Si alguien toma al azar una estadística cualquiera, ya sea referida a los asesinatos de mujeres, el paro femenino o cualquier otra magnitud, seguramente le resultará imposible deducir de esos datos la existencia de un Ministerio de Igualdad, no encontrará unos períodos particularmente esplendorosos para las mujeres que sólo puedan explicarse con la existencia de un Ministerio de Igualdad. Es decir, de ningún dato se deduce una clara utilidad de la existencia de un Ministerio de Igualdad. Como mucho se podría concluir que es una herramienta propagandística que se crea en momentos de prosperidad, cuando rebosan las arcas de Hacienda, y que desaparece en cuanto llagan las vacas flacas y se convierte en un gasto inútil a recortar.
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Por poner nombres y fechas a todo lo anterior, el Ministerio de Igualdad fue una invención de Zapatero en el año 2008. Nunca antes había existido un ministerio de Igualdad. Al frente de ese nuevo ministerio, Zapatero puso a Bibiana Aido, la predecesora de Irene Montero quizá en muchos sentidos y para bien en casi ninguno. La duración del primer Ministerio de Igualdad resultó bastante exigua: en 2010 y ya en plena tormenta económica Zapatero liquidó el ministerio y lo integró en el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad de España, dirigido por Leire Pajín, otro antecedente poco alentador para Irene Montero. Han pasado muchas mujeres notables por la política española, pero ni una de ellas por el Ministerio de Igualdad, que siendo una especie de escaparate propagandísitico para mostrar lo que supuestamente se preocupa tal o cual gobierno por las mujeres, en realidad es un contraejemplo del valor real de la mujer.
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Estos son los pobres antecedentes del ministerio que ahora capitanea Irene Montero, una vez más una mujer con una cualificación no superior al que podrían tener cientos de miles de mujeres para ocupar su puesto, desde luego con una cualificación muy inferior a la de otras muchas mujeres y hombres. No puede extrañar por tanto que sea una pregunta recurrente si Irene Montero sería ministra si no fuera la mujer de Pablo Iglesias. Que todo el mundo se haga esa pregunta y que la pregunta sea lógica convierte probablemente a Irene Montero en la peor candidata posible a dirigir el Ministerio de Igualdad, ya que por su situación es una proclamación andante de lo contrario.
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Dicho todo lo anterior, en un momento tan dramático como el actual no cabe sino sorprenderse de que hace sólo 10 días la preocupación de nuestros dirigentes era la reglamentación y penalización del piropo, al margen de otras reformas penales que por ejemplo reducían las penas de la Manada. Una penas que provocaron movilizaciones masivas pidiendo más severidad y que, paradójicamente, iban a recortar los inspiradores de aquellas movilizaciones y campeones del feminismo.
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El 8M marca un antes y un después escalofriante no sólo por el error o la irresponsabilidad de supeditar la respuesta al coronavirus a la agenda feminista, sino por el surrealismo de que ya con la muerte invisible propagándose a gran velocidad entre nosotros el gobierno no encontrara enemigo mayor que el piropo. En sólo unos días pasábamos de tener a Irene Montero calumniando a la policía por afirmar que cuando una mujer denuncia “se le pregunta si iba vestida con una minifalda y que, a lo mejor, por eso iba provocando”, y que por estas cosas hacía falta una ministra como ella y un ministerio como el suyo, a toparnos con que unas horas después de la locura del 8M daba positivo por coronavirus.
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Ahora que la tempestad ha apagado todas las velas de la tarta de Irene Montero y que se nos vienen encima cual jinetes del Apocalipsis una emergencia sanitaria y otra económica, a la par que desear la absoluta recuperación de Irene Montero a lo mejor es también la hora de preguntarse por la utilidad de su ministerio. Son 180 millones de euros anuales que o los quitamos de ese Ministerio o habrá que sacarlos de otro lado. Son 180 millones que no vamos a tener para pagar conforme avance el ejercicio presupuestario. Y son 180 millones que podríamos gastar en camas UCI o en mascarillas. Que no nos digan que la respuesta del sector público nos salvará del coronavirus si el dinero de las UCI y las mascarillas se lo gastan en un ministerio como el de Montero, que a la primera de cambio en cuanto cambiaron los vientos eliminó hasta Zapatero. Es decir, obviamente no vamos a salir de la crisis que se avecina sólo eliminando el ministerio de Montero, pero precisamente porque vamos a tener que suprimir gastos mucho mayores y más importantes, no tiene lógica alguna mantener abierto este ministerio mientras se les van a pedir a los ciudadanos sacrificios heroicos. Tenemos un gobierno lo bastante poblado como para que, aparte de los que están pensando en las medidas sanitarias, ya haya quien esté pensando en los recortes severos a los que en breve estaremos obligados a enfrentarnos.
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4 respuestas
Años y años de recortes a la sanidad pública, y ahora qué?
Se estima que desde 2009 se han recortado entre 15.000 y 21.000 millones de euros.
Estamos en los vagones de cola de camas por UCI en la UE, y tenemos por el desbordamiento.
¿Y el problema de esto lo presenta el gasto del ministerio de igualdad?
¡¡ANDA YA!!!!
Vamos a ver, Perroflauta, estos son datos de sanidad según los PGE. Toma nota:
Gasto público sanitario per cápita
Año 2009 1.576 €
Año 2010 1.560 €
Año 2011 1.533 €
Año 2012 1.456 €
Año 2013 1.409 €
Año 2014 1.418 €
Año 2015 1.510 €
Año 2016 1.535 €
Año 2017 1.568 €
Año 2018 1.617 €
Una vez superada la crisis el gasto público en sanidad en España ha ido creciendo; en 2018 creció 2.355,8 millones, es decir un 7,91%, hasta 75.435,4 millones de euros, lo que representó el 15,14% del gasto público total. El año 2019 ha sido de 1.617 € per cápita (Presupuestos prorrogados).
Así que menos propaganda comunistoide y más realismo, Perroflauta.
El Ministerio de Igualdad o «igual dá» es completamente innecesario y, en la situación actual, un lujo asiático.
Toma realismo:
En 2007, el gasto sanitario público suponía el 72,7% del gasto total y en 2016 ha descendido al 70,6%, al tiempo que el gasto privado pasaba del 27,3% al 29,4% en el mismo periodo.
España – Gasto Público Salud
Fecha G. Salud %PIB G. Público Salud Per Capita
2018 6,24% 1.617€
2017 6,27% 1.568€
2016 6,38% 1.535€
2015 6,49% 1.510€
2014 6,35% 1.418€
2013 6,41% 1.409€
2012 6,55% 1.456€
2011 6,70% 1.533€
2010 6,74% 1.563€
2009 6,77% 1.576€
Lo que es un lujo en la situación actual es dejar que un monarquía haga regalos multimillonarios a sus p***s.
Más vale que el hijo tiene algo de cordura, por que de seguir con el padre…
Veo que te encanta la propaganda comunistoide, Perroflauta. Se trata de tener en España un sistema sanitario bueno y eficiente, sea público o privado, lo mismo que el sistema de enseñanza. Además, la sanidad o la enseñanza siempre será privada pues se paga con dinero privado, el dinero público no existe, siempre sale de nuestros bolsillos. ¡Ah! que esos conceptos no vienen en tus manuales de economía…
Y la monarquía ¿qué tiene que ver con el tema sanitario?. Hay mucho apesebrado, sin preparación en la clase política, que se lo lleva crudo sin trabajar y, cuando lo hace, rindiendo menos que el Rey. Cada vez entra en política más gente sin preparación, a los cuales, cualquier sueldo que les paguemos es excesivo.