La democracia para algunos no está en peligro cuando unos lunáticos declaran la existencia de una república independiente, o cuando el gobierno decide sustituir a los padres en la educación de sus hijos, o cuando los partidos que sostienen al poder se autoindultan, o cuando pretenden nombrar a los jueces que podrían juzgarlos, o cuando se revientan violentamente los mítines de algún partido político. La democracia, para algunos, está en peligro cuando un jugador de fútbol se pone la camiseta de un líder de un partido político. Alguien podría pensar, por el contrario, que democracia es que cualquiera se pueda poner la camiseta del partido que quiera. ¿O qué es si no la democracia para algunos?
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A un jugador de Osasuna, el argentino Chimy Avila, le han organizado una campaña de acoso y derribo por subir una foto a las redes sociales con una camiseta de Abascal. El jugador ya ha pedido disculpas y la ha retirado, alegando que se trató de un error, que no entiende de política, que le había gustado el texto y que ni sabía quién era Abascal. Puede que sí, puede que no, el hecho es que o se disculpaba o ya se estaba exigiendo hasta su expulsión del equipo, o convertir en un infierno su presencia en el Sadar.
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⚽️ ¿Se rompe el idilio de la afición de Osasuna con el Chimy Ávila? ➡️ El patinazo del futbolista le puede hacer pasar de héroe a villano ante la afición rojilla, como le sucedió a Padilla en Pamplona y a Zozulya en el Rayo#Osasuna #ChimyAvilahttps://t.co/2q7Y4tOUNN
— Diario de Noticias (@NoticiasNavarra) June 19, 2021
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Como agravante del caso, resulta que Chimy Avila es un jugador extranjero y de origen humilde. O sea, que su pensamiento es propiedad de la izquierda. Si eres extranjero y de origen humilde tienes que pensar como te indique la izquierda. Los pobres y los extranjeros no pueden pensar lo que quieran. Tal partido es xenófobo porque lo dice la izquierda. Los pobres tienen que votar a la izquierda y para tener el poder la izquierda, lógicamente, tiene que conseguir que haya una mayoría de pobres.
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Lo que ha sucedido con el Chimy Avila revela hasta qué punto la libertad ideológica es precaria en Navarra. También revela más cosas. Revela una vez más las maneras totalitarias y fascistas de los autodenominados «antifascistas» y que el mejor disfraz para poner en peligro la democracia es el de defensor de la democracia. También se revela una hipocresía notable en algunos sectores respecto a la cual este tuit de Chon Latienda insuperable:
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Apoyar al asesino de Tomás Caballero, bien. Que Chimy Ávila lleve la camiseta de un político elegido democráticamente, mal. https://t.co/gC4YUCDAxn
— Chon (@Cholati) June 20, 2021
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Con la izquierda rojiparda hemos topado
Los mismos que defienden a un jugador de Osasuna cuando lleva una camiseta apoyando a los “txabales” de Alsasua, braman ahora contra Chimy Avila por una camiseta de Abascal. Con una diferencia. Gustará más o gustará menos, pero Abascal es el líder de un partido legal, con un programa legal. Los txabales de Alsasua, por el contrario, eran unos delincuentes condenados por agredir a unos guardias civiles y sus parejas y crear un clima de odio y opresión que garantizara la uniformidad ideológica en la localidad. ¿Y pese a eso se les apoyó? No, precisamente por eso se les apoyó. O sea, que no se trata de equiparar. Chimy Avila, que a lo mejor ni efectivamente es simpatizante de VOX de verdad, ha tenido la mala suerte de tropezarse con los antidemócratas de verdad. ¿Puede todavía un futbolista o un actor pedir el voto en España para alguien sin jugarse su trabajo? ¿Por qué lo puede pedir para Podemos o para el PSOE y no para el PP o para VOX? ¿Podría haberse puesto Chimy Avila una camiseta de Ayuso en vez de una de Abascal sin que pasara lo mismo? Comprobar de quién no te puedes poner una camiseta marca la dirección desde la cual viene realmente la falta de libertad.
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