La concesión de indultos ha saltado a la primera plana de los medios en las últimas fechas. En ocasiones por los que se concedían, en ocasiones por lo contrario. En el vértice del escándalo los indultos a políticos corruptos. En todo caso parece que el indulto tiene que ser una medida excepcional. Si las leyes son adecuadas y los tribunales funcionan los indultos están de más. Evidentemente siempre puede haber casos de naturaleza extraordinaria, pero esto tiene que ser la excepción y no la norma. O sobran las leyes y los tribunales o sobra la normalización del indulto. El indulto viene a cubrir un fallo o un mal funcionamiento de la ley en un caso concreto. Si el indulto se convierte en algo normal lo que hay que hacer es cambiar la Justicia. Pues bien, desde el año 96 el número de indultos que ha aprobado el gobierno supera los 10.000. ¿Tantas veces se han equivocado los jueces? ¿Tantas veces la ley ha sido injusta? ¿Por qué entonces no se ha reformado la justicia? Entre tanto indulto, evidentemente, también los de políticos corruptos y quienes negociaron con políticos corruptos. Tal vez sea una respuesta. El caso es que tanto indulto ya da hasta para crear bases de datos y webs dedicadas a la clasificación de indultados. No estamos seguros de si en otros países existe algo parecido o si otra de nuestras peculiaridades de país en ruina económica y moral es la penúltima de nuestras aportaciones a la civilización occidental: el indultómetro.
4 respuestas
Sólo nos falta por inventar el «indulto preventivo»: consiste en que, según quien seas, te indulten antes del juicio. Así evitamos éste y los gastos, tasas judiciales, etc.
Es que sería poco elegante ir a recoger el sobre en una visita carcelaria. Resulta más acorde, no sé, ¿en el Ritz?
En el Ritz, en un hostal de carretera o en Monreal de Ariza, caminito de Madrid. Tanto da.
En 17 años, que es el periodo estudiado salen, si no me equivoco a 588 indultos al año. Descartando el obligado de la Semana Santa de Málaga son 587. Pueden parecer muchos, pero para tener una visión exacta habría que ver las condenas a penas privativas de libertad que se imponen al año y tendríamos el porcentaje de indultos sobre personas condenadas.
Errores judiciales los hay, pero el indulto no es el medio de resolver estos errores. En algunos casos la pena a imponer legalmente es excesivamente rígida para el caso concreto, pero el juez, que únicamente está sujeto al imperio de la Ley (igual me lo creo) no tiene más remedio que imponer la pena que legalmente corresponda. En este caso puede solicitar el propio juez el indulto y lógicamente el Gobierno lo concederá. En otras ocasiones, las más, ocurre que las dilaciones de nuestra justicia hacen que la persona que cometió el delito se haya rehabilitado y esté perfectamente integrada en la sociedad, con un trabajo estable, una familia, incluso puede que esté cantando de tenor en el Coro Parroquial. En estas ocasiones suelen ser los propios familiares, los amigos, los vecinos o el Señor Cura Párroco quienes solicitan el indulto para esta persona. Y ahí quiero llegar. El indulto es algo rogado. Para que lo concedan hay que pedirlo. El Gobierno, una vez solicitado el indulto, podrá o no concederlo, pero lo que no puede es concederlo si nadie lo pide.
Y ésa sería una buena información. ¿Quién solicita el indulto para determinadas personas? Su abogado, su familia, sus amigos …
Y ¿Qué razones se alegan? Humanitarias, que el condenado se encuentra rehabilitado.
Y ¿En qué delitos? De tráfico, contra la propiedad, contra la Hacienda Pública.
Y finalmente: Extracción social de los indultados: Marginales, Clase humilde, Clase media, Clase Alta.
Decir diez mil o mil, o cien mil es lo mismo. Una cifra que no significa nada si no conocemos otros parámetros.
Estamos en la era de la información, pero ¡Qué superficial! ¡Qué incompleta!