De todo lo anterior, parece deducirse que el PSN no da por definitivamente desechada la posibilidad de pactar con Nabai, y que el plazo que Sanz acordó con Puras para dilatar la interinidad de Navarra hasta el 18 de agosto, lo mismo lo puede utilizar el PSN para negociar con UPN que para reconciliarse con los nacionalistas. Lo absurdo es que esa reconciliación la pueda propiciar el mismo Sanz al haber concedido la énesima prórroga para la presentación de un candidato, sin haber previamente pactado ningún tipo de compromiso ni calendario, regalando un mes sin más al PSN.
La decisión, no obstante, ya sabemos todos a estas alturas que no es de Puras sino de Zapatero. Por lo que todo lo anterior puede entenderse como un farol de los socialistas para poder tener algún tipo de elemento de presión en próximas reuniones con UPN. Sanz, no obstante, debería abandonar de una vez el sumiso papel de presionado para pasar a ser él quien presione a los socialistas. De lo contrario, empezará a perder la confianza de la sociedad navarra y hasta de sus votantes.