> N. C. Lo que les contamos aquí es buena prueba de lo imprudente que resulta fiarse de las promesas y ‘buenas intenciones’ de una banda terrorista. Hemos sabido que el estancamiento del ‘proceso’ en los últimos meses ha sido debido a que ETA no estaba conforme con los acuerdos a los que estaba llegando Batasuna con los socialistas vascos y el Gobierno Central. Pese a que se supone que los batasunos son los representantes políticos de ETA, los terroristas les han desautorizado. Cuenta Florencio Domínguez, uno de los principales expertos que hay en España sobre ETA, que “El PSE, Batasuna y el PNV, que habían estado manteniendo reuniones a tres bandas después del verano en la sede de los Jesuitas de Loyola, llegaron a principios de octubre a un preacuerdo cuyo contenido no se ha conocido con exactitud, pero que incluía referencias a la autodeterminación y a Navarra, según indicaron fuentes conocedoras de las conversaciones”. Parece que a los líderes de la banda no les gustó el contenido del texto y mostraron su disconformidad con su ‘diálogo’ habitual: la exhibición armada de Oiartzun, el robo de las pistolas y la reactivación del terrorismo callejero. ETA pedía fechas más precisas para sacar adelante cuestiones como un referéndum sobre la autodeterminación o la anexión de Navarra. Todo esto dio lugar a las voces de alarma de cabecillas batasunos, que avisaban al Gobierno de que el parón criminal podía romperse si no se atendían las demandas de ETA. De hecho, los terroristas indicaron en sus comunicados y boletines internos que esperaban gestos del Estado antes del final del otoño. De lo contrario, darían su alto el fuego por terminado. El que, como se ha hecho público, se hayan reanudado las reuniones, indica que el Gobierno de Rodríguez Zapatero ha hecho nuevas concesiones. Pueden deducir que Navarra está dentro de esas concesiones.