrían sufrir las consecuencias por parte de la Policía en caso de registrarse incidentes el día del partido. Conviene no dar excesiva publicidad para que la “acción de castigo” salga bien y no haya problemas con los radicales sevillistas.
Sin embargo, algo se tuerce durante los preparativos y finalmente sus planes llegan a oídos de los Biris. También de los Riazor Blues, radicales del Deportivo de la Coruña con los que Indar Gorri mantiene buenas relaciones en el complejo entramado de hermanamientos y enemistades que conforma el panorama ultra español. Casi siempre por motivos ideológicos más que deportivos. La filtración ha salido de un miembro de Indar Gorri y el ‘Comandante’ está enfadado. Lo demuestra la conversación telefónica que mantiene con ‘Beltza’, su mano derecha.
Finalmente, el viaje se mantiene e Indar Gorri acude a Logroño el día señalado. Sólo el fuerte dispositivo policial impidió aquel día la “acción de castigo” planificada semanas atrás o directamente una batalla campal con la implicación de tres grupos distintos. “Eso imposible, tú, aquello imposible. No sabes la que había montada. Un dispositivo de pánico”, comenta «Beltza» a uno de sus camaradas el día de autos.
Otro miembro del grupo que ha llegado de los primeros a la zona acordada avisa al resto de las pocas expectativas de pelea que presenta la situación: “Hay 15 chavales que si bajamos del coche que voy yo ahora mismo echan a correr, así de claro, por eso sin más”. Este ultra hace esos comentarios desde un lugar próximo al que en 2010 albergó un ataque de Indar Gorri. Aquella vez, varios de sus miembros , encapuchados, atacaron la cafetería ‘Los Ángeles’, situada en la avenida Sierra de Logroño. Allí se encontraban los ultras del Logroñés contra los que emplearon un artificio casero tipo «bazoka».
El «Comandante» también da su punto de vista sobre la acción de castigo frustrada por la Policía: “Unos criajos. Bah, los llegamos a coger entre los 25 que hubiésemos bajado y les hubiésemos untado hasta atrás, pero bueno, mejor para casa”.
A principios de febrero la Policía Nacional y la Guardia Civil realizaban un registro y 18 detenciones en relación con todo este caso cuyos pormenores ha sacado a la luz pública elespañol.com. En aquella ocasión llamó la atención la ausencia de la Policía Foral respecto a aquella intervención. Indar Gorri convocó una protesta contra la actuación policial que acabó esa tarde a pelotazos por el Casco Viejo, de nuevo sin la comparecencia de la Policía Foral. Es decir, si alguien sospecha que a una consejera de interior con el visto bueno de Bildu le puede costar adoptar medidas contra el entorno de simpatizantes de Bildu, lo sucedido no desmiente esa impresión. Indar Gorri es un grupo ultra como cualquier otro grupa ultra de los que se mueven alrededor del fútbol, supuestamente animando al equipo, realmente ensuciando la imagen del equipo, generándole problemas y dedicado a la satisfacción de los impulsos selváticos de sus miembros. El fútbol para ellos es claramente un paraguas. El problema con los grupos ultras es que se ve claramente que son un cáncer desde fuera, pero a menudo se pierde esa perspectiva cuando se comparte forofismo o ideología.