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El Papa Francisco ha nombrado prelado del Opus Dei a Mons. Fernando Ocáriz Braña. El Santo Padre ha confirmado la elección realizada por el tercer congreso electivo de la prelatura en el mismo día. La elección de este congreso electivo, según los estatutos de la Obra, debía recaer necesariamente sobre un sacerdote, con cuarenta años de edad cumplidos, que fuera miembro del congreso electivo y que lleve al menos diez años incorporado a la prelatura y cinco como sacerdote. En la actualidad, el número de sacerdotes que cumplen estos requisitos era de 94, procedentes de 45 países. Sin embargo, era un secreto a voces que don Fernando Ocáriz era la persona mejor posicionada para ser elegido. No en vano, Ocáriz había sido elegido por don Javier Echevarría como vicario auxiliar de la Obra, por tanto la persona sobre la que recaía el gobierno ordinario de la institución desde el fallecimiento de don Javier. Monseñor Fernando Ocáriz ya venía ostentando por tanto la potestad ejecutiva necesaria para el gobierno de la Prelatura, incluyendo las competencias reservadas al Prelado, excepto las que requieren el ejercicio del orden episcopal.
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Mons. Fernando Ocáriz nació en París el 27 de octubre de 1944, siendo el menor de ocho hermanos de una familia española exiliada en Francia por la Guerra Civil, ya que el padre de don Fernando era un militar que permaneció leal al gobierno republicano.
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El nuevo prelado del Opus Dei es licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad de Barcelona (1966). Obtuvo la licenciatura en Teología en la Pontificia Universidad Lateranense en 1969 y el doctorado en la Universidad de Navarra en 1971, año en que fue ordenado sacerdote. Ha sido profesor ordinario de Teología Fundamental en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz.
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Desde 1986 es consultor de diversos organismos de la Curia romana: Congregación para la Doctrina de la Fe (desde 1986), Congregación para el Clero (desde 2003) y Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización (desde 2011).
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Durante los últimos 22 años ha acompañado al anterior prelado, Mons. Javier Echevarría, en sus visitas pastorales a más de 70 naciones. En los años 60, siendo estudiante de Teología, convivió en Roma con san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei.
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Es miembro de la Pontificia Academia Teológica desde 1989. Fue nombrado Vicario General de la Prelatura del Opus Dei el 23 de abril de 1994. En diciembre del 2014 fue designado Vicario Auxiliar. Cuando Mons. Ocáriz fue nombrado vicario auxiliar, le sucedió como vicario general el argentino Mons. Mariano Fazio, que es otro de los nombres que habían sonado para la sucesión.
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El nuevo prelado del Opus Dei se convierte automáticamente en Gran Canciller de la Universidad de Navarra, máxima autoridad de este centro que ejerce todas las facultades y funciones necesarias para su buen gobierno.
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5 respuestas
A ver si los podemitas le van a montar una campaña de autocrítica stalinista por la vía familiar.
Y no quiero dar ideas.
Fue una pena que la Universidad de Navarra cerrara la especialidad de Físicas en los años 80 en la Escuela de Ingenieros industriales, supongo que no habría un duro
El Opus acercándose a la izquierda como en su día hizo (y mantiene) al nacionalismo. Eso lo aleja de lo que debiera ser.
El Opus no es eso ni de casualidad Patricia, no digas bobadas. Mons. Ocáriz es una excelente persona que no se mete en política.
Se han dicho muchas cosas sobre el franquismo y el Opus, pero lo cierto es que la relación de San Josemaría con el Generalísimo era más bien fría y distante.He llegado a escuchar que Franco era del Opus XDDDD
La izquierda odia al Opus, no el Opus a la izquierda. El Opus es una prelatura personal de la Iglesia Católica y no un movimiento político.
Otra cosa es la reacción que pueda tener la bancada podemita que seguramente debe de tener retorcijones de estómago
Hola:
No me dice absolutamente nada que el papá de don Fernando fuese un militar leal a la República revolucionaria española. Si de cada persona hubiese que señalar sus antecedentes familiares…. es que no seríamos libres. Y distorsionaría la realidad presente. Omitiría citarlos, porque hacerlo parece que es un «hacerse perdonar de algo».
Recuerdo con gusto el libro de don Fernando titulado «El marxismo. Teoría y práctica de una revolución» (Palabra 1975): me ayudó intelectualmente en mi juventud.
Este libro contiene un apéndice «Sobre la condenación por parte de la Iglesia del socialismo en general y del comunismo en particular» (p. 207-217).
Dejemos en paz a Franco, ese «demonio» demonizado por los amigos y los que tanto le deben. O no. Ya me es igual. Un saludo. RdeA