Los datos que a continuación les mostramos los encontramos en el informe Health at a Glance 2009, que publica la OCDE. Nos ha llamado la atención, concretamente, la estadística por países de la página 90, relativa a las consultas anuales al médico per cápita. Y es que mientras un español acude de media 8,1 veces al médico cada año, un sueco lo hace sólo 2,8 veces. Pero es que no se trata de un hecho aislado porque, por poner algunos ejemplos, un italiano sólo lo hace 7 veces, un austriaco 6,7, un francés 6,3, un luxemburgués 6,1, un canadiense 5,8, un holandés 5,7, un finlandés 4,2 ó un suizo 4.
¿Alguna explicación? En las salas de espera del Hospital de Navarra se pueden ver unos carteles en los que se trata de convencer a los usuarios que las ambulancias no son taxis, y se ruega que sólo se reclame su presencia para situaciones que realmente supongan una urgencia.
El copago sólo supone una cantidad simbólica
Contrariamente a lo que se puede hacer creer por algunas de las cosas que se dicen, el copago supone el abono de una cantidad meramente simbólica por el uso de los servicios sanitarios. Hablamos de cantidades que podrían rondar los 5 ó 10 euros. No se trata de una medida recaudatoria. El establecimiento de esta cantidad, por el contrario, tiene como fin evitar la picaresca o el abuso de un servicio gratuito. Absolutamente nadie queda sin la atención sanitaria que precisa a causa del copago. En términos cuantitativos, resulta incomparablemente más gravosa para cualquier persona necesitada la subida del IVA. Es más, a diferencia del IVA podrían excluirse del copago a enfermos crónicos o personas necesitadas. En Francia, incluso, el copago se reembolsa. Llama por ello la atención que se muestre “radicalmente en contra” del copago un partido que ha impuesto una subida del IVA del 12,5% para el tipo general, y del 14,2% para el tipo reducido. Que haga sus propios cálculos quienquiera, incluidas las personas necesitadas. Por el contrario, cuando alguien pide una ambulancia para ahorrarse un taxi, piense que es usted quien la está pagando. O peor aún, quien la está necesitando.
5 respuestas
Yo abogaría por un pago importante, no simbólico y si realmente a criterio de los facultativos está justificada la visita a urgencias se les reintegre el dinero, veríamos como desciende drásticamente la presencia en urgencias, porque pagar un euro o dos lo ha de hacer cualquiera y no solucionamos el tema, pero 120 o 200 ya cambia la cosa, pagar todos y luego si ha lugar reintegro.
Juanjo, ¿no sabes cuánto pagas por la SS? Para copago mi seguro privado.
Y en el mismo orden de cosas, copago para la educación. Hay alumnos que van a clase en taxi, al menos hace poco los había en la Comunidad Foral.
Que hagan factura sombra en Educación y que impongan el cheque escolar.
Frente a la creencia popular de que las cuotas de la Seguridad Social financian la Sanidad, hay que señalar que eso no es verdad. Pudo serlo en su origen cuando Franco creo la Seguridad Social en que las cotizaciones aseguraban la prestación sanitaria de los entonces llamados «productores».
Hoy en día todo el dinero que recauda la Seguridad Social se destina a pensiones. La sanidad se financia con impuestos. Bien es cierto que la tarjeta sanitaria esta numerada con el número de la SS. Pero no responde a flujos financieros.
Por cierto, aun a riesgo de ser pesado, lo que NC defiende es lo que se llama en francés «tiquet moderateur» o sea billete moderador. Los franceses siempre han sido creativos, pero lo visto más respetuosos con la verdad que nuestros políticos que defienden que el pago de un ticket moderador es un copago. Y sigo preguntando ¿Quien es el que me paga el resto?
Cierto Itúrbide. La sanidad «gratuíta» la pagamos todos con sus impuestos. Solo que si no pasas por caja de la SS, aunque pagues impuestos, no tienes sanidad. Pero un inmigrante ilegal que no paga impuestos ni cotiza, si tiene sanidad «gratuíta».
Como suele pasar, lo que es «gratis» no se valora, se abusa, se derrocha y se pierde. No ya ticket moderador: copago, en función de la renta de cada cual.
Ya verán Uds: mano de santo.
Aquí venga devanarnos los sesos con cómo evitar que el gasto sanitario siga desbocado y se trague todo el presupuesto y resulta que hay una medida sencilla y experimentada en el mundo que nadie la propone.
En España, frente a lo que es habitual en Europa, la misma organización que te asegura es la que te presta el servicio sanitario. En otros sitios la aseguradora pública es una entidad distinta a la prestadora del servicio sanitario. Y como tal aseguradora revisa los protocolos y supervisa que no le cuelen gato por liebre.
Por ejemplo, aquí un médico, para curarse en salud y evitar una denuncia, puede prescribir una prueba médica muy cara y que es absolutamente innecesaria. Si esa prueba la tuviese que facturar al seguro público al menos se lo pensaría dos veces. A día de hoy lo que existe es un hoy por tí, mañana por mí.