El problema que no termina de resolverse es el del liderazgo del PPN. De entrada, hay quien habla de mirlo blanco, mientras que otras voces se decantan por una gaviota. El caso es que se barajan varios nombres pero ninguno parece convencer de una forma arrolladora. La persona elegida, sin embargo, tendrá por delante una tarea importantísima. El (o ella), además de líder del partido, será con toda probabilidad el futuro candidato del PPN al gobierno de Navarra. Un puesto que, a su dificultad intrínseca, suma en Navarra la particularidad de tener que disputar no sólo con la izquierda, sino con el nacionalismo y también (de hecho sobre todo) con la propia derecha regionalista. En este caso, además, encarnada en el partido más importante de Navarra. Naturalmente tiene que ser alguien capaz de salir triunfador en esta difícil empresa. Pensando en el perfil del candidato ideal, probablemente estaríamos hablando de Gary Cooper.