A nadie se le escapa que de la mera matemática electoral no se puede deducir una voluntad del cuerpo electoral separada de la voluntad individual de cada uno de los votantes. Sin embargo, estamos viendo estos días cómo la pura aritmética se utiliza a destajo para sondear el verdadero sentido del mensaje de cambio. En tal caso, resulta inexplicable cómo ha escapado al análisis político-aritmético el hecho evidente de que, a través de esta interpretación, lo que el electorado de la CAV ha votado con claridad es un contundente giro a la derecha.
Ranking |
Ideología |
Votos |
Escaños |
Porcentaje |
3 |
Nacionalismo |
496.591 |
36 |
48,28% |
2 |
Españolismo |
518.973 |
39 |
50,45% |
4 |
Izquierda |
474.063 |
32 |
46% |
1 |
Derecha |
541.501 |
43 |
52,64% |
Como pueden ustedes comprobar, un gobierno de derechas en el País Vasco, formado por el PP y el PNV, arrasaría tanto en número de votos, como en porcentaje, como especialmente en número de escaños. Si la mayor suma de cualquiera de estos conceptos es la forma de interpretar la voluntad de los vascos a través de las urnas, entonces está claro cuál ha sido el mensaje de los vascos.
Como adelantábamos al inicio de este análisis, no se nos escapa la inutilidad de tratar de reducir la política a aritmética. Pero eso vale para todos los supuestos del cuadro. Lo hemos hecho, sin embargo, porque poder decir en esta ocasión que la aritmética es de derechas resulta una provocación irresistible. Por lo demás, a favor de la aritmética diremos que, aunque no todo lo que es posible en el campo de la aritmética es posible en el campo de la política, lo que no es posible en el campo de la aritmética sí que resulta imposible en el campo de la política.