Era muy difícil cualquier otra salida, como ahora están descubriendo los socialistas, que no fuera la del conflicto. Porque los nacionalistas, como hemos explicado en diversas ocasiones, buscan casi por definición el conflicto con el estado. El acuerdo no les sirve de nada. Para los nacionalistas, la mejor forma de invertir 113 millones es en alimentar el conflicto con el estado, no en hospitales ni carreteras.
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Joseba Santamaría, por ejemplo, hablaba ayer en un artículo en su diario de que 80 millones de euros de Navarra habían sido “incautados”. Santamaría iba un poco más lejos asegurando que “las Cuentas de Navarra cumplen de largo los requisitos exigidos”, que “Navarra acumula balances y análisis positivos en cuanto a la amortización de la deuda y la reducción del déficit” (por supuesto heredados de UPN) y que, en cuanto a la estabilidad presupuestaria, Navarra “ha cumplido con creces estos tres años y medio”.
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Significativamente, Santamaría no dice una palabra en su escrito de la “regla de gasto”, que es distinta de la estabilidad presupuestaria o del objetivo de endeudamiento público. En cuanto a la regla de gasto, cuyo incumplimiento impide que el Gobierno de Navarra pueda disponer ahora de esos millones, es bastante evidente que Navarra la ha incumplido, cosa que se puede saber hasta por la hemeroteca de su propio periódico. Había que gastar 17 millones más porque era una etapa de «gasto social». Ahora te puedes gastar 80 millones menos porque te gastaste 17 millones más. Vivan el gobierno del cambio y el gasto social.
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Si Barcos hubiera controlado el gasto, hoy podríamos estar en otro escenario
En este sentido acierta el PSN cuando atribuye a Uxue Barcos la responsabilidad de este desaguisado e incluso la taha de incoherencia porque, por un lado, no quiere pagar a las madres amparándose en que supuestamente prevaricaría por incumplir la ley, pero en cambio quiere que el Presidente Sánchez prevarique y no cumpla la ley estatal que nos afecta también a Navarra.
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Los socialistas también tienen lo suyo, de todos modos, y también en este caso dejan el sello de su modo de entender la política cuando reclaman a las formaciones del cuatripartito que actúen en positivo y contribuyan en el Congreso a “cambiar la Ley de Estabilidad Presupuestaria” y “remar para que haya Presupuestos Generales del Estado”. Es decir, que el PSOE sí estaría dispuesto a saltarse todas las normas de estabilidad, y también a dar dinero a Barcos, pero a cambio de apoyarle en la aprobación de los Presupuestos.
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Por el contrario, volviendo al principio, pretender no tener conflictos con partidos que viven del conflicto con el estado resulta un absurdo, y sin solución de continuidad pasan de un conflicto a otro real o creado. Si le das dinero a un nacionalismo para evitar un conflicto, pierdes el dinero y sigues teniendo el conflicto.
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Incluso cumplir los objetivos de gasto ya es bastante malo
Finalmente, el Gobierno de Navarra hubiera podido disponer del dinero si hubiera querido, simplemente hubiera tenido que cumplir la regla de gasto. Para ello sólo hubiera tenido que ajustar 17 millones de gasto. Resulta tentador pensar que si se ha incumplido la regla de gasto por tan poco ha sido casi queriendo, precisamente para mantener abierto un conflicto. Pero por otro lado los objetivos de déficit y la regla de gasto lo que marcan son una serie de desbalances máximos. Es decir, uno puede quedarse tan por debajo de esos desbalances como quiera. De hecho un gobierno podría decidir, o mejor debería decidir, no tener ningún desbalance, no incurrir en ningún déficit y no endeudarse ni un euro más. Nos hemos malacostumbrado a que los gobiernos incumplan unos objetivos que ya de por si suponen asumir un desbalance. Si a los políticos, en vez de equilibrio, se les permite un déficit del 1%, los políticos incurrirán en un déficit del 1,1%, porque no respetan ni los límites a sus propios incumplimientos. Va siendo hora de pensar en políticos que propongan formas de aumentar la riqueza que tenemos en vez de gastar la que no tenemos.
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