Entre los cientos de millones de euros que los españoles pagamos con nuestros impuestos todos los años se encuentran los que se destinan a pagar el cumplimiento del acuerdo de Kyoto. Desde el año 2008, España ha pagado a otros países 700 millones de euros para poder mantener su nivel de emisiones de dióxido de carbono. El acuerdo de Kyoto impone a los países firmantes unas cuotas con el nivel de CO2 que pueden emitir a la atmósfera. Sin embargo, los países que emiten por debajo de su cuota pueden vender el sobrante para que otros países emitan por encima de la suya. ¿Por qué llamar a esto ecologismo cuando podemos llamarlo negocio? España, según ha informado el Ministerio del Medio Ambiente, se dispone a pagar 40 millones de euros para cubrir su cuota este año. El resultado es que contaminamos lo mismo que si no hubiéramos firmado nada pero mucho más caro y a costa del contribuyente. El negocio mueve en el mundo miles de millones de euros, pero en este juego el estado español es un perdedor neto. Tal vez volvimos a pensar que esto del clima, si es que acaso estaba roto, también nos lo iban a arreglar los políticos. Eso sí, los beneficios para algunos no son nada hipotéticos.
5 respuestas
Esto que nos lo explique Moscoso, seguidor a ultranza.de Al Gore, al que admira.por ser igual que el , un Don Hazloquedigoynoloquehago, multimillonario ecologista preocupado por los pobres y que va a todos.los.sitios.en jet privado…¿les.suena?
Ambis son hombres que dejan huella, sobre todo ecológica.
Hoy me ha dado por preguntar: ¿A quien pagamos esos 40 millones?. ¿Qué hacen con ellos?. ¿Quien-quienes han montado ese chiringuito?. ¿Por qué no nos salimos de él?. ¿Quien nos puede contestar a todo esto?.
Sin pretender sentar cátedra de qué es ecológico y qué no lo es, resueno con el contenido general del artículo.
Lo que más me sorprendió y malhumoró es el titular de la noticia (que la oí por la radio): «España cumple con las cuotas de Kyoto».
Si uno se queda con ese titular, puede llegar a pensar que, por fin, entramos en la vía correcta y hemos disminuido las emisiones de CO2, mereciéndonos un aplauso, cuando de lo que se trata es de un vil mercadeo de 40 millones del ala por nuestra falta de conciencia ecológica y a costa del dinero de todos los contribuyentes.
Para contestar parcialmente a «Clarete 2011», este lote concreto lo hemos comprado a Polonia, peor no nos olvidemos que ese monto debe ir destinado a favorecer la ecología, y bla-bla-blá, bla-bla-blá, y además con la exigencia de que empresas españolas formen parte del negocio.
¿Quién ha montado este chiringuito? Pues nuestros jerifaltes junto a los respectivos de los países que, en lugar de frenar su desenfreno, le dan a la neurona para ver cómo organizar la jugada a costa de las poblaciones y del planeta (y de sus bolsillos).
¿Por qué nonos salimos de él? Pues muy sencillo: mientras basemos nuestro bienestar en el crecimiento, sin importarnos un pito el que eso venga acompañado inexorablemente de comernos literalmente el planeta, nuestros políticos no moverán pieza en el sentido de bajarnos del burro en el que nos mantenemos tercamente…
Esto es tal y como veo esta historia: en resumidas cuentas, a la vista está que no interesa fomentar otra forma de vivir en este planeta. y, si seguimos así, tendremos lo que sembramos…
De risa, si no fuera para llorar…
Salud para ti y los tuyos.
Es que yo, amigo Silvano, qué quiere que le diga, que soy bastante escéptico sabiendo quienes defienden todas estas teorías ecológicas, en su mayoría verdaderos «ecologetas». ¿Conoce Vd. las denuncias de Bjorn Lomborg?. Aquí hay un verdadero negocio montado con todo esto del calentamiento global, sin ninguna base científica, y con bastante fraude de por medio. Pero esto no es nuevo, siempre ha habido quienes necesitan creer en algo, y siempre habrá quienes hacen su agosto aprovechándose de los primeros.
¿No será que el famoso “palo de hockey” del calentamiento global, busca las costillas del capitalismo?.
¿Qué tasas por el dichoso CO2 pagan países como China, EEUU, Rusia, India o Brasil?
Coincido con «Clarete 2011» en que hay mucho trasfondo oscuro en este asunto del cambio climático, pero eso no tiene nada que ver con que sería necesario cuidar nuestro planeta, ser cada vez más ecologistas (aunque el término esté muy manido y desprestigiado).
No conocía el caso de Bjorn Lomborg (ya he leído rápidamente algo sobre él), pero parece ser una muestra palpable de que los ciclos humanos tienden a repetirse: Cuando aparece una voz discordante con la opinión mayoritaria de la Ciencia de turno, prepárate que no va a resultar «gratis» (negación, ninguneo, desprecio, rechazo).
En todos los cambios de paradigma en los que alguien ha osado nadar contra corriente, siempre ocurre lo mismo… ¿Aprenderemos a darnos cuenta de que los pardigmas están ahí y son válidos sólo mientras sean útiles para explicar los fenómenos, y que cada cierto tiempo es muiy sano estar abiertos a otras concepciones que nos ayudan a entender mejor la realidad?
Salud para ti y los tuyos.