Ada Colau ha anunciado este fin de semana que está embarazada de 13 semanas y que el sexo de su hijo es varón. La buena nueva ha provocado felicitaciones y alborozo generalizado aunque la información contiene algunos elementos capaces de movernos a reflexión.
Por ejemplo, el hecho de que ya sepa que es un niño.
Si tiene sexo, no es un grano ni un tumor
Si es un chico, no es la madre.
Si es un ser vivo de sexo varón y está dentro de Ada Colau es un ser humano, porque las hembras humanas no se suelen quedar embarazadas y dar a luz a seres de otra especie.
Por consiguiente, el hijo de Ada Colau es un ser humano que en este caso tiene la suerte de que no va a ser abortado, pese a que todos estos datos se nos han dado en la semana 13. En España se puede abortar hasta la semana 14 sin tener que alegar motivo alguno y hasta la 22 en ciertos supuestos.
Obviamente si con 13 semanas el hijo de Ada Colau es un ser humano también lo son todos los demás niños de 13 semanas que no son hijos de Ada Colau, incluyendo los que son abortados.
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Hemos creado la farsa de que todos los niños abortados no son humanos porque somos maravillosos, porque nos preocupan los pobres, porque nos compadecemos de los inmigrantes. No podemos ser maravillosos y matar decenas de miles de niños indeseados, así que tapamos la verdad sobre el aborto y tachamos de reaccionario, homófobo y fascista a quien nos recuerde que los niños no sólo son niños cuando son hijos de Ada Colau y deseados, sino que son niños siempre, siendo irrelevante para ser niños que sean deseados o indeseados. A fin de cuentas un niño es un inmigrante indeseado, y no se nos ocurre decir que los inmigrantes indeseados no son humanos. Un aborto también se parece a un desahucio en el que al inquilino indeseado se le echa a la calle. Más bien a un contenedor. Después de matarlo. Pero nosotros nos oponemos a los desahucios porque somos muy buenas personas.
Queda señalar que el hijo de 13 semanas de Ada Colau es un niño, como el 50% de los niños de 13 semanas. El otro 50% son niñas. Pero poder matarlas es un avance del feminismo y un derecho de las mujeres. Porque además de maravillosas personas somos muy defensores de las mujeres.
No se nos olvida: enhorabuena, doña Ada. Disculpe toda esta digresión rodeando su felicitación.
Un comentario
Recuerden cómo la Chacón, ese engendro multimillonario pero diz que defensora de los pobres, y charnega nacionalista unos días, y andaluza cuando vacaciona, hablaba también de su bebé, aparentemente hecho famoso pr la Coixet a base de talonario estatal, pero que en las declaraciones sobre los fetos de los demás nunca los elevaba a la categoría de humanos, sólo como obstáculo a saltar, problema a solucionar. Pero claro, eran los fetos de los demás, no su bebé y «hereu» del imperio familiar.