La Universidad de Navarra ha inaugurado su nuevo curso y entre las cifras del mismo sin duda una de las que interesa buscar es la de los alumnos matriculados en la Facultad de Medicina. ¿Cuál es el impacto sobre la UNAV de la apertura de una nueva facultad de Medicina en la UPNA? ¿Ha resultado muy perjudicada?
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Según se puede leer en la propia web de la UNAV, este año son 203 los nuevos alumnos universitarios que acoge la Facultad de Medicina. Esta cifra sin embargo no nos dice nada, ¿cuál fue la cifra de alumnos matriculados el curso anterior? Afortunadamente podemos conocer el dato y nos encontramos con que fueron 220 los nuevos alumnos matriculados en el curso 2018-2019. ¿Son por tanto 17 alumnos entre 8.500 alumnos de grado los que pierde la UNAV por culpa de la apertura de la Facultad de Medicina en la UPNA?
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Llegar a tal conclusión parece un tanto precipitado porque, buceando en las cifras de los cursos anteriores, nos encontramos con que los alumnos matriculados en Medicina en la UNAV en el curso 2017-2018 fueron 205. En el curso 2016-2017 fueron 202. Es decir, que el impacto sobre la Facultad de Medicina de la UNAV de la Facultad de Medicina de la UPNA a primera vista parece nulo.
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Al hacerse públicos los datos de matriculación de la nueva Facultad de Medicina de la UPNA, se reveló que el 70% de los estudiantes provenían de fuera de Navarra, es decir que sólo 18 de los 62 alumnos eran navarros. Quedaba de este modo cuestionada, por si no había ya suficientes datos sobre el exceso de facultades de Medicina en España en general, que no existía una demanda real para justificar la apertura de la Facultad de Medicina en Navarra en particular. Abrir una facultad para formar a 18 alumnos resultaba por otro lado mucho más caro que mandarlos a formarse con todos los gastos pagados a Harvard.
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Desmentido el argumento publicable, quedaba por refutar el argumento inconfesable. Es decir, que el objetivo de la nueva facultad en la UPNA era fastidiar al Opus Dei. Indirectamente era un argumento que revelaban los propios partidarios de abrir a toda costa y coste una facultad pública de Medicina, porque acusaban a quienes rechazaban esta idea de querer proteger al Opus. Es decir, que por pasiva ellos esperaban un perjuicio para el Opus abriendo la facultad. La realidad, por el contrario, es que no ha existido perjuicio alguno para la Facultad de la UNAV y que, si tampoco existía ni demanda suficiente ni falta de plazas, la conclusión es que no había razones ni confesables ni inconfesables para abrir la nueva Facultad de la UPNA, y que el perjudicado por este gasto innecesario no va a ser en absoluto el Opus Dei, sino el contribuyente navarro. Llegarán las vacas flacas y tendremos una nueva e innecesaria facultad de Medicina, pero faltarán en cambio recursos para equipamiento o para atender debidamente las urgencias. Los más afortunados quizá puedan ir a que les atiendan en la Clínica del Opus.
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