Como con este gobierno nadie reconoce errores, mucho menos dimite, y todo el mundo sigue adelante en su puesto sin asumir ninguna responsabilidad, corremos el riesgo de que la avalancha informativa diaria nos haga olvidar con el transcurso del tiempo las flagrantes equivocaciones cometidas, equivocaciones que han costado muchas vidas, tanto más graves en cuanto han sido cometidas por aquellos que se nos decía que eran los únicos de los que teníamos que fiarnos.
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Desde luego el recopilatorio completo de errores gubernamentales y consejos catastróficos abarcaría infinidad de personajes, a escala nacional y autonómica, pero seguramente y debido a su cargo la palma se la lleva Fernando Simón, el médico epidemiólogo y director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad al que el actual gobierno ha convertido en su portavoz. He aquí una recopilación no exhaustiva de las declaraciones de esta persona, más algún que otro aderezo puntual pero siempre oficial. Retrospectivamente cualquiera puede apreciar el bombardeo de insensateces peligrosas al que hemos estado sometidos, y que explica nuestra triste situación actual como país con más muertos y contagiados del mundo. Es increíble que esta persona siga al frente de su puesto.
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Todo equivocado o a destiempo
Resulta evidente que la credibilidad de Fernando Simón se encuentra absolutamente achicharrada. Casi podría decirse que Fernando Simón ha metido la pata siempre en todo. Apenas queda nada de lo que decía hace unos meses de lo que no se haya desdicho. Apenas hay un sólo consejo que no se haya revelado contraproducente. Apenas queda una sóla medida que no haya tenido que ser rectificada. Eso sí, sin asumir la más mínima culpa, aunque hablamos de errores que por un lado han costado vidas y por otro nos han empujado a una ruina y una desescalada más larga y profunda de la que hubiera sido precisa tomando las medidas correctas en el momento oportuno.
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No eran las ocurrencias de Simón, sino las del gobierno
Por otro lado, la cabeza de Fernando Simón es lo de menos. Fernando Simón no debería seguir un segundo más en su puesto pero a fin de cuentas es sólo el altavoz, no la voz. Es la persona que traslada las decisiones, no la persona que las toma. Todas las meteduras de pata catastróficas de Fernando Simón no son sus meteduras de pata, sino las del PSOE y Podemos. Los auténticos responsables que deben rendir cuentas por los errores cometidos son Pablo Iglesias y Pedro Sánchez Pérez-Castejón.
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