El gobierno foral institucionalizará la discriminación del 80% de los navarros para que el 20% pueda “vivir en euskera”
El Gobierno de Navarra ha anunciado que espera contar para fin de año con un “plan del euskera”, destinado a fomentar el vascuence en todos los ámbitos, también en la administración, de hecho sobre todo en la administración. De este modo, multiplicara los puestos bilingües para “garantizar los derechos lingüísticos de la ciudadanía navarra”. El plan, como en general todo lo relacionado con el vascuence, parte de una serie de premisas falsas que, con bonitas palabras pero por la vía de los hechos, convierte a los vascoparlantes en ciudadanos de primera y a los navarros castellanohablantes en ciudadanos de segunda. El anuncio del plan, por todo ello, puede ser una buena ocasión para reflexionar sobre todas las falsas premisas sobre las que se sustenta.
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El falso bilinguismo
El vascuence no es una lengua de Navarra. Es una lengua que se habla en Navarra. No sólo en Navarra. Pero además no es la tierra la que habla un idioma, sino la gente. A este respecto los navarros no son bilingües, el 80% de los navarros son sólo castellanoparlantes. Tampoco se da la situación de que haya un 20% de sólo vascoparlantes, todos los vascoparlantes son castellanoparlantes. Por consiguiente hay una lengua minoritaria y otra común.
El vascuence no amplía el número de personas con las que puede hablar
Si hay una lengua común, el vascuence no es una lengua imprescindible para comunicarse ni con la administración ni con el resto de los navarros. De hecho, el vascuence no aporta nada en términos de ampliar el perímetro de comunicación de una persona porque todos los navarros que se pueden comunicar en vascuence se pueden comunicar también en español. ¿Y si los vascoparlantes se negaran a hablar con alguien en español? Si hay un grupo de 4 personas que hablan latín y 3 de ellas hablan griego, en caso de que decidan hablar en griego y una persona se quede incomunicada no es por falta de herramientas para comunicarse, sino por falta de voluntad. Y si alguien no quiere comunicarse con otro, entonces lo de menos es el idioma y lo de más la voluntad. Al no ampliar el número de personas con el que uno puede comunicarse, las razones para aprender vascuence son meramente sentimentales o ideológicas. Naturalmente se trata de motivos respetables, pero no se pueden imponer a todo el mundo o esperar que todo el mundo los haga suyos.
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Uno no tiene la libertad de obligar al vecino a aprender vascuence
El 20% de los vascoparlantes no puede tener derecho a que el 80% restante tenga que aprender vascuence. Uno tiene libertad para aprender vascuence, uno tiene derecho a aprender vascuence, pero uno no tiene derecho a que lo aprenda su vecino ni le puede imponer a su vecino la obligación de que lo aprenda. Existe un derecho a que uno pueda aprender vascuence, pero no un derecho a que el vecino responda en vascuence.
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Navarra no es uniforme
Navarra es una tierra cultural e idomáticamente plural. La pluralidad cultural de Navarra no consiste en que todo el mundo sea vascoparlante, porque sería como decir que la pluralidad cultural de un territorio consiste en que todo el mundo profese todas las religiones de ese territorio. Este modo de entender la pluralidad, en el fondo, lo que intentar es uniformizar a todo el mundo convirtiéndolo en una suma de todas las diversidades, en vez de aceptar la diferencia y la pluralidad. No todos los habitantes de un territorio tienen por qué hablar todos los idiomas, rezar a todos los dioses o ser socio de todos los clubes de fútbol.
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Y si hubiera 37 lenguas, ¿habría que aprender las 37 para ser funcionario?
En Bolivia hay 37 lenguas oficiales. Si en Navarra hubiera 37 lenguas oficiales, como en la Bolivia de Evo Morales, nadie pretendería que hubiera que aprender las 37 lenguas para acceder a un empleo público. En Bolivia es posible que la gente conserve una lengua particular y a la vez se comunique gracias a que existe una lengua común, el español, no a que todo el mundo tenga que dedicarse a aprender 37 lenguas. Si los nacionalistas que exigen que todo el mundo tenga que saber su lengua vivieran en Bolivia, seguro que no exigirían la obligatoriedad de conocer 37 lenguas. El principio de obligatoriedad nacionalista sólo parece más razonable en Navarra que en Bolivia porque en Navarra hay menos lenguas particulares. Por cierto, en Navarra hay una lengua común y muchas otras lenguas particulares, no sólo el vascuence, y cada vez hay más porque en Navarra cada vez hay más gente venida de muchos lugares.
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Lengua no es igual a estado
Huelga decir que el caso de Navarra no es tan excepcional como algunos se piensan. En realidad, es muy frecuente que en un mismo territorio convivan varias lenguas. Y más frecuente aún que el uso de esas lenguas se encuentre zonificado. Por ejemplo, en Alemania se habla el alemán y el sórabo. En Austria se habla alemán, húngaro, croata y esloveno. En Canadá se habla inglés, francés, inuktitut, chipewyan, cree, dogrib, gwich’in, inuinnaqtun, inuvialuktun, slavey… En Italia, además del italiano, hay regiones en las que se habla francés, alemán, albanés, croata, esloveno, provenzal, friulano, griego, ladino, occitano,sardo y hasta catalán (en Cerdeña). La pluralidad de lenguas se puede dar en países tan pequeños como Suiza (por no decir Navarra) o tan grandes como Rusia.
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Las piedras no hablan
Decíamos que el vascuence es una lengua propia de algunas personas, pero no de la tierra. Quienes hablan una lengua son las personas. Y también decíamos que el vascuence no es exactamente una lengua propia de Navarra, puesto que por un lado se habla fuera de Navarra y por otra parte tampoco la hablan todos los navarros, particularmente en ciertas zonas de Navarra. Como las lenguas son propias o no de las personas y no de las tierras, es absurdo pretender que el vascuence es la lengua propia de todos los navarros que no hablan esta lengua y no la sienten como propia. También hay navarros, y cada vez los habrá más, que por su origen tienen como lengua propia el rumano, el árabe, o cualquier otra lengua. Para ellos es mucho más una lengua propia el rumano que el vascuence.
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La cultura vasca en Navarra, o tomar la parte por el todo
Sin duda la cultura vasca y la población vascoparlante es una parte de Navarra. No obstante, el intento de euskaldunizar a la población navarra pretendiendo que el vascuence es, abstractamente, una lengua de Navarra o de todos los navarros, es tomar la parte por el todo. El nacionalismo vive en una permanente sinécdoque lingüística.
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No hay discriminación positiva, sólo discriminación
Si se discrimina positivamente a la población vascoparlante, como exigiendo el vascuence para obtener un empleo público, lo que se está haciendo es discriminar a los castellanoparlantes. Toda discriminación positiva implica conceptualmente una discriminación negativa. La discriminación negativa a los negros era una discriminación positiva a los blancos. No hay discriminación positiva, hay discriminación. Hablar de discriminación positiva es mera propaganda y maquillaje de la discriminación.
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La libertad como solución
La clave para resolver el problema de las lenguas es, como casi siempre, la libertad. Pero la libertad de aprender uno un idioma no implica la obligación del vecino de tener que aprenderlo también. El vecino también es libre. Por culpa de la libertad, por consiguiente, uno puede comunicarse con todo el mundo con una lengua común y sólo con quienes han elegido voluntariamente conocer una lengua particular.
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Obligar a los navarros a euskaldunizarse es desconfiar de los navarros
La obsesión del nacionalismo por hacer obligatorio el vascuence y discriminar a los castellanohablantes esconde en el fondo una profunda desconfianza hacia la libertad y hacia los navarros. En el fondo se refleja la idea de que si los navarros fueran libres abandonarían el vascuence. Es decir, que los nacionalistas desconfían del pueblo navarro. Por el contrario, si el vascuence sobrevive en nuestros días no es gracias a su obligatoriedad ni a su universalidad, ni ha desaparecido por culpa de su prohibición. Lo que mantiene una lengua es el interés de quienes la hablan o quienes quieren aprenderla.
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Intentar que la realidad sea un reflejo de la ley, en vez de que la ley refleje la realidad
En Navarra hay una distribución lingüística de la población que no es uniforme. En la zona no vascófona casi nadie es bilingüe. Casi todos los bilingües viven en la zona vascófona. Es absurdo ignorar esta realidad o tratar de cambiarla practicando la discriminación o atentando contra la libertad.
Un país, muchas lenguas; una lengua, muchos países
La última falacia del nacionalismo, no por repetida menos falsa, es que no es cierto que en un país sólo tenga que haber una lengua, o que todo el mundo tenga que hablar todas las lenguas del país, o que todos los que hablan una lengua tengan que vivir en el mismo país. Como hemos dicho, en Bolivia hay 37 lenguas oficiales y no se puede pretender que todos los bolivianos las conozcan todas, ni tiene sentido que todos los que hablan español o inglés tengan que vivir en un sólo país. Incluso asumiendo un conjunto de personas con la misma lengua, no necesariamente ese conjunto tendría que formar un solo estado. Aquí estamos en un supuesto todavía más rocambolesco: reclamar la independencia de un grupo de personas por hablar la misma lengua cuando ese grupo ni siquiera existe. Hay que crearlo forzando el aprendizaje de una lengua para lo cual se retuerce la libertad de los ciudadanos y se dedican desde el poder recursos económicos ingentes. Todo lo anterior es a grandes rasgo una explicación alternativa del “plan del euskera”.
7 respuestas
El Plan de Nazificación Forzada va a toda mecha. Todo lo demás es accesorio. No importan las lbertades, ni la economía. El batúa es la clave de todo este proceso liberticida y ladrón, que roba el dinero de los crecientes impuestos para desviarlo en beneficio de unos pocos, y de su proceso totalitario.
El Telón se Acero está cayendo ya sobre nuestras cabezas.
Lo que se empieza a detectar, por otra parte, es un efecto rebote, rechazo o boomerang con respecto al euskera. La gente se está hartando de idioteces como la de un memo que protesta porque en un importante comercio de artículos deportivos de Pamplona no hay carteles en euskera. ¿Es que si no hay carteles en euskera no puedes comprar unas deportivas? ¿Qué aporta el euskera ahí? Lo único que buscan es hacer creer que vivimos en el bilingüismo, lo que es mentira y entelequia.
Efectivamente,el efecto rebote contra la imposición ya lo estoy viendo en mi entorno…batua EZ.
El idioma común de todos los españoles se llama español. Se denomina así porque se usa en toda España y los regula la Real Academia Española y las academias españolas de todas las naciones de hispanoamérica. No nació en Castilla,sino en el reino de Navarra y sus primeros textos aparecen en libros encargados por los reyes de Navarra a los frailes amanuenses. Denominarlo castellano es una trampa falaz del nacionalismo para presentarlos como lengua invasora. De hecho solo en España y por influjo de nacionalistas vascos,catalanes y gallegos hay gentes de bien que pican y los llaman castellano. Es lo mismo que con las palabras fascismo o nazismo, que el marxismo ha conseguido que los zotes usen donde debieran decir estalinismo o separatismo y así estos se libran de ser considerados términos negativos. Cosas de los maricomplejines y del ridículo centro que es el PP. Y a prepararse; si el inefáble Mariano con mayoría absoluta protegió todas las leyes e ZP, ahora ni te cuento. Al final, votar a los autodenominados centristas es votar lo que decida la privadísima Reserva Federal y Wall Street (o se Hilaria) y su ideología es la misma que PNV, CiU, CC,PSOE.
¿El plan…..que prepara?.Este ha sido el plan desde que la coalición de coaliciones del separatismo y sus porteadores de la izquierda bermejo a o morada convinieron en formar gobierno.Este es el principal objetivo de esa coalicion gubernamental liderada por la derecha más reaccionaria separatista.Ese y laborar el futuro campo de la anexión son objetivos inmediatos.Ni siquiera un paso adelante dos atrás de la estrategia leninista. Dos adelante y permanecer ahí a lo numantino.Bueno , numantino no, que suena a hispano o ibéricos,ellos so directos descendientes de raza diferente por la concesión divina de un Rh negativo.
En Senda Viva hay carteles en vascuence. Parece ser que acuden bastantes familias de Vascongadas y quieren ser acogedores. A mí me produce náuseas esa humillación. Esas familias vendrían igualmente si todo estuviera en español. «Español» es el nombre que corresponde por antonomasia al idioma que hablamos. Estoy con Patricia(4). Hay otros idiomas españoles. Sí. Pero no tienen la categoría del nacional (internacional, realmente, hablado también en América del Sur, Centro y Norte). El gallego, el valenciano, el catalán, el vascuence y el balear son lenguas regionales. Nótese que digo «vascuence», término en español, pues no hay mezclar idiomas.
Aprender vascuence es difícil. Si uno consigue aprenderlo al cabo de años, le ponen una etiqueta: euskaldun (pronúnciese «euscaldún»), que es la garantía de que uno se ha sometido al proceso de fabricación de separatistas.
Sólo una ideología totalitaria es tan persistente en sus planteamientos liberticidas. Se llama nazionalismo.