Las reclamaciones de los sindicatos pueden no carecer de sentido en este caso, pero la actuación en concreto del sindicato nacionalista ELA, mayoritario junto a UGT con 11 representantes, empieza a provocar inquietud por los posibles perjuicios a la marcha de la empresa. Cierto discurso insistente en que los residentes no se encuentran bien atendidos, además de incierto, habría comenzado a crear inquietud entre los familiares y mal ambiente en los centros de trabajo, con un lógico perjuicio a la imagen y la actividad de la empresa, que en último término no puede redundar sino en perjuicio de los propios trabajadores.
EL conflicto surge a raíz de la no contratación de personal para sustituir las bajas o los permisos. Mientras que los sindicatos achacan esta medida a una mera política de ahorro de costes, en perjuicio de la calidad del servicio y las condiciones de trabajo, la empresa asegura que de esta manera se ajusta la plantilla al descenso en el índice de ocupación de las residencias que se vienes experimentando desde el comienzo del año. De este modo, se justifica la empresa, se evitan otro tipo de medidas como los despidos.
Las reclamaciones de los sindicatos, sin embargo, podrían resultar razonables, pero la actuación en concreto del sindicato nacionalista ELA, mayoritario junto a UGT con 11 representantes, empieza a provocar inquietud por los posibles perjuicios a la marcha de la empresa. Cierto discurso insistente en que los residentes no se encuentran bien atendidos, además de incierto, habría comenzado a crear inquietud entre los familiares y mal ambiente en los centros de trabajo, con el lógico perjuicio a la imagen y la actividad de la empresa.
El día 25, se han convocado concentraciones frente al edificio central de Caja Navarra en Carlos III así como en el centro Amma Mutilva. Caja Navarra, sin embargo, es un accionista minoritario de Amma Gerogestión, en cuyo accionariado también participan Caja Burgos, Caja Duero, Grupo Norte, Inverduero y otros.
Ha llamado también la atención que los comités de Amma hayan considerado que “no es una empresa productiva, sino de servicios, por lo que no caben las políticas dedicadas a la producción y que la disminución de ocupación debería implicar un mejor servicio al resto de residentes y no al revés”. Lo cierto es que, como cualquier empresa, es imposible a largo plazo que Amma ofrezca calidad de servicios, incluso que sobreviva, si su actividad no es respaldada por los números.