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Si la base del nacionalismo es el vascuence, pero sólo lo conoce la mitad de la población y sólo lo usa el 13%, evidentemente el nacionalismo tiene un problema.
Pero el problema no lo tiene el euskera, sino el nacionalismo.
Porque fuera del ámbito nacionalista no hay un número correcto de personas que tengan que hablar euskera.
Si uno no quiere crear una sociedad vascoparlante para crear un estado cuyo idioma y elemento unificador sea el vascuence, no importa cuántas personas hablen vascuence.
Que hable euskera el que quiera. La libertad, además, es gratis. Y la libertad no genera rechazo, lo que sería bueno para el euskera.
Lo que sucede es que resulta difícil que el 100% de la población quisiera voluntariamente aprender euskera, por lo que la libertad es un problema para el nacionalismo.
La vía para imponer el vascuence es la idea de que todos somos vascos, que el vascuence es la lengua propia de los vascos (aunque no la hable ni la mitad, no digamos en Navarra) y que si somos vascos y es nuestra lengua debemos conocerla.
Naturalmente esta idea ignora deliberadamente el hecho de que eso de ser vasco es algo discutido y discutible, salvo en el sentido de ser vecino de la CAV, que en Navarra hace siglos y siglos (desde mucho antes de 1512) que sólo una parte de la población habla vascuence (los Fueros estaban redactados en romance), que para la mayor parte el español es la lengua propia o tan propia como el vascuence y que, desde tiempos inmemoriales, lo vasco es una parte pero ni de lejos el todo de lo que es Navarra o el País Vasco. Más allá de llamar vascos a los que viven en el País Vasco, cualquier otra definición de vasco dejaría fuera al 50% de los vascos o al 80% de los navarros, convertidos poco menos que en marcianos dentro de su propia tierra, que es plural y diversa. En realidad, si el 100% de la población es algo es castellanoparlante mientras que el euskera en Navarra es la tercera o cuarta lengua. De hecho, si de repente se nos olvidara a todos hablar en español, muchos más navarros intentarían comunicarse en inglés o en francés que en euskera.
El caso es que, según leemos en un interesante artículo de latribunadelpaisvasco.com, las administraciones de la CAV (sólo las de la CAV) se han gastado 2.500 millones de euros en los últimos trece años para implantar el euskera en la sociedad vasca
Desde el año 2000, con los 2.444 millones de euros destinados a potenciar el aprendizaje y la utilización del euskera entre una población que tiene mayoritariamente el español como su lengua materna, se hubieran podido crear 61.000 puestos de trabajo, 488.000 plazas de educación infantil ó 50 hospitales oncológicos.
Todo eso sólo ha servido para impulsar artificiosamente el aprendizaje y la expansión del euskera, un idioma que solamente es utilizado habitualmente por el 13% de la población vasca. Esta ingente cantidad de recursos públicos que año tras año ha salido, en su mayor parte, del presupuesto de euskera del Gobierno vasco (70%), de las inversiones realizadas por los municipios de más de 5.000 habitantes (20%) y de los presupuestos de las diputaciones forales (10,6%).
Los datos de esta inversión descomunal destinada a financiar y poner en marcha una inmersión lingüística gigantesca están extraídos del informe «Indicadores de situación y evolución del euskera» elaborado por el Departamento de Cultura del Gobierno vasco y revelan también que el uso del euskera varía notablemente de un territorio a otro. El porcentaje de personas que se expresan en euskera tanto o más que en castellano es del 3,3 % en Álava, del 12,5 % en Vizcaya y del 35,6 % en Guipúzcoa. Otro estudio, en esta ocasión realizado por el Cluster de Sociolingüística de Euskadi, titulado “Medición del uso de las lenguas en la calle”, pone el acento en lo llamativo que resulta que a pesar de la enorme inversión de dinero público realizada, el empleo del vascuence en las calles de la región apenas haya variado en las últimas décadas. De hecho, en veintidós años, prácticamente desde que comenzara a realizarse esta medición, el uso del vascuence ha aumentado 2,5 pírricos puntos.
Aunque el nacionalismo apela con frecuencia a las instituciones europeas para justificar sus políticas de inmersión, en este caso La Tribuna del País Vasco recuerda que el Parlamento Europeo ha sido muy explícito y ha señalado recientemente que “es esencial salvaguardar la posibilidad de que los padres y responsables de la educación elijan la lengua oficial en que han de educarse sus hijos en los países en que coexistan una o más lenguas oficiales”, añadiendo que “ningún escolar (de la Unión Europea) podrá ser privado de la enseñanza en la lengua oficial del Estado.”
Así pues, el conocimiento del idioma y su uso en el conjunto de la población revelan que el vascuence es un idioma artificialmente promovido sobre tres efectivas (y carísimas) estrategias impositivas implantadas durante más de treinta años de control casi exclusivamente nacionalista de las instituciones: la obligatoriedad, en la mayor parte de los casos sin alternativa, de que los niños vascos desarrollen sus estudios íntegramente en euskera; la exigencia del conocimiento del vascuence para optar a cualquier puesto público de trabajo, y la conversión de este idioma en el gran filtro que da acceso a los principales ámbitos de poder de la comunidad autónoma. Más que un problema de libertad para hablar euskera, lo que existe es un problema de falta de libertad para no hablarlo.
No tiene sentido minusvalorar la importancia del vascuence pero tampoco tiene sentido mitificarla. Alguien dijo que idioma es a cultura simplemente lo que hormigonera a arquitectura.
Hay que pensar además que toda discriminación positiva implica necesariamente una discriminación negativa. Discriminar positivamente a los que hablan euskera implica discriminar negativamente a los que no lo hablan.
Por último, 2.500 millones es una barbaridad de dinero. Son 2/3 del presupuesto anual de Navarra. Es el coste de toda la Sanidad pública navarra durante 3 años. El coste de la UPNA durante 33 años. ¿Merece la pena gastar tanto dinero para convertir artificialmente en bilingüe a una población que no lo es? Es más: ¿merece la pena gastar tanto para encima no conseguirlo?
34 respuestas
Enseñar el euskera es una decisión política, igual que lo fue la decisión de perseguirlo desde el siglo XVIII (aunque esta última decisión no era democrática, claro).
El hecho de que se impulse una joya cultural como es un idioma no supone ningún encierro o negación del mundo.
En primer lugar, porque está más que demostrado que los bilingües tienen más facilidad para aprender terceros idiomas. No en vano, las comunidades que mejor hablan idiomas extranjeros (inglés y francés, principalmente) en España suelen ser las bilingües.
En segundo lugar, eso de que el euskera es un idioma artificialmente vivo me da risa. Casi muere gracias a los gobiernos españoles, pero no hay más que ver la importancia que tienen para vascos y navarros para saber que moribundo, precisamente, no está. NC, no confundamos deseos con realidades…
En tercer lugar, en las políticas públicas, toda elección de gasto es política, por lo que puede ser discutida.
Del mismo modo, cabe preguntarse: en vez de ahorrar en un elemento cultural como una lengua, porqué no cobrar el IBI a la iglesia? Por ejemplo.
Una última cosa: los comentarios del sr. Sánchez-Marco me parecen altamente surrealistas. Hablando de raza y de no se qué con tal de justificar la hiper-españolidad de Navarra. Sin duda útil del punto de vista idológico, pero del punto de vista historiográfico, un verdadero desecho….
Pues a mí, Dña Elena, me parece mucho más palurdo perder el tiempo en aprender esa lengua autóctona que dedicarlo a viajar o a aprender idiomas u otras muchas cosas de mayor utilidad ¡pues no tenemos poco que aprender!, pero bueno, para gustos los colores. Lo que pasa que yo no pido que los demás me paguen mis gustos o aficiones y Vd., y otros muchos, sí lo hacen pidiendo subvenciones para aprender euskera.
Clarete 2011, para mí, ese es el comportamiento palurdo: el creer que por aprender un idioma autóctono se deja de viajar o de aprender otros idiomas. Típicamente español..
Yo vivo en el extranjero y veo muchos vascos, que no tienen ningún problema en tener su identidad y en viajar, y en conocer otras culturas.
Es más, me parece que el palurdismo está en no querer aprender otras lenguas. Desengáñese, los españoles SOLO hablan español…
Y añado que el impulso al euskera no es un gusto o una afición, es una decisión que las sociedades vasca y navarra han tomado, votando a partidos que lo defienden.
Nada más
No desvíe la atención, Dña Elena, aquí lo que se está discutiendo es si hay que dedicar tanto dinero (de todos) a financiar el aprendizaje de un idioma que no es esencial para el desarrollo colectivo de Navarra. Yo no estoy en contra de que cada uno, según su interés, aprenda vascuence, latín, vieje o dedique su tiempo a domesticar saltamontes; pero que se lo pague con su dinero. En cuanto al «palurdismo» de no querer aprender otras lenguas le diré que, como el saber no ocupa lugar pero ocupa tiempo, me parece más palurdo utilizarlo en aprender una lengua respetable pero «para andar por casa», antes que dedicarlo a aprender inglés, chino o ruso. Es mi punto de vista, claro.
Perdón Dña. Elena, me he precipitado y le he dedicado mi anterior comentario a Vd. en vez de a D. Lope que se ha metido por medio desde ese país extranjero pero lleno de vascos. Por el estilo del comentario debería haberme dado cuenta antes.
Lo dicho Dña. Elena, mil perdones.
Bueno, en primer lugar no se dedica tanto dinero al euskera, creo yo. Aunque habría que verlo con alguna estadística fiable, lo que, viendo como esta el patio tanto en un sentido como en otro, parece complicado.
En segundo lugar, respecto al desarrollo colectivo de Navarra, viendo los resultados electorales (que determinan el sentido de las políticas públicas), parece que si es un tema importante para el desarrollo colectivo de Navarra. No para usted, lo cual es respetable, pero si para (bastantes) otras personas. Es cuestión de preferencias: potenciar su identidad local o fundirse en una identidad un poco más grande (la española) pero igual de local.
Y en tercer lugar, es cierto que toma tiempo, pero creo yo que las ventajas de aprender euskera son evidentes. Y no sólo por el valor intrínseco de conocer este idioma, sino por el desarrollo cognitivo que trae conocer varios idiomas.
Je je y no estoy en un país extranjero lleno de vascos, sino que en el país donde vivo he conocido a bastantes vascos, navarros y españoles, y el tema del palurdismo está bastante bien repartido, eso quería decir. Que por saber euskera no dejan de saber inglés o estar abiertos al mundo.
El verdadero problema es el que menciona el artículo,es la falta de libertad,y eso se esta dando en Cataluña de manera fascista por la Consejeria de Educación,y ha llevado a muchas familias a pleitear por su derecho de poder elegir el Español como lengua vehicular,vuelve a ser igual que Cataluña,las Vascongadas desde que ha vuelto el Nazionalismo a gobernar,dejo de ser problema en Baleares desde que cambio al PP su gobierno y como Navarra ha implantado el trilingüe ,….pero Navarra! Si ves las barbas de tu vecino …..lo que veo importantísimo es que en la zona Batua Vasconfona de Navarra NO SE PERMITA QUE LOS LIBROS DE EDITORIALES VASCONGADAS ESTÉN FALSIFICADOS EN HISTORIA,GEOGRAFÍA,POLÍTICA ETCS,!!!! IRIBAS coño,ya os vale!
El hecho de que la sociedad, después de 30 años de plomo de 9 corto sabiamente administrado para el que no es «lagun», tenga una porción que auspicia el euskera, no indica una bondad de esa tendencia. Los matones de taberna siempre tienen amigos que les rien las gracias, porque toda la clientela sabe que llevan navaja. Así se ha construido la presencia vascuence en Navarra. Si al hundimiento general de la educación es España se une el caprichete de aprender un idioma que se habla en un territorio mínimo y económicamente insignificante, sea Galicia, Euskadi o Cataluña, la catástrofe esta asegurada… como viene siendo visible con crudeza en los últimos años.
Bueno, el tema de la falta de libertad es más que discutible.
Primero, porque ni en Euskadi ni en Navarra se niega a nadie el aprendizaje del castellano. Incluso en el modelo D, los alumnos salen hablando y escribiendo bien castellano. Para eso, no hay más que ver que Euskadi o Navarra sacan más puntos en comprensión lectora en castellano que otras regiones monolingües. En el informe PISA. Para mí, ahí no hay ataque a la libertad. Es más, lo de elegir el idioma en que se escolarizan tus hijos en la educación pública es ridículo. No ocurre en ningún lugar del mundo. Uno acata los programas existentes y si no, se va a la privada.
En segundo lugar, lo de que se necesita el euskera para llegar a cotas de poder es falso. Sólo en la administración pública y en la educación se pide euskera. Y es lógico, ya que se trata de uno de los dos idiomas oficiales. Ahora, cuando se trata del poder… Patxi López, ni pajolera idea de euskera. Presidentes de Navarra, ni idea.
Así que menos mitos!
perdoname lope. Me has abierto los ojos. Me voy de rodillas al rincón con dos libros en cruz. He sido victima de un mito. La pandilla de asesinos, la gente tiroteada mientras tomaba un vino, los hijos de guardias civiles o de destacados no nazionalistas acosados en los colegios o en clubes deportivos, los quemacoches, loslanzacocteles, los paliceadores, los chicos del spray, los que abuchean a la Dolorosa o pintarrajean un monumetos… eran un fruto de mi imaginación del que tu me has despertado. Gracias, o mejor dicho… ESKERRIK ASKO!!
D. Lope, el desarrollo colectivo de Navarra no se mide por los resultados electorales, aunque estos influyen para tener un desarrollo mayor o menor. Existen otros parámetros de tipo económico, cultural etc. que sí son decisivos, pero entre ellos es evidente que no se encuentra el saber euskera, si así fuera, hace tiempo que los demás gobiernos regionales y del extranjero, lo habrían adoptado para sus territorios ¿o son tan tontos de no querer implantar entre sus gentes semejante piedra filosofal?. El euskera sí es particularmente importante para determinados políticos y otras personas que viven de esa industria. Pero para el desarrollo de Navarra, tal como se ha configurado su enseñanza, solo supone un gasto más. Primero creemos riqueza y luego ya hablaremos de toda clase de identidades. Primero comer y luego contar chistes.
Vd.dice que las ventajas de aprender euskera son evidentes. Me gustaría saber cuales son esas ventajas. Yo particularmente creo que para desarrollar las capacidades cognitivas (esa virtud que los «comerciales del producto» se la atribuyen en exclusiva al eusquera) es más útil y práctico aprender inglés, chino o ruso pero, insisto, cada uno que lo pague con su dinero.
D. Lope, no sabe cuanto me alegra saber que Vd., y otros muchos vascos, se pasean por el extranjero como Pedro por su casa. Por fin están haciendo caso al gran Pío Baroja cuando dijo: «El nacionalismo se cura viajando». Sería un placer tenerle pronto por aquí completamente restablecido.
Lo dicho, un placer, D. Lope.
Al sr. Liberal navarro, le diré que es bastante pobre intelectualmente relacionar el euskera con el terrorismo y la violencia. Sería como relacionar el español con los asesinatos de los indígenas americanos, de los moriscos, con la inquisición o la represión a los republicanos, con los GAL y un largo etc. Algo que no se sostiene si se tiene un mínimo de seriedad, vamos.
Al sr. clarete, es cierto que el hecho o no de saber euskera no es un elemento decisivo en el desarrollo colectivo (y aquí se podría abrir otro tema de discusión alrededor de qué es el desarrollo…). El euskera será importante para políticos y para los que viven de ello, pero también es importante como seña de identidad. Y así lo entienden muchos ciudadanos, aunque otros no.
Respecto a las ventajas cognitivas, no son exclusivas al euskera, sino al hecho del bilingüismo o incluso plurilingüismo. A partir de ahí, ud. puede juzgar más o menos acertado estudiar esta u otra lengua, eso es otro tema. También quiero hacer notar el tema de «util y práctico». Ese es un tema peligroso, porque ya sabemos que lo realmente útil y práctico es hablar inglés y nada más..
Por último, el hecho de vivir en el extranjero, desgraciadamente debo contradecir al insigne sr. Baroja (pese a que es uno de mis escritores favoritos). A mi el viajar ni me ha quitado ni puesto nacionalismo. He visto países y pueblos, cada uno con su identidad, exclusiva o compartida. Y sigo igual, sabiendo cual es mi identidad y respetando todas las demás. He conocido vascos aldeanos y españoles aldeanos y vascos cosmopolitas y españoles cosmopolitas.
Pero eso sí, no me compro el cuento de que lo español es la modernidad y la apertura frente al aldeanismo vasco, porque todo lo que tiene lo español de moderno y globalizado frente al euskera lo tiene de aldeano y pueblerino frente al resto del mundo.
Igualmente un placer!
Es, en efecto, pobre intelectualmente conectar terrorismo con nacionalismo y euskera. Lo digo porque no hace falta inteligencia alguna para percibirlo, sino ojos en la cara para verlo, de puro evidente.
Totalmente de acuerdo con todo lo expuesto por Lope de Aguirre.
Encuestas y estadísticas aparte, mi impresión personal es que desde el fin de la dictadura el uso del euskera en la calle no ha dejado de crecer. No a un ritmo fuerte, pero sí regular. Oír a alguien hablando en euskera en la calle por Pamplona era muy muy poco frecuente hace treinta años. Yo diría que casi resultaba extraño. Una realidad muy diferente a la actual. Realidad que a la vista de los modelos que se estudian actualmente cambiará aún más en cuestión de diez años.
Si uno se preocupa por cuáles son las lenguas que uno debe aprender pensando en asegurarse un buen futuro (económicamente hablando), seguramente empezaría por el inglés y después podría animarse por el chino ya que China será pronto la primera potencia mundial (y el centro del mapamundi pasará a situarse en el oriente lejano).
En tercer lugar quizá el alemán ya que tras dos guerras mundiales fallidas, Alemania podrá adueñarse finalmente de la menguante Europa Continental.
El español ya no queda para España. Sólo queda para aquellos que quieren aprovechar el crecimiento de ciertos países emergentes en latinoamérica y hacer negocios allí (sí, sí, esos países de donde emigraban para colocar ladrillos en la vieja España).
Todo esto desde el punto de vista del interés económico y profesional… pero como ha dicho más de uno, no es ese interés el que ha hecho que la gente hable cada vez más euskera.