Puede parecer que insistimos demasiado, pero al igual que está sucediendo con el terrorismo no podemos dejar que nos cambien el relato de lo que ha sucedido con la pandemia. Al final no son los hechos los que determinan las consecuencias políticas sino el relato de los hechos. El que impone su relato gana la batalla política. Naturalmente de lo que se trata no es de vender un relato que nos convenga aunque totalmente alejado de la verdad, pero que tampoco nos lo intente vender el gobierno para tapar su desastrosa gestión.
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En este sentido el vicepresidente Remírez ha usado su cuenta de Twitter para normalizar un relato en el que las enseñanzas de la pandemia son que Illa lo ha hecho fenomenal y que hay que apostar más por el gasto público y la confianza en el gobierno. O sea, todo lo contrario de lo que nos está enseñando la realidad.
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Para empezar por Illa, ¿en qué momento lo ha hecho el ministro más fenomenal? ¿Aquí por ejemplo cuando en un momento clave de la contención de la pandemia desaconsejaba usar mascarilla?
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Desde luego Javier Remírez tiene lo suyo en la hemeroteca de la pandemia. Por ejemplo, cuando a comienzos de marzo era un “negacionista” y recomendaba leer el Gara (¡el Gara!) para evitar la histeria y el alarmismo.
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Ya en una fecha tan problemática como el 22 de marzo los sindicatos policiales le pedían mascarillas a su consejero de Interior. Remírez les respondía que el uso de la mascarilla como que no. Pero es que estábamos ya en abril y Remírez seguía recomendando a los navarros que no usaran la mascarilla que ahora es obligatoria porque salva vidas. Entonces, ¿qué es lo que costaba en vidas en marzo o abril el recomendar no ponérsela? Durante los dos peores meses de la pandemia nos estuvieron recomendando una y otra vez que no usáramos mascarilla. Si alguna moraleja productiva tiene esta crisis, es la de aprender a desconfiar de la información oficial, de la administración y del gobierno.
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El rastro de tuits de Ramírez evidencia una interminable ristra de despropósitos que muestra que el problema con esta pandemia no ha sido tanto la carencia de material como la mala gestión. O sea, claro que ha faltado el material, pero es que resulta imposible que no falte el material cuando, por incompetencia, se actúa a destiempo y haciendo todo lo contrario a lo que hay hacer. Hay comunidades y países mucho más pobres y con menos recursos que nosotros que lo hicieron mucho mejor. La clave ha sido la pésima gestión. No hay recursos materiales ni camas UCI que puedan compensar una mala gestión tan atroz.
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Aquí el Gobierno de Navarra nos ha recomendado no sólo no usar mascarilla, sino que nos ha recomendado, después de haber estado con contagiados, que si no teníamos síntomas siguiéramos haciendo vida familiar, social y laboral con toda normalidad, propagando el virus en todo nuestro entorno a toda velocidad.
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Se comprende perfectamente que el Gobierno de Navarra y su vicepresidente nos intenten vender ahora otro relato, pero nos negamos a renunciar a la hemeroteca, a la realidad y a la brutal incompetencia del gobierno foral.
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Un comentario
O sea, Sr. Remírez, que hay que tener industria de productos sanitarios e invertir en ciencia… Claro, por eso fueron Vds. liderados por Roberto Jiménez, quienes impidieron en su día a la Universidad de Navarra, cuando todo estaba acordado y preparado, la instalación de varios centros de investigación científica en los terrenos de Donapea. ¿La salud pública?, ¿la importancia de organismos multilaterales?. ¡¡De qué habla Vd, hombre de Dios!!.