Todos, o casi todos, nos damos cuenta de que el número de inmigrantes que puede acoger España o cualquier país es limitado. Podemos discutir cuál es ese número pero no que es un número finito.
Es decir, si mañana España acogiera de golpe a 50 millones de inmigrantes eso tendría un efecto, como que habría un grave problema para darles trabajo a todos, vivienda a todos, sanidad a todos y educación a todos. A nadie se le escapa que acoger a 50 millones de inmigrantes sería un problema que afectaría a la viabilidad de nuestros propios servicios básicos y que la alternativa sería acogerlos sin ofrecerles ninguno y librados a su suerte, pero eso podría generar otros problemas y tener que estar dispuestos a cosas como dejarlos morir a la puerta de los hospitales sin permitirles entrar dentro. ¿Y qué sentido tendría trasladar la imagen de un niño muerto de una playa en Turquía a la puerta de un hospital en Móstoles?
Si todos vemos claro que no podríamos acoger de golpe a 50 millones de inmigrantes, estamos aceptando la premisa inicial de que el número de inmigrantes que podemos acoger e integrar es finito. Puede que no sean 50 millones los inmigrantes que podemos acoger, ¿entonces cuántos son? ¿10 millones? ¿500 mil? ¿50.000? Por cierto, no estará usted en contra de las vallas y las fronteras y tendrá una puerta con llave en la entrada de su domicilio particular.
Por lo que respecta a Navarra, el número exacto parece que es 300. Esto lo ha determinado la presidenta del Gobierno de Navarra, Uxue Barkos. O eso dice al menos la ETB que ha dicho Uxue Barkos.
Lo que sucede es que 300 es una cifra muy pequeña en relación con todas las personas en todo el mundo que padecen guerra y miseria. No es que acojamos a 300 inmigrantes, o a 30.000 y se acabe el problema de Siria o el del mundo en general. Y suponiendo que podamos acoger a 300 inmigrantes y a ni uno más, ¿qué hacemos cuando hayamos acogido a 300 personas más en Navarra? ¿Qué hacemos con el inmigrante 301? ¿Ponemos una valla? Es decir, ¿300 inmigrantes más tarde volvemos al punto de partida, los antidisturbios, las alambradas y a todo lo que hemos criticado? ¿Cuántos gobernantes seguirían acogiendo inmigrantes en el momento en que dejara de dar votos?Entonces, ¿los acogen por solidaridad o por cálculo? Asumiendo que hay un número en alguna parte de inmigrantes más allá del cual ya no podemos integrarlos, ¿tendría Uxue Barkos el coraje político de declararlo y tomar medidas para evitar nuevas entradas o intervenir en origen? ¿O llegado el momento cambiaría su discurso y empezaría a decir que hay capacidad de acogida para otros 300 ó para otros 3.000 más? Tal vez lo mejor que pueda hacer Uxue Barkos, llegado el momento, es cruzar los dedos para que Merkel o Rajoy tomen en su lugar la decisión impopular que ella debería tomar y luego criticarles por haberla tomado.
4 respuestas
De navarra han salido y siguen saliendo muchos navarros a trabajar fuera.
Los primeros los de la derecha españolista, y por eso valoran tantísimo el inglés, no por fastidiar al euskera.
La nazipresidenta sabe que Navarra caben muchos más emigrantes, concrétamente hasta 300….mil. Porque son 300.000 españolazos los que sobran, y si se niegan a ser asimilados al telurismo y totalitarismo vasco habrá que echarlos de alguna manera, y como los emigrantes ya vienen acostumbrados a vivir bajo un dictadura, será fácil asimilarlos.
300. 300 fueron suficientes para parar en las Termópilas a los invasores asiáticos de Europa, cambiando la Historia, el tiempo suficiente para que la Antigua Grecia sacara todo lo mejor de si.
Si hubiera habido en mucho pueblos 300 valientes más que no se hubieran quedado en casa protestando ante el loro o la tele, ahora no tendríamos muchos alcaldes que no queremos soportar, ni un nazipresidenta cuyos órganos de comunicación son Etb y el Deia.
Los inmigrantes que podríamos acoger serían los que nos hicieran falta para cubrir los puestos de trabajo libres (si queda alguno)
Y todos documentados y con hoja policial limpia.
Ni uno mas
Pamplona en los años 20 tenía unos 30.000 habitantes y hoy tiene 200.000. La mayor parte, emigrantes y sus hijos (unos de Salazar, otros de Baztan, otros de Jaen, otros de Nigeria), que trabajaron en fábricas, abrieron comercios, y contribuyeron a la riqueza del país en general.
Un inmigrante puede y suele generar trabajo y bienestar nuevos, donde no los había, tanto para inmigrantes como para locales. Podéis mirad los Estados Unidos (que algunos tanto elogian) para daros cuenta.