El Tribunal Administrativo de Navarra (TAN) ha estimado el recurso interpuesto por la portavoz de UPN en la pasada legislatura y actual concejala de Navarra Suma, Arantxa Arias, contra el acuerdo de la junta de gobierno local del Ayuntamiento de Ansoáin por el que aprobó el reingreso como funcionaria de la ex etarra Mercedes Chivite Berango.
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Berango se ausentó de su puesto de trabajo a causa de una operación policial en 1990, desapareciendo desde 1991 de la Plantilla Orgánica municipal el puesto que había ocupado, desaparición que nunca recurrió ni la propia interesada ni ningún grupo político. La etarra, de hecho, era una trabajadora de la Cendea de Ansoáin, Berriozar y Berrioplano (en concreto en el Concejo de Ansoáin), y el puesto que ocupaba desapareció cuando la Cendea se dividió en ayuntamientos.
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Berango fue detenida en Francia el 3 de abril de 2004, juzgada y condenada el 21 de enero de 2010 a 12 años de cárcel por su pertenencia a ETA, siendo responsable de las compras internacionales de armamento de ETA con el dinero proveniente de los secuestros y las extorsiones a empresarios.
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Al salir de la cárcel, la terrorista fue recibida como una heroína en las calles de Ansoáin por parte de la izquierda abertzale, y la alcaldía gobernada por Bildu decidió incorporarla a la plantilla y empezar a pagarle un sueldo fijo (que ha estado cobrando un año) como si su puesto siguiera existiendo y adjudicándoselo directamente a la etarra a dedo.
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El TAN señala ahora con contundencia que “no ha lugar, de ningún modo, a que se decrete su reingreso (previa petición de la interesada)”, que la afectada no ha comparecido en el expediente en defensa de sus derechos y que su despido no ha sido anulado por los Tribunales de Justicia, “lo que determina la ausencia de derechos de la interesada para un reingreso a la Administración de la que fue separada”. En consecuencia, el TAN determina “la expulsión, sin más trámites, del ordenamiento jurídico del acto impugnado”.
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Lo sucedido en Ansoáin con esta etarra es algo más que una nueva cuenta en el rosario de casos de amiguismo y corrupción durante la pasada legislatura en los ayuntamientos del cambio. Es más bien el caso de una persona dedicada a la eliminación física de los rivales ideológicos de la izquierda abertzale premiada por sus servicios por la izquierda abertzale. Salvo que pensamos que el cargo se designó a dedo a la interesada pese a ser terrorista, y no precisamente gracias a ser terrorista, y que hubiera recibido el mismo trato si hubiera sido una pistolera de los GAL, por ejemplo. El caso es coherente además con la falta de autocrítica y arrepentimiento de la izquierda abertzale, o con los ongi etorris con los que a fecha de hoy se sigue recibiendo como a héroes a estos criminales, al servicio de los cuales, como se ve, hasta ilegalmente se ponen a su servicio los recursos de la administración allá donde gobierna la izquierda abertzale.
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