El PSOE tiene un problema importante para intentar aprobar los Presupuestos Generales del Estado. Como suele decirse, da igual cuándo lea usted esto. A fin de cuentas, por difícil que parezca creerlo, España sigue con los Presupuestos Generales de 2018 de Rajoy y Montoro, que se prorrogan una y otra vez ante la imposibilidad de una mayoría que apruebe otros. Existe abundante bibliografía sosteniendo que un presidente que no consigue aprobar unos presupuestos debe dimitir o convocar elecciones, al menos si esta imposibilidad de aprobar unos presupuestos le sucede a un presidente de derechas: todos sabemos que la izquierda juega con otras reglas.
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En esta tesitura, hay que ubicar el último movimiento de Ciudadanos en virtud del cual aspira a convertirse, acaso con puestos y carteras, en socio del PSOE en vez de fuerza de oposición. Obviamente la aprobación de los Presupuestos es una carta crucial en este contexto. Por una parte ERC veta a Ciudadanos, pero por otro lado el último intento de sacar adelante unos presupuestos devino imposible precisamente por culpa de ERC. Con Ciudadanos de su parte, el PSOE podría aspirar a una mayoría de 179 diputados prescindiendo de todos los nacionalistas menos el PNV.
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Para ilustrar esta tesitura, la ministra de Hacienda y portavoz, María Jesús Montero, ha declarado que “este Gobierno por sí solo no puede aprobar un Presupuesto y se ve obligado a escuchar, recibir e incorporar, y eso significa modular la hoja de ruta que tenía prevista antes de la pandemia”. Bien es cierto que poco después añadió: “no es que se vaya a modificar el acuerdo con Unidas Podemos, sino que se tiene que priorizar y adaptar a las circunstancias del momento”. Pedro Sánchez fue ayer un poco más lejos extendiendo al PP un amago de acuerdo en materia económica, social y sanitaria. A lo mejor tampoco Podemos es compatible con Ciudadanos. O más probablemente, a lo mejor Podemos es incompatible con la política de ajustes a la que irremediablemente estamos abocados.
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Desde luego siempre es un grave problema con este gobierno saber cuándo quiere realmente algo y cuándo sólo amaga un movimiento con fines propagandísticos, ofreciendo encuentros pero buscado desencuentros para, eso sí, poder echar la culpa al otro ante la crispación o la falta de acuerdos. En todo caso, ¿tiene sentido un acuerdo con el PSOE?
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Por poco malpensados que seamos, una actitud sincera del PSOE para dialogar con el centro derecha sólo se entiende a partir del momento en que el PSOE se de cuenta de que no puede sablear a Europa para seguir gastando sin hacer ningún recorte. El súbito amor del PSOE por el diálogo sólo se entendería si, ante la firmeza de la UE, ya no estamos en la etapa de intentar mutualizar los gastos, sino en la de intentar mutualizar la impopularidad por los futuros recortes.
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Por lo demás, el PSOE y Podemos tienen una mayoría que es la que les ha permitido la moción de censura a Rajoy o la investidura de Sánchez. Pues bien, que tiren de esa mayoría. Si resulta que el PSOE ya no tiene esa mayoría, que rompa totalmente el tablero. Lo que no puede hacer es pactar el programa de gobierno con quien no puede darle los diputados para formar mayoría y reclamar los diputados para formar mayoría a quien margina para negociar el programa. Si con sus socios el PSOE no puede hacer lo que se necesita, que rompa con sus socios e intente buscar otra mayoría, pero a nuevos socios nuevo programa. No se puede ayudar a un gobierno a remar hacia el abismo. O se renuncia a las políticas de podemos y el ala socialista mas radical, o es imposible un acuerdo. Y por supuesto no se puede apoyar a un gobierno que tiene a Pablo Iglesias de vicepresidente, o que llama golpista y criminal a la oposición. Por otro lado, también habrá que preguntarse qué resulta preferible. Si tener a Pablo Iglesias en el gobierno gestionando los recortes que le imponga Bruselas y achicharrándose ante su electorado, o tenerlo en la oposición quemando las calles, cercando las sedes del PP, escracheando al personal y asegurando que otra política sería posible, cosa que si está en la oposicón y arden muchos contenedores siempre habrá gente que se lo crea.
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