Davalor Salud es una empresa relacionada con la salud de la vista que saltó al debate público nada más tomar el poder el actual gobierno, cuando se tomó la decisión de concederle urgentemente una subvención de 1 millón de euros de una forma que hasta el propio vicepresidente económico, Manu Ayerdi, calificó como «atípica». Tanto que el procedimiento seguido ha sido justo el contrario del usual. Habitualmente es el consejo de administración de SODENA, partiendo de las recomendaciones de los técnicos, el que adopta la decisión de proponer una inversión al gobierno, mientras que en el caso de Davalor ha sido el gobierno quien ha tomado primero la decisión y luego se la trasladado a SODENA.
Frente a esta actuación tan «atípica» y apresurada, incluso los miembros del cuatripartito mostraron su extrañeza allá por el mes de octubre. Adolfo Araiz declaró que “espero que no se juegue a la ruleta con el dinero de SODENA y que responda a algo más que una intuición”. Podemos dijo que “nos preocupa que la decisión no se haya basado únicamente en los informes de SODENA”. Incluso Nuin expresó que las inversiones de SODENA “son decisiones políticas pero no pueden ser arbitrarias, tienen que sustentarse en unos criterios objetivos y transparentes”.
Saltarse el protocolo hace que se eleve el riesgo de la inversión
La idea de que exista un protocolo para conceder una subvención es que, o no sirve para nada, o su función es hacer más difícil que se puedan cometer errores o arbitrariedades en la concesión. Si es lo segundo, se trata de que la concesión de una subvención tenga que pasar una serie de filtros y análisis técnicos de modo que sea más difícil una de estas dos situaciones: que el dinero de todos acabe mal invertido o que acabe en manos de un amiguete del que concede la subvención. Si el protocolo no sirve para ninguna de estas dos cosas, entonces sobre el protocolo pero no para Davalor, sino para cualquier otra subvención a cualquier empresa. Si el protocolo, por el contrario, sirve al fin descrito, tiene que ser muy excepcional y tiene que estar muy bien justificado que alguien se salte el protocolo. Es por ello que el PPN pidió al Gobierno de Navarra los informes de Sodena sobre el préstamo a Davalor y es por ello que resulta llamativo que el Gobierno de Navarra se haya negado a entregárselos.
El «misterio» de Davalor
En concreto, el vicepresidente económico Manu Ayerdi ha negado la solicitud argumentando que el informe de Sodena sobre la idoneidad de conceder el préstamo a Davalor contiene «información mercantil de carácter confidencial».
¿El gobierno de la transparencia?
Si la inversión en Davalor sale bien, y esperamos que así sea, entonces muy bien. Pero si sale mal, después de todo este procedimiento atípico y después de todo este oscurantismo, Ayerdi va a tener mucho que explicar aunque sea confidencial, e incluso muchas responsabilidades que asumir a nivel personal.
5 respuestas
El tema se puede agravar ya que el promotor del proyecto lo ha vendido con la promesa de grandes retornos económicos a un gran número de inversores que en la medida en que vean frustradas sus aspiraciones dirigirán sus miradas al flamante Gobierno de Navarra que ha apoyado y dado confianza al proyecto.
Es un tema a seguir de cerca. El plan de negocio que ha presentado debe producir pronto retornos. Veremos.
Lo único que es cada vez mas despejado y transparente en este gobierno «del cambio» es la frente de Ayerdi.
En primer lugar quiero mandar ánimo al empresario ya que con esta actuación del Gobierno igual ha quedado marcado injustamente .En segundo lugar claramente el Gobierno se ha equivocado porque de ninguna manera esa cantidad puede ser decisiva para la viabilidad del proyecto y con seguridad se ha cerrado las puertas a nuevas subvenciones por la falta de transparencia y objetividad de este nefastos gestores forales.
Y dónde está Kontuz para interponer las demandas correspondientes para averiguar por qué han usado 1 millón de dinero de los contribuyentes en este proyecto… Oh wait!!!
¿Se acuerdan ustedes de la famosa euskodoble vara de medir? De los mismo autores, viene «El euskoembudo», y todo lo ancho ya lo están disfutando los jeltzales. #AaaaaaSacooo