Vivienda gratis, comida gratis, luz gratis, calefacción gratis, ropa gratis. ¿Un cuento de hadas? ¿Un mero mantra de promesas imposibles de cumplir que repite un partido populista?
No necesariamente.
Y aún se podrían añadir algunas cosas más para completar este paraíso socialista/comunista en la Tierra. Por ejemplo la igualdad. Que todo el mundo tuviera cubiertas sus necesidades y que al mismo tiempo haya igualdad es posible. De hecho es el cumplimiento de la premisa básica de la extrema izquierda: si a unos les falta es porque a otros les sobra. Para que deje de haber pobres tiene que dejar de haber ricos. Y efectivamente, estamos pensando en un lugar real, que efectivamente existe, en el que todo el mundo tiene techo, todo el mundo tiene comida, todo el mundo tiene atención sanitaria, todo el mundo tiene garantizadas sus necesidades básicas, y además no hay ricos y todos los que habitan en ese bucólico lugar viven igual.
Naturalmente estamos hablando de la cárcel.
Búrlese usted de Pablo Iglesias pensando que todas esas cosas que promete son imposibles y ya sabe dónde puede acabar.
Desde luego alguien podría alegar que comparar el socialismo real con una cárcel es una idea improcedente y maliciosa, pero si lo pensamos detenidamente no es tan improcedente, o no por las razones que podrían pensarse a primera vista.
El socialismo real, por definición, exige verjas, celdas candados y ausencia de libertad. Si metiéramos a la gente en la cárcel para que tuviera iguales condiciones de vida, pero después dejáramos las puertas abiertas y libertad para interactuar con el mundo exterior o el resto de reclusos, en cuestión de días ya no tendríamos igualdad, una de las bases del sistema. Porque algunos irían al exterior, harían trabajillos, ganarían un dinero, pedirían préstamos, comprarían cosas, comerciarían con ellas, invertirían, a unos les iría bien, a otros les iría mal, otros apostarían, otros no harían nada… en unas semanas, como decíamos, ya no habría dos presos que tuvieran los mismos recursos. En consecuencia, para restablecer la igualdad habría que incautarse de todo y volver a repartirlo equitativamente. Ya de primeras esto disuadiría bastante a cualquier habitante de la prisión en volver a esforzarse para tratar de hacer algo productivo en el futuro, pero no obstante podría haber quien intentara usar su libertad de ir y venir y hacer y deshacer para volver a tener beneficios. Estas personas, para evitar que se los volvieran a confiscar y repartir entre los demás, seguramente empezarían a intentar ocultar esos beneficios a la autoridad de la prisión. En consecuencia, la única forma de garantizar la igualdad sería cerrar las puertas y limitar el movimiento.
¿O se creían ustedes que si los países del socialismo real y el comunismo se parecían a cárceles era por causalidad? Pues no, es que o son cárceles o deja de ser posible el comunismo.
Si la metáfora de la cárcel no termina de ser pertinente, no obstante, es por otra razón. Y esta razón es que, a fin de cuentas, el techo gratis, la comida gratis, la calefacción gratis, la atención médica gratis o la piscina de la que disfrutan los internos, no la pagan los reclusos con los recursos que generan, sino que los paga la gente libre que vive en el exterior.
3 respuestas
Hombre, esto de la igualdad ya lo clavó Orwell en Animal Farm. «Todos los animales son iguales»… a la que luego se añadió», pero hay algunos animales más iguales que otros».
La supuesta igualdad es para tener a los iguales con la cabeza baja o con ella bajo la bota militroncha. Los menos iguales, camaradas del partido, que tanto hacen por los de abajo, deben estar más arriba. Pero es por nuestro bien.
Y hay que protegerlos, que se lo digan al Juez Mendaz, lo bien que protege a yihadistas recien rasuraditos y duchados, seguro que olía a Nenuco. Para tapar el hedor de la muerte.
La comparación no es muy acertada.
No se si se cumplió ese programa nacionalsocialista en Alemania al pié de la letra.
Lo que sé es que el país se levantó de la ruina a ser una gran potencia en pocos años, lo que suscito el miedo de los «aliados».
También sé que la gente, en su inmensa mayoria estaban muy contentos, que unas gentes eran mas ricas, mucho mas ricas que otras, que había lujo y modas que influenciaron internacionalmente a la sociedad, que la gente siguia comprando y vendiendo acciones en los bancos y lucrándose conn ello.
Me parece que lo que está pasando en Grecia apunta a que los sistemas son «un poquito distintos»
Tambien que el partido nacionalsocialista «como tal» se rconocía crsitiano, en el punto 25.
En fin, que no se parecian demasiado.