Un fuero es un régimen peculiar que se otorga a una población. Muy frecuentemente, el origen de un fuero tiene que ver con la repoblación de un territorio. Cuando antiguamente tras una guerra, una epidemia o un período de miseria se despoblaba un territorio, era usual que el rey o el señor de turno ofreciera un fuero particular a quienes vinieran a vivir a tal o cual localidad, para atraer de fuera a más población.
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Un ejemplo de todo lo anterior lo encontramos en la propia Pamplona, allá por los albores del siglo XI, la cual había quedado casi despoblada tras siglos de luchas fronterizas entre francos y musulmanes, siendo la ciudad atacada y semidestruida en múltiples ocasiones. De este modo, para facilitar la revitalización de la ciudad, Alfonso I “el batallador” otorgó por ejemplo un fuero a los habitantes del burgo de San Cernin, el cual se fue repoblando de habitantes de origen franco. El fuero del burgo, sin embargo, era a su vez una copia del Fuero de Jaca, ya que este tipo de textos se iban “viralizando” (que diríamos ahora) entre los diversos territorios de España.
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El otorgamiento de un régimen jurídico particular para repoblar un territorio casi por definición implica que representa alguna ventaja al que llega y se acoge a ese fuero, ya sea sobre el resto de la población o respecto a su lugar de origen. El burgo de San Nicolás, por supuesto, también tenía su propio fuero. Para hacernos idea de la repoblación experimentada, según los estudios de A J. Carrasco se calcula que en el año 1366 había 452 fuegos en el Burgo de San Cernin, 350 en San Nicolas y 166 en Navarrería. La población estimada de Pamplona rondaría por tanto a los 5.000 habitantes de los que menos de un 20% serían los habitantes de la Navarreria, los “navarri”, los de la famosa “lengua navarrorum”, que por otro lado eran los que buscaban continuamente la alianza con Castilla para equilibrar fuerzas, porque la alianza natural de los burgos vecinos de origen franco era con Francia. El caso es que en Pamplona allá por el siglo XIV la inmensa mayoría de la población había venido de fuera, fruto de las políticas de repoblación de las que formaban parte las concesiones de fueros, tras haber quedado previamente semidespoblada Navarra por las guerras, las epidemias y la miseria.
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Toda esta introducción viene a cuento para evidenciar que un fuero no tiene sentido, al menos desde un punto de vista histórico, si implica que la población a la que se le aplica va a estar más desfavorecida que el resto. Empeorar las condiciones de los ciudadanos que viven bajo un fuero y cargarse el fuero es casi lo mismo. Por esa razón, cuando por primera vez en la historia de Navarra el cuatripartito decide que las condiciones fiscales de los navarros sean peores que las del resto, está llevando a cabo un ataque sin precedentes sobre el propio concepto de fuero. Si tener un fuero significa pagar más impuestos que los demás, ¿quién quiere un fuero para eso? Cuando a los navarros se les imponen unos impuestos y unas condiciones peores que al resto, de lo cual han sido víctimas esta legislatura desde las madres con la no devolución del IRPF hasta los empresarios, ¿se está fomentando entre los ciudadanos el aprecio o el rechazo a los fueros?
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Cuando Uxue Barcos se presenta por tanto como la defensora de los Fueros y del autogobierno, teniendo en cuenta que votaría sí a renunciar al autogobierno por integrarnos en Euskadi y que ha convertido el fuero en una desventaja para los contribuyentes navarros, la realidad es que nadie ha representado hasta ahora mayor amenaza a los Fueros y al autogobierno que Uxue Barcos.
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2 respuestas
Navarra históricamente ha usado sus fueros adecuadamente y eso ha permitido que haya existido un nivel de riqueza y bienestar elevado. Recordemos las personas que estaban (digo estaban) domiciliadas aquí y de las que se obtenían rendimientos en impuesto de sociedades, renta y sucesiones. Por no hablar de las empresas
Esto hacía que la viabilidad de Navarra como comunidad autónoma independiente no se pusiera en cuestión.
Pero la Uxúe y sus gudaris no lo podían permitir porque para anexionar Navarra a Euskadi es importante que tengamos dificultades económicas.
Y ya está, muy fácil: subo impuestos, la gente se marcha a Madrid y a la Rioja, las empresas ya no se instalan aquí, la recaudación poco a poco se va resintiendo hasta que viene nuestro vecino el vasco con Uxúe a la cabeza a rescatarnos.
Naturalmente, las haciendas vascas tienen unas condiciones fiscales mucho mejores que las que la Uxúe ha tenido a bien imponernos.
Esto no es una teoría de la conspiración. Es un plan cuidadosamente definido y estructurado. Y va teniendo éxito.
El fuero es un artificio medieval por el que estamos sometidos al señorío en vez de al realengo (precedente de la ciudadanía). Nosotros somos súbditos del señor de estas tierras (en este caso, señora de estas tierras) que, después, pacta su contribución a la corona (actualmente al estado nacional). Si el señor es sensato, la vida de los vasallos lo será. Si la señora quiere enajenar las tierras en las que vivimos al señor del señorío vecino, lo hará.
Desde el inicio de la edad moderna, esto se ha ido superando.