Durante las últimas semanas se ha desatado en torno a Maiorga Ramírez una extraña polémica. ¿Ha sido apartado de la primera línea política como parte de los acuerdos entre ETA-Batasuna y EA? ¿Se trata de una maniobra de EA para proteger la imagen de Maiorga en un asunto espinoso incluso entre las propias filas del partido (véase el caso de los 3 concejales de Echalar que abandonan EA)? ¿O es más bien, como también se apunta, un veto impuesto por Batasuna a EA?
Ante todas estas elucubraciones se sitúan algunos hechos que, por ejemplo Diario de Navarra, ha considerado altamente significativos. Tenemos así la llamativa ausencia de Maiorga Ramírez en dos hitos importantes de la relación entra ETA-Batasuna y EA. El primero de ellos fue la primera reunión pública en la sede de EA de Pamplona entre esta formación y Batasuna. Quien acudió a la cita como máximo representante de EA no fue el líder de EA en Navarra sino Koldo Amezketa. El segundo hito significativo marcado nuevamente por la ausencia de Maiorga fue el acto conjunto celebrado por Batasuna y EA en el palacio Euskalduna en Bilbao. La cara de Eusko Alkartasuna en el acto fue nuevamente la de Koldo Amezketa, quien fue además el que estampó la firma en el acuerdo por parte de EA. Es por ello que se puede calificar como “desaparecido” en el desarrollo de todos estos acuerdos fraternales con los violentos al líder de EA.
¿Hay veto o no hay veto?
El propio ausente en todos estos actos, Maiorga Ramírez, ha negado que exista el veto y ha calificado los rumores de “bulos” y “tergiversaciones”. Batasuna atribuye en Gara los comentarios a un intento de entorpecer la fusión fría con EA por parte de “los sectores más reaccionarios de la derecha españolista y los sectores más reaccionarios del espacio abertzale”. En cualquier caso, lo que ya resulta inevitable es que en adelante las apariciones y desapariciones de Maiorga se escrutinen al detalle.
