Versión mafiosa del estado del bienestar: te quito el dinero y a cambio cubro tus necesidades… siempre que hagas lo que te digo
¿Y por qué no dejamos en paz a los obispos? ¿Hace falta que lo diga un obispo para que se respete la vida humana? ¿Es capaz el PSOE de posicionarse a favor de algo antes de saber si la Iglesia se va a posicionar en contra?
La Iglesia pasaba por allí pero, cuando al fin parece que el PP se decide a cambiar la Ley del Aborto, el PSOE amenaza con romper el Concordato. Por su parte, el portavoz popular Alfonso Alonso anuncia que “Haremos una ley del aborto que no gustará mucho a los obispos”. Es como si tanto el PP como el PSOE trataran de subrayar su independencia de la Iglesia mirando lo que dice la Iglesia para hacer lo contrario. Si uno tiene que hacer siempre lo contrario de lo que dice alguien su pensamiento está tan determinado por ese alguien como quien tiene que hacer siempre lo que dice.
Lógicamente los católicos se oponen al robo, al aborto o al asesinato, valga la redundancia, pero está por ver que nadie tenga que ser católico para ser contrario al robo, al aborto o al asesinato.
El laicismo radical reclama a la Iglesia que se autofinancie. Y está muy bien que lo reclame. Pero no según que le des o no le des la razón al gobierno. Y siempre que aquí se tenga que autofinanciar todo el mundo, no sólo los católicos o los que le llevan la contraria al PSOE. Tampoco se puede reclamar a los católicos que financien un colegio religioso si antes se les quita el dinero para pagar con él un colegio estatal. Ni se les puede reclamar que financien los fines sociales de la Iglesia si ese dinero se les quita vía IRPF y luego lo reparte el gobierno sólo a las organizaciones dóciles. En realidad parece a menudo que es la izquierda la que quiere realmente quiere privatizar el estado, sólo que sin pagarlo, simplemente apropiándoselo. Los colegios públicos, por ejemplo, a menudo se intentan convertir en una red concertada de centros de ideología progresista, pagada por todos y en régimen de monopolio.
Separar Iglesia y estado… para salvar a la Iglesia
La separación entre Iglesia y estado no favorece al estado. No es el estado quien más debe temer que la Iglesia le imponga sus ideas. Es más bien la Iglesia, por lo que se ve, quien debe temer que el estado le imponga las suyas.
Queda por lo demás la sociedad a la espera de lo que haga el PP con la Ley del Aborto, que es de temer que será más bien poco aunque el PSOE aproveche para meterse una vez más con los calvos y los católicos. Aquí es donde, como en el chiste de los judíos y los taxistas, todo el mundo tiene que preguntarse que por qué hay que meterse con los calvos.
En cuanto a la Iglesia, llevada al extremo es probable que prefiera acabar con el aborto que mantener el Concordato.
Eso sí, si se instaurara con carácter general la norma de que aquí cada uno se financia lo suyo, es probable que la Iglesia no fuera la organización peor librada. Salvo que alguien espere que, cuando él gobierna, el estado financie sólo a los suyos, pero que cuando el que gobierna sea otro no le de la vuelta a la tortilla y quite toda la financiación a los otros para dársela a los suyos. La amenaza del PSOE, por consiguiente, se encuentra a medio camino entre lo poco inteligente y lo poco democrático.
7 respuestas
Aquí los únicos amenazados por los abortorios abiertos como el de Ansoain,son los no nacidos asesinados,inocentes criaturas.Ilegalizacion de los abortorios ya!viva la vida,además se necesita rejuvenecer nuestro país de mayores,nos va nuestro futuro.NO MÁS MUERTES.
La.solución para este caso y por extensión a todos es una dosis masiva de libertad. Que el estado no pueda financiar a la Iglesia para así condicionarla. Y por extensión fuera subvenciones a partidos políticos y sindicatos, tanto de sindicalistas como diz que de empresarios.
Y ya que hablamos de subvenciones, una pregunta abierta que no la se responder, por si alguien sabe algo. ¿Cómo es que Zetaparo se está comprando una casa de 1,5 mill de €? …¿es que este chico trabaja o que…?
Esta clarisimo, siempre con el respeto que me producen las creencias de todos, que la Iglesia se financie por sus creyentes como lo hacen los demas.
Como dice CC, ya vale de comprar voluntades.
Pues veréis como se ponen las feminazis… Echarán fuego por la boca y harán escraches, sino al tiempo…
La Iglesia Católica ya se financia fundamentalmente de las aportaciones de «sus creyentes», vía IRPF y donaciones.
Quienes deberían financiarse también de sus creyentes y no del contribuyente son los partidos políticos, los sindicatos y los equipos deportivos profesionales, por ejemplo.
Hemengo, no mientas, tu no respetas a todas las creencias religiosas, a la iglesia católica la desprecias.
En un comentario tuyo de hoy del Navarra Confidencial lo das a demostrar abiertamente y sin tapujos:
http://www.navarraconfidencial.com/2013/04/17/cristiada/#comments
La iglesia católica no compra voluntades. La falsa progresía tiene como objetivo final, forzar voluntades y así crear masas de borregos a su medida con lavado de cerebro incluido.
Es curioso, la izquierda pregonando que no hay que legislar teniendo en cuenta lo que diga la jerarquía eclesiástica. Claro no hay que hacer caso a las opiniones de gente tan «poco preparada» cono Agustín de Hipona, Tomás de Aquino, Wojtyla, Ratzinger… pero debemos guiarnos por el criterio clarividente de eruditos de la talla intelectual de ZP, Pepiño Blanco, Pajin, Aido, Valenciano e, incluso, en las versiones rústicas de «Bob de Pitillas», de Zabaleta, Txentxo Jimenez, «Ujue de los Barcos» o del emblemático Otegui.