Lo que es negro a un lado, se convierte en blanco al otro lado de la muga.
Hay un línea trazada sobre el mapa que separa la CAV de Navarra. Un centímetro más allá de esa línea, en la CAV, los socialistas en el gobierno presentarán en los próximos días un presupuesto que, según ha anticipado el consejero de Economía y Hacienda Carlos Aguirre, supondrá un recorte del 10% respecto a los presupuestos del año pasado. La razón de este recorte, explican desde la CAV, hay que buscarla en la brutal caída de los ingresos fiscales y en la necesaria adecuación de los gastos a estos ingresos menguados. Esto será lo que defiendan los socialistas en la Comunidad Autónoma del País Vasco. Un centímetro más acá de la frontera, en Navarra, los socialistas rechazan enfáticamente unos presupuestos preparados por el centro derecha que, pese a la brutal caída de la recaudación en Navarra (cercana al 20%), contemplan una subida del 1,98% del gasto. En este mundo al revés, si abandonáramos a un político socialista en un punto indeterminado entre la CAV y Navarra, parece que sin la ayuda de un GPS sería incapaz de defender si hay que aumentar o disminuir el gasto.
La argumentación del cosejero vasco.
Concretando un poco más, resulta sumamente llamativo comparar lo que dice Roberto Jiménez en Navarra con lo que dice en la CAV el consejero de Economía de Patxi López. Los argumentos que en la CAV sirven para sacar adelante unos presupuestos, en Navarra sirven para intentar bloquearlos, pese a que de hecho el presupuesto crece en Navarra a pesar de la caída de los ingresos. Cabe preguntarse si Roberto Jiménez votaría en la CAV a favor de los presupuestos de Patxi López cuando en Navarra exige un aumento del gasto del 4%.
Un presupuesto pionero y extraordinario.
En cualquier caso, las contradicciones internas del Partido Socialista no pueden eclipsar el hecho noticioso y extraordinario de que, al fin, alguien presente un presupuesto en el que a la caída de los ingresos se responde con una bajada del gasto.