Los últimos movimientos apareatorios de la izquierda abertzale legal con la ilegal merecieron ayer una aclaración de Patxi Zabaletaque, si bien no dijo que fuera a suceder forzosamente, reconoció que «es posible que NaBai no sea la marca de las próximas elecciones», ya que «las coaliciones son uniones temporales de fuerzas políticas que se extinguen por imperativo jurídico cuando se acaba la legislatura». Admitió por ello «la posibilidad de que se extinga y no se renueve en sus propios términos, lo haga en otros o en ninguno de ellos».
En cualquier caso, la situación actual de Nafarroa Bai es de evidente estancamiento político. De nada sirven sus resultados electorales, conseguidos al sumar algunos apoyos externos al nacionalismo vasco, sin un pacto con el PSN que permita un cambio de gobierno. Un pacto que realmente sólo fue posible durante el proceso-trampa de negociación con ETA, con su relativa ausencia de violencia. Destruido ese escenario, para el PSOE resultaba obviamente inasumible una Navarra gobernada de la mano de personajes como Txentxo Jiménez, que vienen a ser a la política foral lo que John Cobra al mundo de la música.
La ruptura entre el PP y UPN abonó el pacto de gobierno con el socialismo. Desde aquel momento, puede afirmarse que Nabai se encuentra en fuera de juego.
El PSN, en el nuevo escenario, sólo tiene una forma de alcanzar el gobierno: seguir al pie de la letra las palabras de Miguel Sanz y sumar un voto más que UPN. Esta posibilidad depende sólo de dos factores: de los votos que el PPN le pueda quitar a UPN y de la acumulación de votos progresistas que pueda movilizar Roberto Jiménez. En este sentido, o la formación del “bloque social de progreso” al que aspira el PSN no es nada, o la obtención de más votos que UPN dependerá de la incorporación a ese bloque de otras formaciones como IU, CDN e incluso Batzarre. De no ser así, es altamente improbable que en la actualidad el PSN pudiera rebasar a UPN siquiera por un voto.
Sin la posibilidad de pactar con el PSN, Nabai es una fuerza marginal en el Parlamento sin opciones de gobierno. Al margen de lo que ella haga, son posibles hasta 3 posibles gobiernos: un gobierno con mayoría absoluta de centro derecha, otro minoritario de UPN e incluso uno minoritario del PSN y su “bloque de progreso”. En este contexto, el concurso de Nabai resulta innecesario. Mientras exista ETA, de hecho, el concurso de Nabai –con la irrelevante excepción de IU- resulta incluso indeseable para el resto de los jugadores del tablero.
En esta vía muerta navarra, la jugada del nacionalismo vasco es simpatizar con Batasuna. Un acercamiento deletéreo para Nafarroa Bai, pero que en la CAV tiene sentido para Aralar y EA en un esfuerzo por captar el voto radical ilegalizado, voto que sí es determinante para recuperar la supremacía nacionalista en la comunidad vecina. Convertida en juguete inútil y foco de disputas internas, algunos simpatizantes de Nabai ya tienen la sensación de que el altar de la CAV se encuentra preparado para el sacrificio del conglomerado navarro.
3 respuestas
Vaya, vaya. Navarra Confidencial cayendo en la trampita de jugar con «quesitos» a ver quien es mejor. ¿Y las ideas? ¿Nada al respecto? Vaya, Vaya.
Bueno.
NC está especulando conforme a la «teoría de quesitos» (qué buena expresión se ha inventado) … y es muy divertido… porque además NO TIENE NADA QUE VER con las ideas. Es pura estrategia.
La teoría de los quesitos, creo que expuesta por el Sr. Sanz en un congreso de UPN, no hace mención ideológica ninguna, sólo habla de resultados electorales, de votos.
Habla de la inmovilidad del pensamiento político navarro, CRASO ERROR, sólo hay que ver como ha avanzado el nacionalismo en Navarra en las ultimas décadas. (Una vergüenza)
Gracias a la permisividad del gobierno, por ejemplo con la eitb, con los textos impartidos en las ikastolas, subvencionando centros y actividades claramente pronacionalistas, etc.
Vamos que la teoría de los quesitos no vale para nada, y mucho menos si no se frena esta tendencia, si no se pone freno a las manipulaciones nacionalistas y si no sé predica una ideología, con el ejemplo, con las ideas, hay que vender una ideología determinada, no pensar en un rédito electoral con lo que tenemos. Eso es pan para hoy y hambre para mañana…