Recordarán ustedes sin duda la sonada polémica respecto a los relojes de lujo con los que Caja Navarra obsequió a algunos políticos salientes de sus órganos de gobierno el verano pasado. En particular, llamamos su atención en este caso sobre lo que declaraba Roberto Jiménez sobre la historia del reloj al ser entrevistado. Frases como que lo devolvió porque “no es un regalo que vaya conmigo”, “yo no puedo ir por Pitillas con un reloj que vale 3.000 euros”, “mi familia y mis amigos no lo entenderían” o “esos lujos no van conmigo”.
Cuando Diario de Navarra le preguntó por qué había tardado un mes en devolverlo, el líder del PSN se justificaba asegurando que no lo devolvió antes “porque no tenía ni idea de cuánto valía. Cogí el reloj en la cena, lo agradecí, además me gustó mucho. Después, en San Fermín, me cuentan que un conocido constructor va diciendo que me he quejado de que mi reloj es más barato que los de Sanz y Barcina. Así que, cuando el día 13 de julio me lo encuentro en el apartado, le enseño el reloj que llevaba (el mismo que llevo ahora) y le digo en plan de broma: «Mira, el reloj. Cuesta tres millones, ¿cómo me voy a quejar?». Entonces me entero de que no son tres millones, pero sí que vale mucho dinero”.
De las propias palabras de Roberto Jiménez, por consiguiente, se desprende que ya el 13 de julio, como tarde, sabe que el reloj que le han regalado cuesta “mucho dinero”. El problema es que ahora, como prueba la siguiente foto, se demuestra que el líder del PSN seguía ostentando en público el reloj el día 20 de julio. La imagen puede verse todavía en la web del PSN ilustrando la información sobre una reunión de Roberto Jiménez con el embajador de Gran Bretaña, el día 20 de julio.
El hecho de que después de conocer que se trataba de un reloj muy caro aún siguiera ostentándolo, obviamente choca con sus declaraciones previas respecto a las fechas, y particularmente respecto a sus afirmaciones de que “no es un regalo que vaya conmigo”, “mi familia y mis amigos no lo entenderían” o “esos lujos no van conmigo”.
El siguiente video, colgado en el blog robertoysupeluco.wordpress.com, abunda en todos los detalles que les hemos relatado.
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¿Se equivoca Roberto Jiménez respecto a la fecha en que dice que devolvió su reloj?
8 respuestas
Desde luego Robertico como mentiroso no le llega a las suelas de los zapatones de ZPARO ni de Rub-al-kaaba.
En la historia de los relojes confluye la fauna política que compone el régimen gobernante en Navarra. Sí, Roberto es un mentiroso como dice Ciudadano Caña. No menos mentirosa es Barcina, cuyas explicaciones («pensé que el Frank Muller era un reloj de chica, barato, y cuando supe lo que costaba lo devolví») son dichas para tontos. Y dentro del elenco, destaca también la frase de Álvaro Miranda, mítica, de «me regalaron un Rolex pero no le di importancia» y la de Sanz, no menos mítica, de «nadie se merece el reloj más que yo». Pero no perdamos de vista a otro de los agraciados, Carlos García Adanero, que como es habitual en él no ha hablado nada del asunto, prefiere mantenerse en las tinieblas habituales en las que mora, protegido por Diario de Navarra gracias a las habituales filtraciones que les suministra. Ay, Carlos, que barbaridades decías hace pocos años de Barcina, la misma que te acoge ahora como número dos de su lista. En el fondo, pertenecéis al mismo régimen, junto con Roberto, Samuel Caro y los demás. El régimen de los pelucos.
Dios los cría y ellos… dan la nota. Entre el expresidente desnortado y el aspirante sin patrimonio me quedo con… ninguno. ¿Cómo era eso del reloj y el no-paseo por Pitillas? conociendo un poco al personaje (algún vecino malvado le llama Farruquito, no por su temeridad al volante, sino por lo echao palante), anda que no habrás fardado de peluco de cañas por Pitillas o con los colegas en la peña, igual no te lo quitabas ni para cazar. Ay Robertico, Robertico, el pobrecico, si es que antes se pilla al mentiroso que al cojo. Como decen por ahí, aprende de Rub-al-kahaba.
Coda.- supongo que el embajador de su graciosa majestad hablará en perfecto español, porque Robertico inglés lo que se dice inglés, más o menos como yo, inglés-inventao al estilo José Mota. Veri güel Manuel.
Señores que regalan relojes, además de pagar dietas a quienes ya reciben un sueldo del contribuyente, por sentarse de vez en cuando un rato a «aconsejarles»:
Va a ser que su concepto cívico puede generar peligrosas distorsiones. Imaginemos uno de los proyectos de cualquier ONG que confia su dinero a esta entidad:
«Regalese a políticos un reloj u otro objeto valioso y filtrese a prensa. Así optarán por hacernos donativos compensatorios para lavar su imagen»
Señores que aceptan los regalos «porque ellos lo valen», si lo de la mujer del Cesar sigue siendo de rigurosa actualidad, imaginense el propio Cesar.
Qué difícil va a ser la decisión de voto, qué difícil!
A propósito de esta movida de los pelucos, creo recordar que en el Ayuntamiento de Pamplona,hace unos pocos años, la incombustible Maribel Beriain le montó un cirio considerable (con luz, taquígrafos y toda la parafernalia) al entonces alcalde Javier Chorraut, con relación a una estatuilla, de unos seiscientos euros de valor de mercado más o menos, que el citado edil se apropió para su uso personal, cuando el regalo debía pertenecer al MI Ayuntamiento de Pamplona.
Claro que eran otros tiempos, pero uno de los partidos, el más vociferante (como siempre) era el de Unión del Pueblo Navarrrro.
Ahora UPNPPN (¿para cuando la fusión?) han hecho piña común.
Por comentarlo que no quede…
Ciudadano Caña, desde luego tu para ser amigo de Roberto, porque sino la familiaridad («Robertico») no se entiende. Siempre intentando desprestigiar, sin entrar en el verdadero debate de las ideas y el programa electoral. Buscando solo el ruido para distraer de las propuestas y el diálogo.
Edulibarri: Arana también le llama Robertico pero a él no se lo mientas….de mentar.
En cuanto a lo de mentir: socialismo y mentira van de la mano históricamente. Más recientemente te puedo señalar 5 millones de mentiras…
Je, je, esos celos Sr. Caña, esos celos no son buenos consejeros. Es más, reclamo la patente del diminutivo por estos lares.
Y no como insulto, sr. Edulibarri, es que cuando le veo hablar tan serio, con esa voz de actor de doblaje de los años 50 pasado de Ducados, no puedo menos que recordar al Robertico que correteaba de mocé por las calles de Pitillas.